NAPLES, Estados Unidos.- La derogación de la política de “pies secos, pies mojados” en enero del presente año por parte del ahora ex presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, estremeció no solo a muchos cubanos, quienes han sido los afectados directamente, sino a políticos, líderes e intelectuales de todo el mundo.
Los más sorprendidos, sin duda, fueron los cientos de migrantes de la isla caribeña que habían asumido una larga y peligrosa travesía que los llevaría a los Estados Unidos de América, país donde se concentra la mayoría de los emigrados cubanos.
Desde entonces las políticas migratorias de varios países de la región centroamericana han aumentado sus represalias tratando de controlar un flujo de personas que resulta insostenible. De manera particular se han concentrado cientos de cubanos en países como México, Colombia y especialmente en Panamá, donde por estos días se espera la deportación de alrededor de 500 cubanos, toda vez que se negociara dicha deportación entre el gobierno panameño que encabeza Juan Carlos Varela y el régimen de La Habana.
Esto ha provocado una conmoción no solo de los migrantes allí congregados, sino de cientos de sus compatriotas que pasaron por similares circunstancias tratando de llegar a la tierra de la libertad, de la democracia y de las oportunidades.
En este sentido vale destacar las muestras de apoyo de cientos de cubanos en territorio norteamericano que han contribuido con ayudas materiales para sus hermanos varados en Nuevo Laredo, México, así como una carta abierta que ha dirigido el Movimiento X Cuba a los gobiernos de Centroamérica, de la que cito algunas ideas esenciales que demuestran el sentir de sus compatriotas:
“Nuestro movimiento, un movimiento cívico, plataforma palpable del pueblo cubano para alcanzar la verdadera liberación, exhorta a los gobiernos democráticos de la región, específicamente al gobierno de Panamá, el cual se encuentra tramitando la deportación masiva de 500 cubanos (crimen no prescriptible de lesa humanidad), a apoyar a los cubanos que desean vivir en libertad.
El gobierno que rige en nuestra isla no representa al verdadero pueblo que escapa de sus fauces, cual hijo maltratado que huye de los abusos de una madrastra cruel, por lo que cualquier acuerdo con la dictadura, por parte de sus gobiernos electos democráticamente, no garantiza un normal desarrollo de las relaciones entre ambos pueblos, tampoco salvaguarda la dignidad del ciudadano repatriado, que una vez que toca nuevamente suelo cubano, paradójicamente a lo que pudiera pensarse, es “marcado” por el régimen, y limitado aún más.
Los deportados son obligados a soportar una especie de guerra fría dentro de su propia patria, sin posibilidades reales de reclamar, pues en teoría no estaría sucediendo nada, pero en la práctica, ni un empleo podrían encontrar. El pueblo cubano no solo escapa de una economía maltrecha, huye de una política absurda que jamás ha funcionado.
El Movimiento X Cuba repudia enérgicamente cualquier acuerdo entre los gobiernos de la región y el régimen castrista, en el cual se afecte directa o indirectamente la integridad física, moral o psicológica del pueblo cubano que intenta dejar de ser oprimido, no solo por un dictador, sino por toda una maquinaria perversa instalada para subyugarlo.
Somos un pueblo sufrido pero digno, no envíen a nuestros hermanos al “calvario del Caribe”.
Movimiento X Cuba”.
Con lo que queda muy bien precisado el pronunciamiento contra ciertas actitudes asumidas, pero siempre respetando “la autodeterminación y soberanía de los estados democráticos”, como también han expresado en dicha misiva.
No se trata de culpar al presidente Juan Carlos Varela, a quien los cubanos tenemos tanto que agradecer, sino pedir su intervención a favor de los cubanos una vez más. Sería injusto olvidar su altruista gesto en mayo de 2016, cuando fue capaz de negociar con el gobierno de México el traslado seguro de 3 500 migrantes cubanos, muchos de los cuales habían permanecido por varios meses en el poblado de Paso Canoas, Panamá en la frontera con Costa Rica.
Los gobiernos de la región no pueden asumir una responsabilidad que no es suya. En este caso, el sentido humanista de los gobiernos de Panamá y Costa Rica, especialmente de sus presidentes, está demostrado, a diferencia de los regímenes dictatoriales de Nicaragua, el primero en cerrar fronteras en 2015 y lanzar sus tropas contra los cubanos en la zona; así como el de Ecuador, que atacó, encarceló y deportó a más de un centenar de cubanos en 2016; al igual que el gobierno de Colombia que deportó a un grupo de cubanos el pasado año a partir del cierre de fronteras de Panamá.
Todos los conflictos migratorios y todas las crisis humanitarias, que en realidad forman parte de un conflicto único que comenzó en 1959, en que Cuba se convirtió de país receptor en fuente importante de emigración y de verdaderos éxodos, devenidos en crisis humanitarias reconocidas a escala mundial, obedecen a la existencia de un régimen dictatorial totalitario, descrito en la carta antes comentada como responsable de la “limitación de libertades personales del pueblo cubano”, y como un “gobierno que no ha logrado jamás representarnos”.
Solo le corresponde al régimen de Castro responder el porqué de la existencia de un éxodo mantenido por casi seis décadas, y asumir su responsabilidad por todas las muertes ocurridas en los intentos de huir del país, ya sea en su acostumbrada forma a través de los mares, o en la nueva modalidad a través de las selvas y de las fronteras de América.
Es hora de que todas las instancias, organizaciones, instituciones, líderes, politólogos, representantes de movimientos pacifistas, de derechos humanos, galardonados con el Premio Nobel de la Paz, y todo aquel de la comunidad internacional que tenga un mínimo sentido de la justicia, se pronuncien contra un régimen del que las multitudes intentan escapar y actualmente tienen todas sus puertas cerradas. El pueblo cubano lo agradecerá eternamente.
(Este artículo fue escrito con la colaboración de Michel Larrondo del Campo, vicepresidente del Movimiento X Cuba)