LA HABANA, Cuba.- Única mujer del grupo de los 75 prisioneros de conciencia que fueron encarcelados en 2003, en lo que se conoció como la Primavera Negra de Cuba. Fue esta la segunda prisión política que tuvo que atravesar Martha Beatriz Roque Cabello, quien lleva más de treinta años haciendo oposición política en la Isla.
Además de ser una reconocida disidente cubana, Roque Cabello es economista, y fue profesora de estadística matemática en la Universidad de La Habana. Actualmente dirige el Centro Cubano de Derechos Humanos y colabora con CubaNet.
Martha, siendo usted economista, creo que hay un tema que se impone al hablar sobre la realidad cubana y es esta llamada Tarea Ordenamiento, que inició con 2021, y que ha generado muchísimas polémicas. Hay una realidad que se muestra en los medios oficiales cubanos, en las instituciones cubanas, en el gobierno, y otra es la realidad que está viviendo el pueblo. ¿Qué pudieras comentarnos sobre esto?
A mí, ciertamente, la Tarea Ordenamiento me recuerda a Carilda Oliver, que decía en sus versos: me desordeno, amor, me desordeno; porque el mismo (Miguel) Díaz-Canel el día 20 de enero confesó que, después de 20 días de ordenamiento, había que ordenar el ordenamiento. Y, cuando pasen unos días más, hay que ordenar lo que se ordenó del ordenamiento. O sea, que es prácticamente un rompecabezas el ordenamiento; porque es muy difícil seguir todas las variantes que se ha propuesto el régimen con respecto a la forma de ordenar la economía.
Justo este 10 de febrero salieron a la luz pública una serie de actividades que, según el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, van a ser prohibidas para ejercerlas como trabajo por cuenta propia; entre estas actividades, por supuesto, está el periodismo independiente. ¿Por qué volver a esta prohibición del periodismo independiente? Usted que ya tiene experiencia, por ejemplo, que ha ido en dos ocasiones a prisión en parte por ejercer también el periodismo independiente. ¿Qué es lo que marca, lo que define este nuevo contexto?
En mi opinión, ellos tuvieron miedo de que los periodistas independientes quisieran trabajar por cuenta propia, aunque, ciertamente, todos trabajan por cuenta propia. Tuvieron miedo a esto, y ya han aplicado sanciones. Nosotros somos un ejemplo de esas sanciones; cuando escribimos La Patria es de Todos, los cuatro que la escribimos fuimos llevados a prisión. Y nos llevaron a prisión de acuerdo a la Ley Mordaza, que fue una de las primeras cosas que se legisló en contra del derecho de la gente a expresar sus opiniones.
Después de eso también tenemos el Decreto-Ley 370. Multas a las personas, han quitado teléfonos; han hecho un montón de cosas en contra de los periodistas independientes. Pero sufrió tantas críticas que, indiscutiblemente, ni les sirvió ya la Ley Mordaza ni les sirvió el Decreto-Ley 370.
¿Y qué es lo que están haciendo? Están buscando la posibilidad a través de otra legislación. Y por eso, aunque el periodista independiente no vaya a solicitar ser trabajador por cuenta propia, les están prohibiendo hacer este tipo de trabajo, cosa que, estoy convencida, a ninguno de los que ejercen el periodismo independiente les va a interesar un poquito siquiera, porque todo el mundo va a seguir haciendo lo mismo. Y te pongo de ejemplo a Yoani Sánchez; estoy segura, convencida, de que no va a cerrar 14yMedio, va a seguir transmitiendo una alternativa informativa al pueblo de Cuba, que solo oye las mentiras que se dan por la televisión.
Varias personas vienen alertando, por toda la situación represiva que se ha vivido en los últimos meses acá en Cuba, que esto se pudiera tratar de un preámbulo para una nueva Primavera Negra. ¿Qué opina sobre esto?
Ellos no tienen necesidad de hacer lo que hicieron con el periodismo independiente porque, en definitiva, tienen dos legislaciones aprobadas por la Asamblea Nacional del Poder Popular que, indiscutiblemente, ya limitan a los periodistas independientes.
Pienso que una cosa es lo que tratan de hacer y otra lo que van a hacer porque el mundo está muy atento a lo que está pasando, ya vimos cómo los senadores de Estados Unidos hicieron una resolución acerca del proyecto del Movimiento San Isidro, y cómo en otros lugares también se han proyectado por los problemas que ha tenido el movimiento 27N con el ministro de Cultura, a quien se puede llamar el anti ministro, porque ese comportamiento ha avergonzado a los ministros de otros países.
En mi opinión, si los dejan, encierran a todos los periodistas, porque no quieren que nadie hable mal de la dictadura. Ellos quieren que internet sea utilizado única y exclusivamente para alabar a la alta jerarquía del régimen. Pero eso no es así ni va a poder ser así nunca, porque las personas ya están obstinadas de tanta mentira.
