Se forma una tromba marina cerca de Guanabo, La Habana
written by CubaNet | lunes, 10 de abril, 2023 1:48 pm
MIAMI, Estados Unidos. — El Centro de Pronósticos del Instituto de Meteorología de Cuba (INSMET) informó sobre una tromba marina que fue vista este lunes en las inmediaciones del Rincón de Guanabo, en La Habana.
El reporte de ese organismo estatal indica que el fenómeno se produjo poco antes de las diez de la mañana.
“Cerca de las 9:45 a.m., en una zona de chubasco, fue vista en las inmediaciones del Rincón de Guanabo una tromba en altura. El sistema duró unos tres minutos y no tocó tierra”, señaló el Centro de Pronósticos del INSMET en Twitter.
Cerca de las 9:45 am en una zona de chubasco, fue vista en las inmediaciones del Rincón de Guanabo una tromba en altura. El sistema duró unos 3 minutos y no tocó tierra.
— Centro de Pronósticos, Insmet (@cnp_insmet_cuba) April 10, 2023
Las trombas marinas se han vuelto frecuentes en Cuba durante los últimos años. Muchas de ellas han sido captadas en cámara tanto por entidades estatal como por aficionados.
El 19 de octubre de 2022 el propio INSMET reportó uno de estos fenómenos muy cerca del Morro de La Habana.
Un mes y medio antes, el 7 de septiembre, una tromba marina fue divisada sobre la Presa Avilés del municipio de Cumanayagua, en la provincia de Cienfuegos. Según testigos, el fenómeno pudo apreciarse durante más de 20 minutos —entre las 5:25 y las 5:50 pm aproximadamente— con muy lento movimiento y gran altura de la nube base.
Una tromba marina es un fenómeno meteorológico que se produce cuando una nube de tormenta se forma sobre el agua y crea un embudo de viento giratorio que desciende desde la nube hacia la superficie del agua. Es similar a un tornado, pero se forma sobre el agua en lugar de en tierra.
Las trombas marinas pueden ser peligrosas para las embarcaciones y las personas que se encuentran en el agua cercana. También pueden causar daños en las costas cuando llegan a tierra. Las trombas marinas pueden ser relativamente pequeñas y durar solo unos pocos minutos, o pueden ser más grandes y durar varios minutos o incluso horas.
La ciencia las divide en dos categorías: trombas marinas tornádicas y no tornádicas. Las trombas marinas tornádicas son similares a los tornados y tienen vientos extremadamente fuertes que pueden causar daños significativos. Las trombas marinas no tornádicas, por otro lado, tienen vientos más débiles y son menos peligrosas.
Detenido e incomunicado joven de Guanabo por hablar en cola del pollo
written by Katherine Mojena Hernández | lunes, 10 de abril, 2023 1:48 pm
Camilo Guerra Ramos (Foto: Cortesía de la autora)
MIAMI, Estados Unidos. – En medio de la pandemia de coronavirus en Cuba, signada por la escasez de alimentos y productos de primera necesidad, también se incrementa la represión policial y la violación de los derechos humanos de la población de la Isla.
Este sábado, en Guanabo, La Habana, fueron detenidos varios ciudadanos en medio de una cola para comprar pollo, entre ellos el joven Camilo Guerra Ramos, quien se encontraba en el lugar desde la noche anterior intentando asegurarse un turno.
La prima de este muchacho, Isue Díaz, ofreció detalles sobre el suceso en su perfil de Facebook. Poco después, CubaNet contactó con la joven.
“Él (Camilo Guerra Ramos) estaba intentando comprar pollo. Un policía le dijo que se callara porque estaba conversando con una señora y mi primo respondió: ‘Ya aquí no se puede ni hablar’. Eso fue suficiente para que se le lanzaran encima”, contó Díaz, quien reside en Miami.
Según la entrevistada, dos amigos de Guerra también resultaron detenidos, mientras que otras personas fueron agredidas por los agentes.
Agentes policiales que detuvieron y golpearon a Camilo Guerra (Foto: Cortesía de la autora)
Cola del pollo en Guanabo (Foto: Cortesía de la autora)
Agentes policiales en la cola (Foto: Cortesía de la autora)
“A mi primo lo golpearon salvajemente varios oficiales, delante de todo el mundo, sin motivos, solo porque tienen la fuerza. Según su mamá también lo golpearon en la unidad policial”, agregó Díaz.
“Les quitaron y les rompieron los teléfonos a todos los que estaban filmando ese abuso”, también denunció.
Hasta ahora, la Policía ha negado a Guerra Ramos el derecho a recibir visitas. Ni siquiera sus familiares han podido tener contacto con él. Su madre teme por las condiciones físicas en las que podría encontrarse el joven, no solo por los golpes recibidos sino porque es asmático crónico y sufre frecuentes crisis.
Según Díaz, las autoridades pidieron ocho años de prisión contra el joven, por el supuesto delito de “desacato”. También “recomendaron” a la familia que se buscara un “buen abogado”.
