MIAMI, Estados Unidos. – El Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL) presentará el próximo martes 16 de febrero el panel virtual ¿Hasta cuándo la criminalización de la libertad de asociación, expresión y reunión en Cuba?.
El foro será moderado por el periodista argentino Gabriel C. Salvia, director general de la organización, y contará con la presencia de María Salazar, directora del Departamento de Emergencias del Comité de Protección a Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés), y de Inés M. Pousadela, Doctora en Ciencia Política y Máster en Sociología Económica.
Por Cuba intervendrán el periodista Abraham Jiménez Enoa, columnista de la sección en español del diario The Washington Post, y el abogado Julio Ferrer, miembro del Centro de Información Legal Cubalex.
El Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina es una fundación privada y apartidaria, constituida en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires de la República Argentina. Según consta en sus estatutos, su misión “está inspirada en la Memoria de la solidaridad recibida por los activistas de derechos humanos, perseguidos políticos, familiares de detenidos y desaparecidos, y periodistas independientes durante la última dictadura militar” en ese país (1976-1983).
“La experiencia de activistas de derechos humanos en las dictaduras militares del Cono Sur -Argentina, Chile y Uruguay-, de Sudáfrica y de los regímenes comunistas de Europa Central y del Este reconoce a la solidaridad democrática recibida desde el exterior como un factor fundamental de apoyo político y moral en esos períodos de represión y persecución política”, señala la organización.
CADAL advierte que más de la mitad de los países que forman parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU) exhiben democracias defectuosas o autocracias, “siendo estos últimos casos donde se reprime la libertad de asociación, expresión, reunión y el derecho a la participación política para los ciudadanos”.
En el caso de Cuba, CADAL ha abogado sistemáticamente por la libertad de asociación y el reconocimiento de las iniciativas de la sociedad civil independiente. También ha brindado visibilidad a activistas prodemocráticos, defensores de derechos humanos, artistas y periodistas independientes.
Otra de las funciones de CADAL es el monitoreo de las relaciones internacionales del régimen cubano, así como su rendición de cuentas ante el sistema universal de derechos humanos de la ONU.
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