Hace dos años el semanario El Siglo, del Partido Comunista de Chile, publicó fotos sobre el encuentro que Camila Vallejo y Karol Cariola, otra dirigente estudiantil chilena, tuvieron en el mes de abril del 2012 con Fidel Castro en La Habana.
Camila Vallejo hizo declaraciones en Cuba, que causaron malestar dentro y fuera de la isla, pero especialmente fueron fuertemente criticadas en Chile.
Afirmó Vallejo al llegar a la isla:. “Se habla mucho -dijo- de la represión que sufre el pueblo cubano, y yo quedé muy impresionadade lo contradictorio que es ese discurso si comparamos la práctica policial cubana con la chilena”.
Tras un encuentro con Fidel Castro la joven señaló: “Para nosotros lo que (Fidel) diga, reflexione, lo que nos señale, es como una carta de ruta”. El gobierno chileno rechazó inmediatamente esas declaraciones a las que calificó de “retrógradas”.
Un año después Camila tuvo un hijo con el cubano Julio Sarmiento Machado.
Los nexos de la pareja, además de íntimos, han sido marcadamente políticos, según destacó en esa oportunidad el diario chileno El Mercurio.
A mediados de 2010 Camila Vallejo, estudiante de geografía era conocida en los patios de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo de la Univerdad de Chile.
El “ideólogo” de la joven comunista chilena ha sido el cubano, quien ejerce como médico general de urgencias en Maipú tras haber estudiado la carrera en Chile, adonde llegó en 2002 proveniente de Santa Clara.
A pesar de ejercer ya como profesional, hasta hoy el cubano está encargado de dar charlas sobre doctrina comunista y demandas estudiantiles a los estudiantes que entran a la U. de Chile
Camila y Julio ya eran pareja cuando ella encabezó un movimiento que logró la reestructuración completa de la facultad.
Sarmiento, cuando aún vivía en Santa Clara “rindió honores a los restos del Che Guevara y a los 17 años, cuando estaba en el colegio, empezó a vincularse con el partido comunista cubano”.
De ahí en adelante el cubano ha sido elemento clave en el grupo de estudiantes de distintas universidades que empujaron demandas y protestas del movimiento estudiantil de 2011.
La pareja estuvo separada brevemente, pero luego reanudaron los vínculos y hoy programan su vida en torno a la política, especialmente aconsejada y dirigida por el gobierno castrista. Y Camila cumple al pie de la letra, tal como lo prometió hace dos años, con la carta de Ruta señalada por La Habana.