AREQUIPA, Perú.- La gran precariedad alimentaria que vive la Isla ha dado pie al surgimiento de una receta poco convencional que se ha hecho popular durante las últimas semanas. Se trata de un arroz congrí sin frijoles.
El grupo en Facebook “Recetas desde el Corazón” vuelve a ser la plataforma donde los cubanos prefieren socializar sus inventivas, probablemente debido al alcance que permite unos 256.000 miembros.
Como si se tratara de un concurso de imitación, la mayoría de estas recetas nacidas de la crisis hacen mención del plato original antes de orientar los pasos para falsearlo. Lo importante pareciera ser el modo en que se ve por fuera, no la realidad del sabor. Casi como Cuba misma. Una mujer hermosa, pero profundamente deprimida.
“Hoy quiero dejarles una nueva receta para realizar el congrí, sin frijoles, ya que vi una receta a través del agua de plátano, la mía es con hojas de guayaba”, escribió la internauta identificada como Yuri Avi.
Según el método de la cubana, el proceso fundamental es hervir en agua las hojas de guayaba “para obtener el color característico que estas desprenden durante la cocción” y, por ende, el que simularía el efecto oscuro de los frijoles. Una vez reservada esa agua, se debería utilizar para la preparación del arroz con “todos los aliños correspondientes”.
“Les aseguro que queda riquísimo, además que las hojas de guayaba poseen propiedades medicinales”, resalta la usuaria.
Y es que la rampante inflación del país y la crisis hacen difícil a la población la compra de alimentos, entre ellos el frijol, cotizado cerca de los 500 pesos por libra. El precio constituye una quinta parte del salario mínimo en Cuba o más del 30% de la pensión de un jubilado promedio.
Pero el también conocido como arroz moro sin frijoles no es la única receta que ha causado revuelo recientemente. La pasada semana otra cubana proponía una ropa vieja a partir de la cáscara de plátano, un subproducto que vendría a sustituir a la carne de res.
Asimismo, a mediados de noviembre, una familia en el municipio Banes de la provincia de Holguín utilizó semillas de mamoncillo para crear un potaje y hacer algo “parecido” a los frijoles colorados.
El origen de todos estos platos sorprendentes podría encontrarse en otra de las etapas más miserables de la historia cubana, el llamado “período especial”, un término eufemístico utilizado por el régimen en la Isla para denominar a la grave recesión económica provocada por la caída del campo socialista soviético.
Entonces proliferaron otras recetas como el bistec de frazada de piso, la pizza con condones o el picadillo de cáscaras, ideas que si bien dan muestra de la resiliencia del pueblo de Cuba, cuando son ostentadas como logros, contribuyen a normalizar la inseguridad alimentaria y la escasez.
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