Pero, realmente, no creo que se pueda permitir en Cuba otra Primavera Negra; no porque la dictadura no lo quiera, sino porque el mundo no se los va a permitir.
Con toda esta serie de prohibiciones, con toda esta llamada Tarea Ordenamiento, ¿cree usted que están ellos improvisando o forma parte realmente de una planificación estatal? ¿Hacia dónde marcha Cuba en este sentido?
Creo que ni ellos saben hacia dónde marchan. El camino es totalmente irregular; es como si fuera un perro y que cada pata quisiera ir para un lugar diferente. Y creo que ellos han estado muchos años pensando en esto, pero lo hicieron en el momento más difícil, lo hicieron en el momento de la pandemia, en el momento en que Cuba le debe a todo el mundo incluyendo al Club de París, que le dio una moratoria de un año pero que ya se vence. ¿Y con qué le van a pagar? También hay que darse cuenta de que los nuevos dirigentes no son tan ricos como los hermanos Castro ni los hijos de los hermanos Castro; entonces todos esos otros dirigentes necesitan llenar sus alforjas de dinero, y es por esto que, cuando entra alguna divisa, no va al pueblo; cuando entra algún dinero, por diferentes motivos, va con destino a las alforjas de los que están gobernando en estos momentos. Independientemente de si lo hacen o no, porque sabemos que el Partido Comunista es quien dirige todo, ese dinero va a los bolsillos de estas personas, que necesitan enriquecerse porque no han llegado, ni van a llegar nunca, al nivel de enriquecimiento que tienen los hermanos Castro.
En medio de toda esta dinámica, de todas estas problemáticas, toda esta crisis que se vive actualmente en Cuba, también conocimos recientemente que un grupo de artistas, de intelectuales, de diplomáticos incluso, dirigieron una misiva al presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, pidiendo el fin del bloqueo. ¿Qué opinión le merece esto?
Pedir el fin del embargo, sin ninguna justificación de parte del gobierno cubano —porque en un momento determinado la carta dice que hay problemas, pero qué se le exige al gobierno cubano para darle la libertad del embargo— no fue más que la posibilidad que vio un grupo de personas que incluso ignoran las leyes de los Estados Unidos. El embargo está codificado en los Estados Unidos y no es una ley que pueda quitar Biden. El actual presidente puede hacer lo mismo que hizo Obama: ir flexibilizando algunos aspectos de la ley, echar para atrás algunas de las cosas que hizo el expresidente Trump, pero no puede eliminar el embargo. Quiere decir que la carta lo que transmite es poco conocimiento de lo que sucede en los Estados Unidos.
Y, como tú bien dices, desafortunadamente está firmada hasta por el embajador de la Comisión Europea en Cuba, lo que te da una idea de por qué la resolución conjunta al acuerdo con la Unión Europea aquí en Cuba no funciona. Hay una resolución conjunta que dice que si se violan los derechos humanos vuelve atrás todo el acuerdo. Entonces, no funciona porque este señor está, de barriga, apoyando a la dictadura; ¿cómo no va a funcionar la resolución que está establecida para si se nota que están violando los derechos humanos de forma masiva, como lo están haciendo en estos momentos, se venga abajo ese acuerdo? Pero no se va a venir abajo el acuerdo porque este hombre está apoyando ciegamente a la dictadura de Cuba.
Quien lee esta carta entiende que, según el criterio de las personas que la redactaron y la firmaron, todos los problemas y la crisis económica que se vive en Cuba es debido a este embargo. ¿Es esto cierto?
Todo parece indicar que la culpa la tiene el imperialismo, pues como siempre se la han echado. Pero, en primer lugar, en Cuba no hay sistema económico, porque es imposible tener un sistema económico que se esté modificando constantemente; y esto te lleva a ser totalmente ineficiente.
El propio intelectual de las modificaciones, Marino Murillo, ha dicho que va a haber empresas que hay que cerrar porque no tienen utilidades, porque no son empresas costeables. Si hay que cerrar todas estas empresas van a haber muchas personas sin trabajo y ¿dónde van a ubicar a esas personas? Entonces empezarán a inventar en dónde ubicar a esas personas.
Aunque, como te decía, puede haber dos mil, tres mil puestos de trabajo, los que quieran, pero esos puestos de trabajo necesitan de abastecimiento mayorista, todos necesitan de cualquier cosa; incluso, si tú abres un puesto de trabajo para un peluquero pues entonces necesitas tijeras para pelar, peine, tinte… y ¿de dónde se van a abastecer? Cuando piensas en algo tan pequeño como esto, imagínate cosas un poco mayores, como lo que están pasando en estos momentos los restaurantes —que gracias a una novela muy vieja que pusieron en Cuba se llaman paladares—, están pasando las de Caín porque tienen que inventar, comprarlo todo en la bolsa negra; y lo que pasa es que el mercado subterráneo cada vez crece y crece más. El mercado negro, además de crecer, pues tiene una inflación muy grande, que se liga con el estancamiento que hay en el país. Se puede decir que, en Cuba, en estos momentos, hay un problema estanflacionario, o sea, estancamiento ligado con inflación, que no se resuelve, de ninguna forma, topando los precios.