Guerra Ramos, de 21 años de edad, reside en Guanabo. Recientemente culminó el Servicio Militar Obligatorio.
Su caso no es un hecho aislado. Esta semana fueron liberadas Mileydis Salcedo y su amiga Elizabeth Vaquero, luego de dos meses en prisión por intentar documentar la agresión policial de la que fueron víctimas, también en una cola.
Este lunes, también fue puesto en libertad el joven influencer de 17 años conocido como “El Kende de Cayo Hueso”, después de haber sido detenido por provocar la aglomeración de sus seguidores durante la filmación de un video.
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Guanabo, crónica de otra desdicha cubana
written by Laura Rodríguez Fuentes | lunes, 10 de abril, 2023 1:48 pm
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
LA HABANA, Cuba.- En la parada de la avenida del puerto, en La Habana vieja, se han formado dos filas tupidas a la espera de un mismo ómnibus. La señora que reparte los tickets, sucios y manoseados, le explica a un par de muchachos que una de las colas, la más grande, es para los que quieren ir sentados, que a los de la otra, les corresponde inevitablemente el pasillo del carro. Son las tres de la tarde y el sol castiga sin misericordia a la multitud reunida en el lugar, que se dirige en masa hacia las playas del este. A unos metros de la parada, los taxistas establecen sus tarifas a nacionales y extranjeros: dos, tres y hasta cinco CUC por persona. “Tómalo o déjalo”, advierten.
Dentro del ómnibus, un grupo de adolescentes prenden su bocina portátil con las letras ininteligibles de Bad Bunny. Una mujer protesta por el mal olor del vecino. Ha empezado a correr el sudor, la amalgama de fluidos humanos, el aliento caliente de cien personas que se dispersa en un área comprimida. Dos mujeres avientan en alta voz sus problemas maritales y un desconocido las aconseja. Son 30 kilómetros, casi una hora de viaje aferrados a un tubo metálico para llegar a la playa, como vacas al matadero, como sardinas enlatadas, como tres en un zapato.
En Guanabo hay zonas de gente pudiente, villas para oficiales y altos dirigentes del gobierno, casas con piscinas y hoteles de lujo para extranjeros. “La playa está muy linda, todo el mundo está en la playa”. Tres alemanas, blanquísimas, han sido llevadas al mar cubano por primera vez. Son custodiadas por par de mozos morenos que les ofrecen tragos largos de Habana Club y les acarician el pelo con caras lascivas.
“Coditos tostados”, “mazorcas”, “tamales”. Lázaro Ulloa camina kilómetros de arena caliente para tratar de vender todo lo que contiene su saco de nylon. Dice que vino desde Moa para instalarse con unos primos en La Habana, que trajo a sus dos hijos y que viven con cuatro personas más en el centro de la ciudad. Lázaro viaja a diario a Guanabo para “hacer negocio”. Casi nunca se va con las manos vacías porque “la playa da mucha hambre”, apunta. “Lo que más me resuelve la vida son los pomitos de agua congelada a 25 pesos cada uno. Aquí se pasa tremendo trabajo, pero La Habana es La Habana y yo pa´ Oriente no regreso más”.
El cielo en Guanabo ha comenzado a nublarse. Una de las alemanas ha salido rodando cuesta abajo desde las dunas en su intento por sostenerse en pie. El mozo que la acompaña la levanta en peso y la lleva al agua para refrescarle la cabeza. El otro se frota las manos y sabe que han hecho la tarde con las “yumas”, mientras les ofrece otro trago largo a las dos sobrias restantes. Ha comenzado a relampaguear y la gente recoge presta sus sombrillas.
A las seis de la tarde un aguacero infernal ha dejado la playa vacía. El gerente de uno de los establecimientos cercanos cierra la reja del kiosco y prohíbe la entrada al lugar. “No me dejes pasar a nadie”, le grita al dependiente. “Que se mojen, como si los parte un rayo, que después me dejan todo esto aquí lleno de arena”. Una mujer corre en vano con su hijo pequeño en brazos para que no les alcance la lluvia y se queja por la falta de solidaridad. El único taxista disponible pide 25 CUC hasta el Vedado. Las alemanas y sus jineteros alquilan el vehículo.
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
Guanabo, crónica de otra desdicha cubana. Foto del autor
En una garita del parqueo colindante se aglomeran más de quince personas. El agua penetra sin compasión por los agujeros del cuartucho y los truenos asedian cada cocotero cercano. Un ómnibus recoge a tres de los guarecidos y les niega refugio y transporte a los demás porque “la guagua es de una empresa y está alquilada”. En un espacio de tres metros los cuerpos buscan protección sobre los otros.
En el paradero de Guanabo hay reunidas más de quinientas personas y ha llegado un vehículo repleto de policías. La muchedumbre desesperada toma por asalto el único ómnibus disponible y una muchacha cae suspendida en un charco de agua. Otros jovenzuelos ebrios sacan una navaja para defender su hombría y los obligan a penetrar en una de las patrullas. “Al menos estos se van de aquí”, comenta alguien. Los oficiales tratan en vano de organizar la cola y se escucha a un borracho gritar improperios del presidente.
