LA HABANA, Cuba. — “Yo pensé que me iba en unas semanas, vendí todos los equipos electrodomésticos de la casa, casi toda mi ropa y descuidé mis negocios. Ahora me encuentro desconcertado y tratando de olvidarme del parole para retomar mi vida”, reveló a CubaNet Yandi Capote, de 35 años y residente de la provincia de Mayabeque, quien fue patrocinado justo cuando comenzó el programa de parole humanitario, lanzado el 5 de enero de 2023 por el Gobierno de Estados Unidos.
“Si me llega perfecto, pero debo seguir con mi vida aquí y actuar como si no tuviera ninguna esperanza”, declaró el joven a este diario.
El “efecto parole” es un término que utilizan muchos cubanos para describir la frustración y la decepción que sienten después de vender sus pertenencias y renunciar a sus trabajos a la espera de que Estados Unidos les otorgue la aprobación para entrar en ese país.
El programa de parole humanitario, implementado por el gobierno de Estados Unidos, ofrece una vía de entrada a aquellos cubanos que son patrocinados por familiares o instituciones estadounidenses. A través de este programa, se les permite ingresar al país norteamericano sin necesidad de poseer una visa de inmigrante. Sin embargo, este proceso no es automático y no garantiza una inmediata residencia en Estados Unidos.
El conocido programa del presidente Joe Biden, que también permite autorizar de forma temporal a haitianos, nicaragüenses y venezolanos para ingresar al país, ha sido un salvavidas para muchos cubanos que esperan escapar de la profunda crisis económica por la que atraviesan sin tener que abandonar la Isla de manera ilegal.
Muchos de los que han vendido sus bienes y abandonado sus trabajos ahora se encuentran en una situación de incertidumbre y precariedad económica. Sin empleo y sin propiedades, se enfrentan a dificultades para subsistir mientras esperan noticias sobre el progreso de sus solicitudes de parole humanitario.
Sobre el tema conversó con este diario Alexander Castillo, un joven fisoterapeuta que abandonó su carrera , pues “pronto iba a emigrar al norte”.
“Soy del 11 de enero (se refiere a la fecha en la que su patrocinador envió la solicitud), pensé que me estaría volando en una semana a lo sumo, pero mírame aquí todavía. Dejé mi carrera de inmediato porque como pertenezco al Ministerio de Salud Pública temía que me regularan la salida del país”, explicó.
Si bien muchos han corrido con la suerte de emigrar rápidamente, lo cierto es que la mayoría aún espera “un milagro del cielo”.
CubaNet pudo comprobar otros casos en los que personas que esperaban por el beneficio tras ser patrocinados tomaron acciones desesperadas. Ello, les obligó a depender de amigos o familiares para obtener apoyo financiero. Actualmente se enfocan en buscar otras alternativas para abandonar la Isla, según estas personas, emigrar, “es el objetivo número uno en sus vidas.”
Desde que la administración Biden anunciara el programa de parole humanitario unos 28.000 cubanos han ingresado a Estados Unidos por esa vía.