Entonces, ¿usted diría que el problema económico, la crisis en Cuba no es debido, precisamente al embargo, sino a situaciones internas, de administración del país?
Seguro. Yo lo afirmo y lo afirman muchos economistas más, economistas con un prestigio, con una carrera, con muchos años trabajando. Y afirman esto porque, indiscutiblemente, lo que le falta a Cuba es un sistema económico.
Para poder resolver este problema, lo primero que habría que hacer es liberar la economía, y la dictadura no está dispuesta a esto, porque la dictadura quiere controlar para poder tener, la dictadura quiere controlar al pueblo y para eso es que usa a la Seguridad del Estado, a la policía, que tienen en su familia los mismos problemas que nosotros. El oficial de la Seguridad del Estado puede ser que reciba una jabita, que reciba más salario, que lo lleven de vacaciones a Varadero, puede tener algunas alternativas que no tiene el pueblo, pero al final su familia está pasando lo mismo que estamos pasando nosotros. Si tiene abuelos que viven distantes, si tiene tíos, primos, hermanos… todo el mundo está pasando por la crítica situación que tiene el pueblo de Cuba. O sea, que ellos, en algún momento, se darán cuenta de que lo único que están haciendo es sustentando a la dictadura, porque ellos lo que recogen son migajas de lo que hacen.
Con más de treinta años lidiando con este poder totalitario, desde el activismo, desde el periodismo independiente, ¿qué aconseja entonces a esta nueva generación de periodistas, de jóvenes, de artistas que están enfrentándose al régimen?
Hay que estar orgullosos de esta nueva generación de jóvenes artistas. Hay que estar orgullosos porque, ciertamente, han enfrentado el problema con tremenda dignidad. Y para mí es un placer poder estar en contacto con muchos de ellos, con decirte algunos nombres: Luis Manuel Otero Alcántara, Maykel Osorbo, Tania Bruguera, Iliana Hernández y contigo misma. Para mí es un placer poder estar con ustedes y para nada tengo resentimiento de que estén, como dicen en Cuba, en el bombo, de que estén siendo alabados por muchísima gente, al contrario.
Tengo la impresión de que nosotros nos estamos reproduciendo de nuevo en ustedes, y que lo que hay que hacer es apoyarlos. Eso es importantísimo; es importantísimo que sepan, que conozcan todos que, a pesar de los años que nosotros llevamos en la oposición, a pesar de las presiones, del hostigamiento y, como yo digo, de ser como Frankestein, porque yo creo que no tengo ningún hueso en el cuerpo que no me hayan partido los miembros de la policía política, tengo un ojo operado de un piñazo que me dieron y me hicieron una catarata, o sea, independientemente de eso, de que me sienta una persona muy hostigada, tengo la felicidad de saber que nuestra generación se ha reproducido en ustedes. Y que lo han hecho con tremenda dignidad y con tremendo amor a la patria.
Y pienso que ustedes han sido mejor retribuidos por el pueblo de Cuba que nuestra generación, porque han sido un poco más inteligentes en sus consignas, un poco más inteligentes en la forma de actuar con respecto a la dictadura y me parece que lo que les queda es el convencimiento al pueblo, y ese convencimiento no está muy lejos de suceder, porque el pueblo de Cuba está cansado, está hostigado y además de eso piensa con una sola neurona irse del país.
Como eso no va a ser posible, mucho menos en estas condiciones que tenemos con el coronavirus a nivel internacional, pues creo que tiene que haber una reacción en un momento determinado; y esa reacción está por llegar, estoy convencida de eso. Y, como siempre, como católica que soy, me pongo en las manos de Dios.
¿Por qué, a pesar de todo, no se ha ido del país?
Yo desde que empecé en la oposición decidí quedarme en Cuba. Nunca mi idea fue abandonar el país, tampoco lo he pregonado porque indiscutiblemente la vida es dura y en un momento determinado lo pudiera hacer, aunque no creo que con las condiciones que tengo suceda. Pero sí te puedo decir que es bastante duro estar aquí en Cuba sola, yo no tengo ninguna familia; tengo dos hermanas que en el transcurso de un año se han muerto en los Estados Unidos y yo no he podido verlas, no he podido estar con ellas.
Pero pienso que, cuando tú tomas el camino de alimentar la democracia en el país, tienes que seguirlo hasta que sea necesario. Por eso creo que voy a estar aquí hasta los últimos momentos, y, como vez, ya tengo muchos años, tengo 75 años. Y de estos 75 años, llevo desde 1989 en la oposición, quiere decir 32, casi la mitad de la edad que tengo. Y pienso que me voy a mantener firme hasta que pueda. Pero también tengo la esperanza de que esto se va a decidir muy pronto.
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