LA HABANA, Cuba. – La preparación ‘cosmética’ en varios centros de salud locales, consistente en remendar desconchados en techos y paredes y pintura para dar mejor semblante al visitante, no fue suficiente para mantener ocultos otros problemas críticos ante la reciente visita del doctor Roberto Ojeda, ministro de Salud Pública, a Guanabo, municipio Habana del Este.
“El consultorio médico No.16 tuvo que ser desactivado por las pésimas condiciones de deterioro constructivo, techos peligrosos, puertas zafadas, inseguridad e insalubridad. Es injustificable que Guanabo, con más de 70 mil habitantes y cerca de 24 mil visitantes diarios en verano no tenga ni una ambulancia para trasladar a heridos graves, infartados o cualquier otro caso de urgencia, para ser trasladados a hospitales en La Habana a cincuenta kilómetros o más. Muchas veces tenemos que cambiar el tratamiento médico, dejar de lado el más efectivo, porque faltan medicinas en farmacias. Tenemos que cumplir más horas de trabajo o doblar turnos, lo que significa mayor agotamiento físico y mental por la escasez de médicos. Casi todos son enviados al exterior”, comentó a CubaNet una doctora que prefirió no dar a conocer su nombre.
Joaquín Pereira, de 78 años, recuerda que el policlínico-docente “Mario Muñoz” de Guanabo tenía una buena sala de Cirugía Mayor pero fue eliminada en la década de 1990, para reducir salarios. La ciudadanía perdió esa opción, que hoy día hay que realizar en La Habana, con todos los contratiempos que eso conlleva. Algo parecido ocurrió hace tres años con la Casa de Maternidad para gestantes con bajo peso por malnutrición. Fue eliminada e incluida en otra en Alamar, a 20 kilómetros de distancia.
Si el Ministro transitó por algunas de las tantas calles de Guanabo rotas, llenas de charcos de aguas albañales, infecciosas, se dio cuenta de que esta impertinencia, desde el punto de vista epidemiológico, representa un grave problema de salud pública.
De enterarse, quizás el doctor Ojeda se habría interesado por por qué del cierre del centro de rehabilitación y salud del Ministerio de la Industria Básica (MinBas), conocido por el simpático nombre “Villa Lupe”, que, además de hospedería, contaba con una excelente y bien dotada Clínica para pacientes por enfermedades laborales.
De haber conocido que el Ministro Ojeda estaba de recorrido en Guanabo, miles de ciudadanos de las cercanías y otras muchas localidades próximas al exclusivo “Residencial Tarará”, quienes recibían tolerada atención médica de urgencia, se habrían trasladado a preguntarle al dirigente por qué fue desactivado el eficiente y moderno Hospital de Tarará.
El policlínico dental ya no es problema. Luego de su colapso definitivo, fue reubicado en una casa con aparentes condiciones apropiadas, aunque “olvidaron” dejar un baño para necesidades fisiológicas de los pacientes, quienes tienen que ocultarse entre arbustos y malezas fuera del Dental para realizar evacuaciones inmediatas. ¿Por qué se permitió tanto abandono en el anterior Dental, al punto de que fue inminente su cierre?
Coincidente con la visita del Ministro, comenzaron a llegar materiales de construcción para reparaciones de estos centros. ¿Había que esperar por tan importante persona? ¿En qué se entretenían otras autoridades del municipio y la provincia?
Sin duda el Doctor Ojeda regresa a su oficina con una agenda de trabajo bien cargada.