LA HABANA, Cuba.- El 16 de febrero de 1903, con la firma del Tratado de Arrendamiento para Bases Navales y Carboneras, se hizo efectivo el arriendo a perpetuidad, por parte de la nación norteña, del territorio donde hoy se ubica la Base Naval de Guantánamo. La estación naval se había establecido varios años antes, en 1898, tras la victoria de Estados Unidos sobre España en la guerra hispano-cubana-norteamericana.
El documento de marras fue rubricado por el primer presidente electo de la naciente República de Cuba: Tomás Estrada Palma, y su homólogo en la Casa Blanca, Theodore Roosevelt. En la escritura quedó estipulado que Cuba mantendría la soberanía definitiva sobre el enclave, con derecho de paso para sí misma y sus socios comerciales; pero Estados Unidos podría ejercer jurisdicción absoluta mientras durara la ocupación, con el propósito de operar estaciones navales.
Inicialmente Estados Unidos pagaba una renta anual que ascendía a dos mil dólares oro, la cual fue convertida a 4 085 dólares en el año 1934, conforme al cambio vigente, por concepto de ocupación y uso del territorio. Dicho pago solo sería suspendido por acuerdo entre ambos gobiernos, o el abandono de la propiedad por parte de Estados Unidos.
En 1961, con la llegada de Castro al poder, se interrumpieron las relaciones entre ambos países y el régimen cubano dejó de aceptar el pago, al tiempo que insistía en reclamar la devolución del territorio bajo el argumento de que la Enmienda Platt, incluida en la Constitución Cubana de 1901, constituyó un elemento de presión para la firma del Tratado mediante el cual fue arrendado el territorio guantanamero.
Aunque nunca se ha producido una pelea por el enclave, en el pasado ocurrieron algunos enfrentamientos entre soldados de ambos países. Alrededor del perímetro de la base hay una franja de “tierra de nadie”, donde tropas estadounidenses y cubanas colocaron miles de minas antipersonales y antitanques para evitar fugas de los puestos de control, o una invasión. Durante décadas ese fue el campo minado más grande del hemisferio occidental.
El gobierno castrista prohibió el reclutamiento de personal cubano para trabajar en la base y dejó de proveer el abastecimiento de agua, obligando al gobierno estadounidense a importarla desde Jamaica y construir plantas desalinizadoras. Actualmente la Base Naval es autosuficiente, produce agua y electricidad para su consumo y cuenta con instalaciones que garantizan servicios básicos, de comunicación, atención sanitaria y entretenimiento.