Una señora comienza a sollozar del miedo, de la incertidumbre para volver a su casa. “Tú no querías playa, coge playa”, le espeta el marido. Son las ocho de la noche dentro del ómnibus que llega hasta Guanabo y retorna a la urbe “maravilla” de 500 años. Hay arena dispersa en el pasillo, mujeres desprovistas de ropa, sudor salado que se mezcla con el olor nauseabundo del alcohol y el humo de cigarro. Guanabo no es lugar para pobres, es sitio para extranjeros, gente pudiente, hoteles de lujo, villas para funcionarios con autos modernos.
Guanabo: “Será tan caro como Varadero”
written by Ernesto Pérez Chang | lunes, 10 de abril, 2023 1:48 pm
El paisaje cada día se torna más horrendo. Foto Ernesto P. Chang
El tiempo se ha ido encargando de los desalojos. Foto Ernesto P. Chang
Una buena cantidad de casas hoy han sido abandonadas o compradas por extranjeros. Foto Ernesto P. Chang
LA HABANA, Cuba.- Apenas el huracán Irma abandonaba suelo cubano cuando ya las brigadas de reconstrucción, por orden del gobierno, marchaban hacia los principales enclaves turísticos con el fin de tener listas las instalaciones hoteleras para la actual temporada alta.
Contrario a lo publicado en los medios de prensa oficialistas acerca del rescate entregado a los damnificados, lo que sucedía a la vista de todos era indicativo de que no importaban los costos de las inversiones para el turismo, aun cuando estos se tradujeran en afectaciones para una población ya de por sí empobrecida y que, tras el paso del meteoro, quedó situada más allá del borde de la miseria. Para el régimen, el turismo está primero.
Ni siquiera la importación y producción insuficientes de materiales para la construcción, su urgente demanda por las miles de familias que, tan solo en la capital, aún permanecen a la espera de ayuda, detuvo las obras destinadas al turismo, incluso aquellas que no necesariamente debían ser entregadas a principios de 2018, como las realizadas por el grupo CIMEX en el Mercado de Cuatro Caminos o en la gasolinera de 23 y Malecón, por recordar solo dos.
Si hoy los informes indican que ha sido recuperada la totalidad de las estructuras y áreas destinadas al turismo internacional dañadas por el huracán y que incluso se continúa con el plan de ejecución de nuevas obras, por otra parte ocultan lo que ha sucedido con aquellos lugares que, por necesidad más que por tradición, han sido el destino vacacional de los cubanos que no cuentan con recursos suficientes para viajar a Cayo Coco o Varadero.
Las playas del Este de La Habana, y en especial el pueblo de Guanabo, debido al abandono sostenido, pudiera ser un ejemplo del poco interés que prestan las autoridades de gobierno a aquellos lugares donde el componente poblacional mayoritario no son extranjeros sino personas humildes.
Sin embargo, aunque el deterioro es alarmante, se sospecha que tras el aparente desinterés institucional se oculta una maniobra que busca ahuyentar poco a poco a los habitantes de las zonas más cercanas a la duna para posteriormente comenzar la ejecución de proyectos encaminados a fomentar el incremento de vacacionistas extranjeros.
La estrategia de no otorgar nuevas licencias de reparación a aquellos propietarios cuyas viviendas cercanas al mar fueron destruidas o declaradas inhabitables, aun cuando cuenten con los recursos para acometer las labores, tiene como objetivo despoblar el área paulatinamente bajo el pretexto de recuperar la duna.
No obstante, pobladores de la zona denominada Playa Veneciana, en las cercanías de Guanabo, tradicionalmente explotada para fines de extracción petrolera y como coto de recreo de las Fuerzas Armadas, afirman que el lugar es visitado constantemente por grupos de proyectistas e ingenieros civiles y que se habla de construir un campo de golf asociado a un gran complejo inmobiliario con capital chino.
“Si lo que buscan es recuperar la duna entonces ¿por qué han llevado las tuberías de gas y agua hasta allí?”, se preguntan con razón varios de los pobladores obligados a abandonar el lugar.
Hacia el centro del poblado de Guanabo sucede algo similar. Cada día aumentan las edificaciones en ruinas y quedan muy pocos tramos de playa aptos para el baño. Aunque es un asunto que durante los últimos años ha levantado protestas entre visitantes y pobladores, no ha habido más respuesta de las instancias de gobierno que aumentar, mediante regulaciones locales y desidia, las presiones de todo tipo para acelerar la despoblación.
