AREQUIPA, Perú. – “El comunismo divide a la familia, destruye la patria, proscribe la religión, deforma la historia, lleva la sociedad humana al peor atraso, y establece la más ignominiosa esclavitud”, declaró Juanita Castro a la prensa mexicana poco después de salir de Cuba en 1964.
Esas palabras marcaron un antes y un después en la dinámica familiar de la cubana, quien fuera la hermana del dictador Fidel Castro, y también de Raúl. Desde entonces, Juanita nunca volvió a hablar con ellos y se exilió en Estados Unidos, lugar donde regentó una farmacia en Miami y residió hasta su muerte.
Durante su vida trascendió por ser crítica contra el régimen cubano, colaborar con la CIA de manera humanitaria y desmontar muchas de las mentiras que sus hermanos pretendieron construir como discurso oficial de su sistema político.
Según contó a la española RTVE, tras su nacimiento el 6 de mayo de 1933, vivió con alegría los primeros años de su infancia en la provincia de Holguín.
“Raúl siempre fue mi hermano favorito. Yo le decía Musito y el a mí me decía Juana Palangana. Siempre nos quisimos mucho, nos apañábamos (…). Era fácil vivir con Raúl. Era alegre, jaranero, le gustaba fastidiar. Una personalidad totalmente diferente a la de Fidel”.
De acuerdo con declaraciones de la cubana al portal XL Semanal, a Fidel Castro “lo único” que lo motivó siempre fue “el poder”.
Al respecto Juanita señala que el fallecido líder “jamás fue comunista”, pero se apegó a esas ideologías como medio para perpetuarse al mando de la Isla.
“Cuando Fidel anunció por televisión que era marxista-leninista, nos quedamos de piedra. Mi mamá tenía los ojos llenos de lágrimas. ¡Qué actor!”, recordó.
Juanita, quien también había colaborado antes de 1959 en acciones contra Fulgencio Batista, dice que su hermano no solo traicionó al país, sino también a la familia.
Y es que las políticas gubernamentales de Fidel y Raúl chocaron con intereses familiares. Cuando ambos insistieron en incluir la plantación familiar en su programa de reforma agraria para limitar la propiedad privada de la tierra, su hermano mayor Ramón, que había estado manteniendo la propiedad, explotó enojado: “Raúl es un comunista pequeño y sucio. Algún día voy a matarlo”, dijo.
Un artículo de la revista Time cuenta cómo después de la muerte de la matriarca Lina Ruz en 1963, hubo un episodio violento cuando Fidel decidió expropiar de una vez por todas las tierras familiares.
Entonces Juanita empezó a vender el ganado; Fidel se enfureció, la denunció como “gusana contrarrevolucionaria” y tomó represalias, que entre otras causas motivaron el exilio de la cubana.
“No puedo seguir siendo indiferente a lo que está sucediendo en mi país”, afirmó después de su partida de la Isla. “Mis hermanos Fidel y Raúl lo han convertido en una enorme prisión rodeada de agua. El pueblo está clavado en una cruz de tormento impuesta por el comunismo internacional”.
Juanita publicó su autobiografía en español en 2009 como Fidel y Raúl, mis hermanos. La historia secreta, una obra coescrita con la periodista mexicana María Antonieta Collins.
“Es suficiente lo que ha vivido el pueblo de Cuba. Es suficiente lo que ha sufrido el exilio. El cambio ya se está pidiendo a gritos. Eso realmente es mi intención y mensaje para mis hermanos. Yo creo que está bueno ya”.
A la edad de 90 años, Juanita Castro falleció en un hospital de Miami este 4 de diciembre. Nunca regresó a Cuba.
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