LA HABANA, Cuba. – El exmarino cubano Juan Alexander Morales González lleva más de ocho años esperando que las autoridades de la Isla paguen la indemnización que le corresponde tras enfermar a causa del “esfuerzo laboral” al que estaba sometido a bordo del buque Jolbos de la naviera Northsouth Maritime (antes Nordstrand Maritime).
“Ya han pasado casi nueve años y aún siguen sin reconocer las violaciones que cometieron en mi caso. Fui a la Fiscalía, a los tribunales y en ningún momento dieron curso a mi demanda, que fue presentada con documentos aportados por los médicos a cargo de mi caso”, denunció.
En 2012, Morales González ―con número de expediente laboral 16511― fue contratado por la agencia empleadora SELECMAR como marinero de cubierta del buque Jolbos.
Estando en la reparación del buque, cuenta, comenzó a padecer de dolores en el cuello, vómitos y sangramientos, provocados, según dijo, por el esfuerzo físico que realizaba diariamente a bordo de la embarcación.
“Durante una travesía de 46 días hacia Cuba aumentaron todas estas situaciones de salud. No hubo preocupación, ni por la oficialidad del buque ni por la doctora. Llegaron a decir que yo lo que estaba era acobardado”, cuenta. “La doctora del buque puso en el Crew Medical Report [informe médico de la tripulación] que mi caso era preexistente”, precisa.
Tras su llegada a tierra y luego de realizarse varias pruebas, los especialistas le diagnosticaron una lesión traumática en dos vértebras de la médula espinal que conllevaron a una enfermedad degenerativa progresiva y, por ende, a su retiro como marinero.
Tras la confirmación de su padecimiento, Morales González se presentó en SELECMAR para reclamar la compensación que le correspondía, según lo establecido en su contrato y en el Convenio Colectivo, y para tramitar su presentación a la comisión de peritaje, cuenta.
“Al final nunca me llevaron al peritaje y lo que hicieron fue esperar a que se acabara el contrato para desentenderse de mí para evitar cualquier tipo de indemnización”.
Desde ese instante, cuenta el entrevistado, comenzó su odisea con las autoridades cubanas quienes, hasta la fecha, solo le han otorgado 1 500 pesos cubanos de pensión. Sin embargo, de acuerdo al Convenio Colectivo de Trabajo, Morales González debió haber recibido unos 60 000 dólares de indemnización.
“Al marino que se le haya declarado una invalidez parcial o total como resultado de un accidente o enfermedad de cualquier índole sufrido durante su periodo de empleo con la Compañía, incluyendo accidente o enfermedades sufridas durante el viaje hacia el buque o desde el buque, donde sus aptitudes para el trabajo en los buques sean consecuentemente disminuidas o totalmente invalidadas, tendrá derecho a percibir una compensación de la Compañía, de acuerdo al grado de invalidez establecido, a tenor de lo previsto en la cláusula 43.3 y el Anexo II de este Convenio”, indica el documento al que tuvo acceso CubaNet.
Además, el Convenio Colectivo de Trabajo establece que una vez declarada la invalidez del marino la Compañía procederá de inmediato a pagar la compensación de acuerdo al porcentaje de invalidez establecido.
Sin embargo, a pesar de las incesantes reclamaciones del hombre a lo largo de los últimos ocho años, las autoridades competentes continúan negándole el pago de la indemnización basados en que se trata de una enfermedad preexistente (aunque el padecimiento no consta en el libro médico de Morales González).
La doctora Cecilia Cañizares Marrero, neurocirujana encargada del caso en tierra, aseguró en un documento escrito y acuñado, al que también tuvo acceso CubaNet, que la médica del buque no podía afirmar ni probar la preexistencia de una enfermedad que solo podía confirmarse por un especialista de neurocirugía facultado con las pruebas indispensables.
De igual forma, los especialistas médicos que peritaron a Morales González (gracias a su propia gestión) certificaron mediante documento escrito que su enfermedad había sido provocada por el exceso de fuerza que el trabajador realizaba.
“Tengan en cuenta el daño que han provocado. Si el trabajador no hubiera recibido el daño producto de su acción de fuerza con trauma no estaría en la situación actual de salud e incapacidad”, concluye el documento firmado por la doctora María Magdalena Ramos, especialista en Medicina del Trabajo y presidenta de la comisión que peritó a Morales González.
Por su parte, Morales González va perdiendo las esperanzas. “[Las autoridades] no son capaces de hacer justicia con todas las violaciones que me han afectado. Mi salud se ha resquebrajado más debido a todos estos años de lucha, reclamos, denuncia y sencillamente no prestan interés”, termina.
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