En la avenida principal abundan las casas abandonadas. Foto Ernesto P. Chang
Las casas cercanas a la duna están en el punto de mira del gobierno. Foto Ernesto P. Chang
El abandono es parte de la presión contra los pobladores más humildes. Foto Ernesto P. Chang
La basura se acumula cerca de las casas más humildes de Guanabo. Foto Ernesto P. Chang
Los desperdicios se acumulan en donde antes hubo arena, apenas quedan lugares donde sentarse a la sombra. Todo está lleno de piedras, cristales rotos y el paisaje es deplorable.
“Hay lugares que ya no reciben agua. Dicen que el sistema de acueducto está muy deteriorado y que hay problemas con la sequía, pero no dejan de enterrar tuberías en la Veneciana”, protesta Gladys, residente en Guanabo.
Su casa, como muchas otras, está considerada en peligro de derrumbe pero ella se resiste a abandonarla. Sabe cómo funcionan las cosas y apenas se aleje del lugar, posiblemente el terreno será adquirido por algún extranjero o cubano con dinero suficiente para obtener, mediante soborno, un permiso de construcción.
“Es lo que pasará. Ahora Guanabo está así pero si la gente se sigue yendo y los extranjeros comprando, en unos años será tan caro como Varadero. Dejará de ser la barranca de todos”, pronostica Gladys.
Su vaticinio no es desacertado. El proyecto de desarrollo económico del gobierno cubano, enfocado en la atracción de capital foráneo en detrimento de la iniciativa de los emprendedores cubanos, establece nuevas categorías sociales donde el ciudadano de a pie queda anulado, marginado, así como sus espacios de participación se reducen en favor de los ingresos externos.
Para el no muy lejano año 2030, según se continúa anunciando en las carteras de oportunidades para la inversión, publicadas por el gobierno cubano, se espera que el litoral norte de La Habana quede transformado en un conglomerado de negocios inmobiliarios, ninguno destinado al disfrute pleno del ciudadano cubano.
Nuevo despojo de tierras en Guanabo
written by Reinaldo Emilio Cosano Alén | lunes, 10 de abril, 2023 1:48 pm
Guanabo (playasdeleste.com)
LA HABANA, Cuba.- El ingeniero Wilfredo Sandoval vive en Habana del Este. Acostumbra a escuchar el noticiero matutino mientras se prepara para ir al trabajo. La semana pasada tuvo un salto en el estómago cuando casi por casualidad supo del ultimátum para asentar en el Registro de la Propiedad en la capital los solares yermos no inscriptos o desactualizados, que vence el 31 de marzo.
Los medios en manos del gobierno apenas han divulgado la Resolución 114-07 del Ministerio de Justicia que expropiará los solares yermos en la capital que no estén inscriptos en el Registro de la Propiedad. La orden perjudicará a muchos desconocedores de la nueva normativa con la usurpación de sus tierras, que en una de sus partes, dice concluyente:
“Juan Miguel Herrera, director provincial de Planificación Física, anunció que quienes posean el título de la parcela y no acudan a la oficina del Registro de la Propiedad de su municipio en el período estipulado perderán ese poder en virtud del artículo 27.2 de la Resolución 114-07 del Ministerio de Justicia, en concordancia con el Artículo 15 de la Constitución de la República”.
Comenta Sandoval: “La mayoría de la gente cree que es suficiente poseer el título de propiedad, sin obligación del asentamiento en el Registro de la Propiedad porque hace más de medio siglo el régimen ignoró ese práctica urbanística que se remonta a la época colonial. El Gobierno castrista arrasó con el Registro de la Propiedad, el Registro de la Propiedad Intelectual, el Ministerio de Hacienda, el Tribunal de Cuentas y hasta con la Constitución de la República. Se vivió en un caos legal, que ahora quieren enderezar. Pienso que la eliminación del Registro de la Propiedad sirvió al gobierno para no reconocer la racha de confiscaciones de edificios y tierras. Tan desactualizado está que hoy muchas reclamaciones, búsquedas, inscripciones, precisan de engorrosos y largos trámites en los peores casos de Notaría, Arquitectura, Planificación Física, Urbanística”.
Sandoval, desesperado, ha intentado registrar a tiempo sus dos solares, uno de ellos heredado de su madre. Anda “de corre-corre”, en trámites entre los Departamento de Arquitectura, Planificación Física y Notaría, lugares atestados de solicitantes para diferentes trámites. Se exige documentos, certificaciones, que no siempre han resistido los avatares del tiempo, malas prácticas y las malas condiciones de conservación en más de medio siglo de abandono. Hace colas, junta papeles y paciencia. Le preocupa que el tiempo no le alcance, malgastado entre tanta burocracia y conocidos absurdos; el principal, escamotear la noticia a la ciudadanía
“Si se tratara de un asunto político como la reciente prohibición de entrada a Cuba de Luis Almagro, secretario general de la OEA, del expresidente de México, Felipe Calderón y la exministra y exdiputada chilena Mariana Aylwin, nos tendrían hartos con tantos comentarios por radio, televisión y periódicos, pero este de próximas confiscaciones de tierras ha pasado por los medios como leve susurro”, se queja Sandoval.
