LA HABANA, Cuba. – Solo en el universo paralelo donde las avestruces del régimen esconden la cabeza, el dólar (USD) no solo se cotiza a 320 pesos cubanos (CUP) en el “mercado informal” sino que el pasado miércoles 24 de abril había bajado dos CUP con respecto al día anterior.
No sabemos cuáles son sus referencias y fuentes, ni bajo cuánto nivel de alcohol o de “químico” realizan cálculos y hasta trazan gráficos tan “optimistas” esa gente anónima que administra en Facebook la página nombrada “El dato”, pero resulta que no solo publican unas tablas con cifras ilusorias, que más bien parecen memes, sino que hasta se quejan de que no los tomen en serio, de que no los recomienden, y de que la tasa de El Toque acapare toda la visibilidad que ellos quisieran, es decir, la que ellos necesitan para demostrarse a ellos mismos la validez de esa rara teoría “made in Continuidad” donde el dólar sube desenfrenadamente por especulación (y hasta por conspiración de los “enemigos”) y no porque cada día crece más su demanda entre los “nuevos actores de la economía”, se profundiza más la crisis económica (y política) haciendo que moneda nacional, salarios y pensiones caigan estrepitosamente contra el piso.
Intentando hallar esas publicaciones donde “El dato” pudiera encontrar sus “nobles” datos, personalmente he averiguado en la calle, más allá de mi barrio, he revisado más de una veintena de grupos de Facebook y WhatsApp —entre los que más miembros acumulan— donde se venden y compran divisas, pero no he podido encontrar la primera confirmación ni el primer anuncio donde alguien venda sus dólares a menos de 355 CUP, habiendo superado por estos días los 360 pesos y amenazando a ir por otros récords más.
Y es que a juzgar por las pocas cantidades que se ofertan y la sobreabundancia de publicaciones donde se buscan —algunas hasta con evidentes signos de desesperación—, es evidente que la moneda estadounidense cada día es más difícil de encontrar por acá, así como se hace claro que su tendencia es a continuar subiendo.
Pero “El dato”, que hasta hace unos días apenas contaba con poquito más de 500 “me gusta”, 900 seguidores en Facebook y una pobre calificación de 2,3 a partir de unas 23 opiniones, insiste en que las burlas y críticas que recibe son un “ataque”, así como que la tasa de El Toque es un complot externo que persigue desestabilizar una economía cubana que, al parecer, solo existe en esa realidad paralela donde ellos habitan, y donde todo funciona a las mil maravillas.
Como diríamos a ritmo de conga o de reguetón, para “El dato” todo está okey, todo está rico, en tanto sus fuentes consultadas probablemente sean esas que, tomando la limonada (con ron) como la base de todo, jamás fueron afectadas ni por la “Tarea Ordenamiento”, el “ordenamiento del Ordenamiento” ni la “corrección de distorsiones”, es decir, una economía de fantasía, de ensueño, de “Nunca Jamás” donde, o no existieron ni Marino Murillo ni Alejandro Gil o donde estos aún continúan como ministros de un “paraíso socialista” donde los experimentos sí dan buenos resultados (y no terminan en destitución o en escándalo).
Un economía “linda”, propia de un planeta “lindo” alejado del nuestro y hasta de su propio “sistema”, donde los cuerpos (rechonchos) girarían alrededor de Punto Cero, o de alguna que otra mansión al oeste de La Habana, porque es evidente que ni siquiera gravitan en las proximidades de cualquier CADECA donde los propios cajeros y hasta los custodios venden la divisa “por la izquierda” y no a la tasa oficial aprobada por el Ministerio de Finanzas, ni a la tasa de El dato sino a la que refiere El Toque en base a ese algoritmo que no se cansan de explicar una y otra vez.
Pero en la “versión oficial” de nuestra grave situación los especuladores crean la crisis y no al revés, así la tarea es desplazar la culpa lo más lejos posible y crear en las mentes de quienes ya marchan “erizados” hace mucho tiempo por los caminos de la locura y la estupidez la idea de que estamos mal porque alguien publica en Facebook que lo estamos, y no porque realmente nuestra cotidianidad sea este infierno donde, para comprar un cartón de huevos, un jubilado necesita cobrar la pensión de dos meses, así como para calzar un par de zapatos está obligado a reunir el total de las pensiones de todo un año.
Una realidad distorsionada en su totalidad y sin posibilidad de correcciones en tanto quienes la arruinaron son los mismos que fingen componerla, así como los mismos que a falta de soluciones y de buenas intenciones, sobrados de promesas, discursos y consignas, inflan un globo del tamaño de la Plaza de la Revolución y, metidos dentro de él, se inventan ese universo paralelo donde para comer no se necesita una remesa (en dólares) ni producir ni emigrar sino solo “sembrar tu pedacito”.
Dicen algunos, a modo de burla, que, emulando con la incapacidad y lentitud de los burócratas comunistas, “El dato” estaría trabajando todavía con la tasa del dólar de los años 90 (aun cuando la tasa máxima alcanzada fue de 150 CUP por 1 USD), y también que en “El dato” hay más de un “dato” encerrado, con mucho miedo y brincando como liebre.
También de modo muy serio están quienes sospechan de que, manejado por el régimen, sin ningún tipo de base en la realidad, echando mano a la desinformación, existe como parte de la estrategia de manipular cifras (en turismo, en producción de bienes y servicios, inversiones extranjeras, creación de mipymes, etcétera) para proyectar la idea de que la “corrección de distorsiones” estaría dando resultados cuando la verdad, triste y dura, está a la vista de todos.
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