MADRID, España.- La Catedral de San Rosendo se levanta en la céntrica calle Antonio Maceo, entre Recreo y Virtudes, en la ciudad de Pinar del Río. Instituida desde 1903 por el Papa León XIII, donde en el siglo XVII se había erigido una parroquia bajo la protección de San Rosendo (Rudesindus Guterri en latín), noble de Galicia, España, canonizado por la Iglesia católica, quien llegó a ser monje, obispo, gobernador y pacificador.
Con el título de “Somos una Iglesia Misionera en Cuba, dice Editorial de Revista ˈVitralˈ”, en un artículo que dicha publicación de la Diócesis de Pinar del Río presenta en 2008, se apunta: “La Diócesis de Pinar del Río fue establecida por el Papa León XIII el 20 de febrero de 1903, a sólo nueve meses del nacimiento de la República. Así surge el Obispado y se erige en Catedral la antigua Parroquia, fundada en 1688 por el Obispo Don Diego Evelino de Compostela”.
En ese texto la revista católica Vitral se refiere al recordatorio del Padre Joaquín Gaiga en sus páginas, cuando rememora: “La historia de nuestra ciudad corre pareja con la de la Iglesia que un día ‘persuadiera’ a los habitantes de la hacienda de Pinar del Río, que venían de lugares muy distantes a oír Misa en la pobre ermita de yagua y guano, primera Parroquia de San Rosendo, a que construyeran sus casas en las cercanías del templo”.
De la edificación actual, inaugurada el 23 de marzo de 1883, consagrada como catedral en diciembre de 1914 por Monseñor Manuel Ruiz y Rodríguez, segundo Obispo de Pinar del Río, resaltan su belleza arquitectónica y la afluencia de lugareños.
En el altar Mayor se encuentran las imágenes de San Rosendo, al centro, cuya fiesta patronal se celebra el 1º de marzo; la de la virgen de la Caridad del Cobre, a la izquierda, y la de San José, a la derecha. La fachada ostenta las representaciones de San Pedro y San Pablo, traídas de España, y el jardín la del Sagrado Corazón de Jesús. En el jardín lateral se exhibe una escultura del Padre, filósofo y escritor Félix Varela, acompañada de una tarja con la frase “Buscar la gloria de Dios en todo, santificando nuestras acciones, tendidos hacia el amor al prójimo”.
En enero de 1998, cuando el Papa Juan Pablo II visitó Cuba, al sobrevolar esa Diócesis antes de llegar a La Habana envió un mensaje, publicado en el libro Juan Pablo II en Cuba. Memoria y proyecto (propiedad de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba), el cual terminaba: “(…) como prenda de mi afecto me complace impartir a toda la comunidad eclesial de Pinar del Río la bendición apostólica”.
En el presente, siguen destacándose la belleza arquitectónica y la afluencia de devotos a la catedral de San Rosendo de Pinar de Río, aunque la diócesis también abarca hasta la mitad occidental de Artemisa.
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