La Resolución plantea en otra de sus partes que el gobierno “emplea sus parcelas [confiscadas] en obras sociales o para que la población construya viviendas”.
Hoja de parra para encubrir despojo anterior y futuro. Vieja maña.
No es cierto, o enteramente cierta la afirmación. Basta caminar por cualquier pueblo de la isla para ver edificios en ruinas, que fueron viviendas o comercios confiscados décadas atrás a sus legítimos propietarios, hoy “curiosamente” derrumbados convertidos en solares yermos, improvisados vertederos de basura y focos infecciosos para darse cuenta de la realidad de esa afirmación que no se sostiene por sí misma. Lastimosamente, terrenos y edificaciones que muchas veces quedan abandonadas, destruidos sin el uso, pero que no se entregan a familias sin techo para que las vivan y den mantenimiento. Grave negligencia institucional.
Un ejemplo chocante en Guanabo, entre tantos de usurpación-construcción-destrucción está a la vista ahora mismo en calle 489 esquina a Séptima Avenida, Guanabo.
El Gobierno ocupó el solar yermo propiedad de un señor de apellido Lima sin pago alguno, sin acuerdo con los herederos donde hace alrededor de doce años construyó un Taller Automotriz, muy grande y moderno, a un costo de más de cien mil dólares y daba servicio de mantenimiento técnico y reparación a ómnibus y autos ligeros de empresas estatales de la localidad en chapistería, mecánica, pintura y lavado. Hace cinco años es pura ruina. Sin razón justificable, el Taller fue abandonado. Personas necesitadas de materiales de construcción saquearon el inmueble, equipos, mobiliario, con tácito consentimiento de las autoridades y la misma Empresa que no intervinieron. Continúa abandonado. Vuelve a ser terreno yermo.
Otro caso inmobiliario, algo diferente ocurre en la misma cuadra que Iris Gil García y su hermana Ida residentes en calle 486.
Comentan que “Andrés Damas era propietario de las tierras, colindantes enfrente, con las de Lima, también parcelada. Mis padres, aprovechando los bajos precios compraron dos solares. En uno construyeron la vivienda familiar, el otro quedó para construir una casa y rentarla, práctica usual entonces, previendo ingresos extras y mejor jubilación. Pero el gobierno revolucionario trastrocó la situación inmobiliaria por completo, la vida completa del país. Interrumpió muchos planes e ilusiones”.
Ida inscribió hace poco su solar en el Registro de la Propiedad y lo puso en venta, pero para sorpresa suya conoció que una reciente orden municipal prohíbe a particulares vender ni construir en solares yermos en zona de playas. La medida supone obligar a los tenedores de solares a negociarlos a precios irrisorios al Estado.
El Gobierno, presionado por la asfixiante carencia de viviendas y el crack de la industria de la construcción, autorizó la compraventa de inmuebles con que dio un respiro inmobiliario a la ciudadanía. Pero continúan apareciendo limitaciones legales, que desnaturalizan la liberalización de compraventa de inmuebles.
“¿Qué hacemos con el solar de nuestra propiedad que no podemos venderlo ni construir?”, preguntan las hermanas Ida e Iris.
written by Reinaldo Emilio Cosano Alén | lunes, 10 de abril, 2023 1:48 pm
Basuras acumuladas sobre una parte de la duna, curiosamente al lado de un contenedor en playa Guanabo (foto del autor)
LA HABANA, Cuba.- Giraldo Peña Vázquez, de 41 años, residente en Peñas Altas, Guanabo, Habana del Este no sale de su asombro. Una inspectora de la Oficina Nacional Tributaria (Onat) le impuso una multa de cien pesos (cuatro dólares) por escamar sardinas para el consumo familiar sobre las arenas de la playa Guanabo.
Giraldo admite que la inspectora solo cumplía órdenes para intentar mantener las playas limpias, pero también sabe que los enjambres de bañistas que llegan y parten cada día, especialmente ahora en los meses de verano, son los que más desechos dejan.
Dice: “No entiendo por qué la multa precisamente a mí. ¿Qué perjudica un puñado de escamas de sardinas limpiadas en su medio natural si el ardiente sol pronto las pulveriza? Debían ocuparse mejor de los bañistas que tiran por todas partes latas de refresco, cerveza, botellas, cajas de jugo, jabas de nailon, envases de cartón, restos de comida, huesos. Permiten los paseos en caballos alquilados sobre la arena y ni sé cuántos desórdenes más”.
Edelmis Olano, también pescador, amigo de Giraldo, comenta: “Hay que ver en los días más concurridos, al caer la noche y retirarse los turistas, la cantidad de basura que dejan. Ciertamente los trabajadores de Comunales recogen temprano en la mañana, pero el asunto es que las autoridades colocan rústicos depósitos de basura hechos de madera, que pegan con el entorno, pero que son robados por la noche”.
