AREQUIPA, Perú. — El gobierno provincial de Cienfuegos estableció este miércoles un tope a los precios de alimentos como la yuca, el boniato, el plátano y la calabaza, que se venden tanto en los comercios estatales como en los privados.
Un reporte del diario oficial 5 Septiembre da cuenta de la medida, contemplada en la Resolución No. 161 que firmó Alexandre Corona Quintero, gobernador de la provincia.
De acuerdo con lo dispuesto, los precios máximos en moneda nacional para la venta minorista de algunos alimentos son los siguientes: boniato, yuca, calabaza, plátano fruta y guayaba a 15 pesos por libra; plátano burro y maíz tierno a 10 pesos por libra o unidad; plátano vianda a 20 pesos por libra; harina de maíz a 30 pesos por libra; y la frutabomba verde y rallona, a seis y nueve pesos por libra, respectivamente.
El anuncio trascendió en una reunión de las autoridades políticas y gubernamentales del régimen en la Isla, quienes intercambiaron con directivos cienfuegueros, administradores de mercados agropecuarios y productores.
Raúl González Quintana, jefe del Grupo de funcionamiento interno y asesoría jurídica del Gobierno en Cienfuegos, informó que la nueva normativa modifica algunas de las tarifas aprobadas con anterioridad, en tanto mantiene inamovibles las de la libra de arroz, el frijol negro y el frijol colorado (establecidas en 72, 70 y 75 pesos cubanos, respectivamente), por debajo de sus costos hoy día en el mercado informal.
“Solo los productos adquiridos en otras provincias para vender específicamente en La Plaza del Mercado —localizada en el Centro Histórico Urbano de la ciudad— podrán expenderse por la suma del valor del precio de compra más un 40 por ciento”, agregó el funcionario, quien recordó que las medidas por aplicar, conciernen a todos los comercializadores minoristas, ya sean estatales o privados.
Asimismo, la Resolución otorga facultades a los Consejos de Administración de los municipios para variar los importes, siempre que resulten menores a los dispuestos, y permite a los vendedores ambulantes o carretilleros incrementarlos hasta un 30%.
Corona Quintero señaló que las tarifas en vigor derivaron de un largo proceso de concertación con los campesinos, “meses durante los cuales hablamos con ellos y llegamos a la conclusión de que eran asequibles, pues obtenían el 30 por ciento de utilidad. Lo hicimos también para estimular la producción y evitar los desvíos hacia otros lugares”.
No obstante, el funcionario no mencionó haber consultado los cambios con los comerciantes privados u otros actores económicos que venden los alimentos.
La grave crisis económica y alimentaria que atraviesa la Isla, ligada a la gran inflación monetaria, resulta en la escasez de productos y la disminución de la capacidad de compra de los cubanos a la hora de adquirir una canasta básica.
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