Disfrutan un día de playa sobre la duna, con el apedreado cococtero a su lado (foto del autor)
Rodolfo, trabajador estatal recogedor de basura en la playa, explica: “No sé, pero un policía de la playa me contó que sorprendieron a dos jovencitos por la noche zafando los listones de madera de un tambucho de basura para llevárselos. Confesaron que lo hacían para tener madera y clavos para fabricar sus palomares, que se dedican a la crianza de palomas desde niños”. Le impusieron trescientos pesos de multa a cada uno.
Grandes vallas en las vías rápidas que conducen a las Playas del Este de La Habana anuncian: “Si caminas por las dunas, se mueren”. Está prohibido transitar sobre las dunas pero hay quienes se sitúan sobre ellas para descansar, alcanzar mejor vista del mar, asegurar sus pertenencias.
Alrededor de trescientos metros de dunas frente al hotel Marazul en Santa María del Mar tienen pasarelas de madera de acceso a la playa para no pisar las dunas, aunque algunas están deterioradas porque fueron construidas con madera de mala calidad.
Especialistas del Instituto de Oceanología, del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente aseguran que existe un apreciable proceso de erosión y retroceso de la línea costera en Guanabo y demás playas contiguas.
Desaparecen los contenedores de basura, dice Edelmis Olano (foto del autor)
Entre las causas principales del deterioro están el déficit de aportes naturales de arena, incorrectas construcciones sobre la línea costera -algunas eliminadas- grandes extracciones de arena varias décadas atrás por organismos estatales para construcciones, y escasa y maltratada vegetación costera protectora de las dunas. Años atrás, barcos areneros situados frente a la bahía de La Habana extraían toneladas de arena del fondo marino arrastradas por las olas. Arena que jamás regresará a la playa en su reflujo cíclico.
Giraldo no ha vuelto a limpiar sardinas en la playa. La fuerte multa fue un eficaz recurso educativo, pero, ¿qué hacer frente a tantos infractores de la convivencia ciudadana?
Guanabo, un río convertido en cloaca
written by Reinaldo Emilio Cosano Alén | lunes, 10 de abril, 2023 1:48 pm
Desechos en un recodo del río con apreciables desechos y pisadas de reses (foto del autor)
LA HABANA, Cuba. –El Espigón, en la desembocadura del río Guanabo, antaño fue una base de yates de recreo y pesca. Hoy en ruinas, todavía atrae al turista para tomar baños de sol y mar, por sus trasparentes aguas, arena fina y blanca y poca profundidad.
Sin embargo las aguas del lugar están contaminadas por todo lo que llega desde río arriba. Y no existe ningún aviso de prohibición de baño o siquiera la preventiva bandera roja sobre la arena. Tampoco hay salvavidas o autoridad alguna que impida a los bañistas utilizar la zona.
Directamente al río vierten las aguas albañales del populoso barrio de Peñas Altas ‒con treinta y siete edificios multifamiliares de 45 apartamentos cada uno, además de las casas independientes‒, las del Caserío de Guanabo, de Campo Florido, del barrio La Coca y otros muchos caseríos, vaquerías y cochiqueras. Tanto que hasta biajacas, camarones, jicoteas, ranas-toros y otras especies acuáticas autóctonas antes abundantes han desaparecido.
Por ejemplo, en La Coca se alzan ocho edificio de 45 apartamentos cada uno, donde habitan familias de hasta ocho miembros. Terminados de construir en 1989, su sistema sanitario exterior “inexplicablemente” quedó sin laguna de oxidación para el necesario procesamiento de aguas residuales, de acuerdo al proyecto original. La “solución” fue conducir los desechos al río, obviando el necesario estanque.
Raúl Espinosa, de 74 años y residente en el edificio 8 en La Coca, comenta: “Hay que verle la turbulencia del río por las aguas sucias que van a parar a él temprano en la mañana, cuando la gente se prepara para escuela y trabajo. O cuando regresan a sus hogares alrededor de las cuatro a cinco de la tarde”.
El campesino Lázaro Morei, de Cantarrana, Campo Florido, cuenta que “el ganado y cualquier otro animal bebe las aguas del río cuya leche se consume y vende. Las mismas aguas que usamos para regar las siembras. No hay otra. ”
Restos de El Espigón en Guanabo (foto del autor)
“Abrimos pozos, pero dan el agua mala. No sabemos qué hacer”, continúa. “Hay campesinos que poseen turbina de agua para riego, pero el agua tiene la misma mala procedencia”. Pese a la suciedad, Lázaro afirma que “hay gente que pesca allí y come o vende el pescado contaminado.
Uno de los que poseen turbina para riego es Leonardo (Nardo) Morei, de 55 años. También asentado en Cantarrana, Campo Florido, recuerda que “hace tiempo vinieron unos investigadores, tomaron muestras del agua, comprobaron la infección y recomendaron construir una laguna de oxidación. Un familiar ofreció donar la tierra al gobierno para la construcción, pero los técnicos no se aparecieron más por aquí. Tampoco dieron respuesta sobre la entrega del terreno para la laguna. Hubiera resuelto un problema grande”.
El río se nutre con las aguas de las presas La Coca y La Zarza, las mismas que suministran el agua potable a Campo Florido, parte de Guanabo y otras localidades.
Hace poco las autoridades declararon haber logrado hasta un nuevo 10% de disminución de la carga contaminante de la bahía de La Habana al eliminar focos de contagio, lo que ni por asomo sucede con el agónico río Guanabo donde no se aplica iniciativa alguna para frenar el mal. Aguas malsanas que van a parar al mar y que contaminan desde los cultivos en Campo Florido hasta la playa de El Espigón.
Si vives en Guanabo, procura no enfermarte
written by Reinaldo Emilio Cosano Alén | lunes, 10 de abril, 2023 1:48 pm
Policlinico dental de Guanabo, abandonado (foto del autor)
LA HABANA, Cuba. – La preparación ‘cosmética’ en varios centros de salud locales, consistente en remendar desconchados en techos y paredes y pintura para dar mejor semblante al visitante, no fue suficiente para mantener ocultos otros problemas críticos ante la reciente visita del doctor Roberto Ojeda, ministro de Salud Pública, a Guanabo, municipio Habana del Este.
“El consultorio médico No.16 tuvo que ser desactivado por las pésimas condiciones de deterioro constructivo, techos peligrosos, puertas zafadas, inseguridad e insalubridad. Es injustificable que Guanabo, con más de 70 mil habitantes y cerca de 24 mil visitantes diarios en verano no tenga ni una ambulancia para trasladar a heridos graves, infartados o cualquier otro caso de urgencia, para ser trasladados a hospitales en La Habana a cincuenta kilómetros o más. Muchas veces tenemos que cambiar el tratamiento médico, dejar de lado el más efectivo, porque faltan medicinas en farmacias. Tenemos que cumplir más horas de trabajo o doblar turnos, lo que significa mayor agotamiento físico y mental por la escasez de médicos. Casi todos son enviados al exterior”, comentó a CubaNet una doctora que prefirió no dar a conocer su nombre.
Joaquín Pereira, de 78 años, recuerda que el policlínico-docente “Mario Muñoz” de Guanabo tenía una buena sala de Cirugía Mayor pero fue eliminada en la década de 1990, para reducir salarios. La ciudadanía perdió esa opción, que hoy día hay que realizar en La Habana, con todos los contratiempos que eso conlleva. Algo parecido ocurrió hace tres años con la Casa de Maternidad para gestantes con bajo peso por malnutrición. Fue eliminada e incluida en otra en Alamar, a 20 kilómetros de distancia.
Si el Ministro transitó por algunas de las tantas calles de Guanabo rotas, llenas de charcos de aguas albañales, infecciosas, se dio cuenta de que esta impertinencia, desde el punto de vista epidemiológico, representa un grave problema de salud pública.
De enterarse, quizás el doctor Ojeda se habría interesado por por qué del cierre del centro de rehabilitación y salud del Ministerio de la Industria Básica (MinBas), conocido por el simpático nombre “Villa Lupe”, que, además de hospedería, contaba con una excelente y bien dotada Clínica para pacientes por enfermedades laborales.
De haber conocido que el Ministro Ojeda estaba de recorrido en Guanabo, miles de ciudadanos de las cercanías y otras muchas localidades próximas al exclusivo “Residencial Tarará”, quienes recibían tolerada atención médica de urgencia, se habrían trasladado a preguntarle al dirigente por qué fue desactivado el eficiente y moderno Hospital de Tarará.
El policlínico dental ya no es problema. Luego de su colapso definitivo, fue reubicado en una casa con aparentes condiciones apropiadas, aunque “olvidaron” dejar un baño para necesidades fisiológicas de los pacientes, quienes tienen que ocultarse entre arbustos y malezas fuera del Dental para realizar evacuaciones inmediatas. ¿Por qué se permitió tanto abandono en el anterior Dental, al punto de que fue inminente su cierre?
Coincidente con la visita del Ministro, comenzaron a llegar materiales de construcción para reparaciones de estos centros. ¿Había que esperar por tan importante persona? ¿En qué se entretenían otras autoridades del municipio y la provincia?
Sin duda el Doctor Ojeda regresa a su oficina con una agenda de trabajo bien cargada.
written by RCCC | lunes, 10 de abril, 2023 1:48 pm
LA HABANA, Cuba. (Juan Carlos Díaz Fonseca) -La playa de Guanabo, perteneciente al municipio Habana del Este, en la capital, es un lugar turístico, a donde también acuden visitantes de diferentes países, con el propósito de disfrutar sus bondades. Ellos, sin embargo, tienen más derechos allí que los propios cubanos.
Allí hay un establecimiento gastronómico nombrado “La Cocinita”, que está ubicado en la 5ta Avenida entre 478 y 480, el cual es custodiado por la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), con el fin de evitar el contacto de los cubanos de la isla con los turistas que van al lugar.
El pasado 13 de octubre, dos jóvenes de raza negra fueron detenidos, a las 9:00 pm aproximadamente, por dos agentes de la PNR, solo porque se encontraban caminando cerca del lugar.
Los dos muchachos se dirigían a La Cocinita a tomar una cerveza, siendo vecinos de la zona y bajo amenaza de ser trasladados a la Estación de Policía, tuvieron que retirarse, después de haber sido amenazados por los agentes.
Madeleine, quien reside en el barrio, explicó que esto sucede casi todos los días a cualquier hora y no es sólo con los hombres, también con las mujeres. De hecho algunos se han negado a ceder, son esposados con las manos en la espalda y maltratados con empujones al montarlos en los autos patrulla de la PNR.
Una orden es una orden y estos oficiales la cumplen sin importarles los derechos de los detenidos.
El hotel fantasma de Guanabo
written by Reinaldo Emilio Cosano Alén | lunes, 10 de abril, 2023 1:48 pm
Vista frontal del edificio despues de la pintura- Foto del autor
LA HABANA, Cuba -El hotel Las Avenidas, en la que fuera esquina de oro de la playa habanera (Quinta Avenida y calle 478) es un hotel de tres plantas vacío, sin vida, a pesar que fue reparado el año pasado. Pero solo la fachada. Colosal fraude.
Horacio Marrero Viciedo, de 44 años, residente en Bajurayabo, barrio de Guanabo, constructor miembro de la brigada que intervino en las reparaciones, cuenta la urgencia con que se les hizo trabajar:
“Los jefes nos apuraban. Teníamos que romper a trabajar temprano. Las llegadas tarde o ausentismo laboral equivalían al despido y como queríamos cuidar nuestro trabajo porque además del poco salario teníamos la recompensa del pago de horas extras y almuerzo y meriendas aceptables nos esforzábamos y a veces trabajábamos hasta doce horas diarias. Descansábamos los domingos. Durante la jornada veíamos entrar y salir a arquitectos, dirigentes del gobierno y del partido papeles en mano supervisando cada detalle. Apenas hablaban con nosotros, nada nos contaban, pero era fácil darse cuenta de la preocupación por terminar la reparación a tiempo. ¿A tiempo para qué? Tantos esfuerzos, ¿para qué?”
Recursos de la nación que se botan. Puertas y ventanas importadas, modernas, con vidrios ahumados, ¡de paquete!, colocadas en sustitución de las viejas y desvencijadas. Se eliminaron desconchados de paredes exteriores. Finalmente con la pintura de paredes quedó como nuevo, atractivo, elegante como debió lucir en su primigenia inauguración a fines de la década de 1940.
“Cuando comenzamos las reparaciones preguntamos al contratista qué tiempo nos ocuparía. Días después comprendimos el significado de sus palabras: ¨A lo sumo un par de semanas. Será solo pasarle la mano¨, (término que en argot de albañiles significa reparación ligera). Solo la fachada”, comenta Marrero.
Hotel Las Avenidas antes del maquillaje constructivo. (Foto del Autor)
Por dentro no se invirtió ni pizca de cemento sobre cabillas corroídas, ni remiendo arquitectónico, tampoco un brochazo de pintura. Calladamente fue reinaugurado en mayo de 2013. No hubo pompa, alboroto, ni aplausos ¿Inaugurar un viejo cascarón maquillado? Fue un bofetón a la ciudadanía que recuerda el hotel, hoy en ruinas, como parte de su patrimonio. Se pensó sería rehabilitado completo. Un engaño.
De continuar abandonado -como se deduce- columnas y paredes se quebrarán y el hotel se desplomará. Entonces, ¿para qué esos gastos?
Otros inmuebles de Quinta Avenida, principal arteria de la ciudad fueron remozados, aunque solo fachadas. El gobierno quiso mejorar la vista de una parte de la villa frente los ojos de turistas nacionales, extranjeros y población local. Pero lo que realmente se necesita es reparación a fondo. Ocasionales turistas y viandantes están urgidos de hoteles baratos y cómodos, como fue Las Avenidas, confiscado a su legítimo propietario -como todos- y como tantos otros desplomados o en total abandono, corroídos por el cáncer de la desidia gubernamental.
Actual pared trasera del hotel Las Avenidas. (Foto del autor)
El emblemático hospedaje y restaurante Las Avenidas tendrá que esperar inciertos tiempos mejores, si antes la agresividad del mar a cien metros, el aire salitroso y la falta de uso y mantenimiento constructivo, pero sobre todo el ineficiente poder estatal no acaban con él.
La lección que deja el hotel Las Avenidas es que de engaño en engaño pasan los años y la razón de existir de una nación. Ha transcurrido un año desde la falsa reinauguración.
Un sorprendido turista al ver la fachada renovada, ajeno a las penosas interioridades de abandono del hotel, exclamó: “¡Eh!, ¿pero el hotel sigue cerrado?”