Los subterfugios del discurso de la dictadura
Quien escuche a los dirigentes de la dictadura cubana coincidirá en que el paÃs que esas personas tienen en su mente es bien distinto del real

GUANTÃNAMO, Cuba. – Quien escuche a los dirigentes de la dictadura cubana y sea una persona con conocimientos de nuestra historia coincidirá en que el paÃs que esas personas tienen en su mente es bien distinto del real. Parece que el medio en el que viven y trabajan, su falta de contacto directo, efectivo y sincero con el pueblo y su desconocimiento de la historia patria son tales, que les impiden percatarse de que esa historia y nuestra realidad no son las que ellos proyectan en sus discursos. De ahà que sean muy pocos los cubanos que comparten la euforia triunfalista de su oratoria, un conjunto de promesas incumplidas, frases y consignas calenturientas.
En el morral de tanto cantinfleo hay frases que mueven a risa, pero que ellos reiteran muy seriamente, al estilo de “hacer más con menosâ€, “parecer lo que somos†y “Cuba es un estado de derechoâ€, por citar algunas.
En su comparecencia ante la televisión cubana el pasado 12 de octubre, el vice primer ministro y ministro de EconomÃa y Planificación, señor Alejandro Gil Fernández, solicitó, ¡otra vez!, un voto de confianza de la población y aseguró que las medidas adoptadas en lo que se ha identificado como “polÃtica económica de cara a la nueva normalidad†-¡otra frasecita del discurso oficial!- tienen como objetivo la edificación de un “socialismo próspero y sostenibleâ€, otra promesa lanzada por la euforia comunista hace más de una década, de la que no se avizora una pizca de realidad, sencillamente porque el modelo aplicado no es socialista ni garantiza prosperidad y sostenibilidad.
El presidente impuesto, señor Miguel DÃaz-Canel Bermúdez, usa mucho otra frase de honda manipulación ideológica: “somos continuidadâ€. Cualquiera que tenga algo de inteligencia y un mÃnimo de conocimientos de nuestra historia seguramente se preguntará de qué continuidad habla DÃaz-Canel, porque si se trata de reiterar seis décadas de fracasos económicos, de libreta de abastecimiento y de violaciones a elementales derechos humanos no creo que alguien desee un asiento en ese tren.
A tono con esa “continuidadâ€, DÃaz-Canel gusta de reiterar -lo aprendió de Fidel Castro- que en Cuba ha habido una sola revolución, que se inició en 1868 y todavÃa continúa; es decir, los cubanos somos algo asà como el fruto de una revolución permanente. Quienes emplean esa frase desconocen nuestra historia o son grandes manipuladores de ella, pues cuando el 10 de octubre de 1868 Carlos Manuel de Céspedes declaró el inicio de la guerra de independencia, dejó bien establecido que la lucha serÃa para crear una república democrática, como también lo definió José Martà al convocar a la “guerra necesariaâ€.
En el documento conocido como “Acta de El Rosarioâ€, acuerdo del levantamiento, se afirma: “Al Dios de nuestras conciencias apelamos, y al fallo de las naciones civilizadas. Aspiramos a la soberanÃa popular y al sufragio universal. Queremos disfrutar de la libertad para cuyo uso creó Dios al hombre. Profesamos sinceramente el dogma de la fraternidad, de la tolerancia, y de la justicia, y considerando iguales a todos los hombres, a ninguno excluimos de sus beneficios; ni aún a los españoles, si están dispuestos a vivir en paz con nosotros. Queremos, que el pueblo intervenga en la formación de las leyes, y en reparto e inversión de las contribuciones. Queremos abolir la esclavitud indemnizando a los que resulten perjudicados. Queremos libertad de reunión, libertad de imprenta y libertad de conciencia; y pedimos religioso respeto a los derechos inalienables del hombre, base de la independencia y de la grandeza de los pueblos. Queremos sacudir para siempre el yugo de España y constituirnos en nación libre e independienteâ€.
Esas ideas fueron también las de José MartÃ. ¡Ojalá el castrismo las hubiera hecho realidad dándoles continuidad! Lamentablemente, el pueblo cubano fue capaz de sacudirse del yugo de España y de la “opresión capitalista†para involucionar polÃticamente al caer bajo el dominio del castrismo, un yugo más cruel y despiadado, muy semejante al del colonialismo español.
Distanciada del pueblo, la nueva nomenclatura castrista y un grupito de estólidos e interesados son los únicos que creen en tales frases huecas. Al parecer creen que somos tontos. Porque, ¿cómo admitir que el señor DÃaz-Canel, al dirigirse recientemente a la 75ma sesión plenaria de la Asamblea General de la ONU, clamara por la democratización de esa organización internacional mientras en Cuba se mantiene un régimen que discrimina y reprime todo disentimiento? No puede pedir democracia a otro quien no la respete en su casa. ¿Cómo pudo hablar de diversidad y multilateralismo cuando él no los respeta? ¿Cómo puede pedir respeto a la soberanÃa cuando él y un reducido grupo de dictadores han secuestrado la soberanÃa cubana, arrogándose el derecho de decidir todo vulnerando los derechos del pueblo, el cual no elige a ningún funcionario público y tampoco decide sobre cuestiones cardinales del paÃs? Sencillamente dijo eso porque la cúpula castrista ha perdido el respeto al significado de las palabras y a la decencia.
Los comunistas dicen que “el bloqueo†estadounidense es la muestra de una polÃtica fracasada, pero, si es asÃ, ¿por qué quieren que sea suprimido? Son tan soberbios que resultan incapaces de reconocer que el principal obstáculo a nuestro desarrollo es el bloqueo que ellos han impuesto a nuestros derechos civiles, polÃticos, sociales, económicos y culturales. No se entiende, además, que si Cuba es una fiel aliada de la República Popular China -la segunda economÃa mundial- y de Rusia, Vietnam y Sudáfrica, todos paÃses de economÃas emergentes, sea “el bloqueo norteamericano†el causante de nuestras penurias. La verdad es que la causa está en el fracaso del modelo económico establecido por el ineficaz Partido Comunista de Cuba (PCC) y sus “brillantes dirigentesâ€.
Entonces, ¿para qué darle continuidad a un modelo disfuncional, desacreditado por la experiencia histórica, que ha provocado un daño inconmensurable a nuestro paÃs? Pues para continuar aupando y enriqueciendo a los dictadores. ¡Y eso sà que bien lo sabe DÃaz-Canel!
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Nació en la ciudad de Cienfuegos el 20 de septiembre de 1957. Es Licenciado en Derecho. En 1999 fue sancionado de forma injusta e ilegal a ocho años de privación de libertad y desde entonces se le prohÃbe ejercer como abogado.
Ha publicado los poemarios “La fuga del ciervo†(1995, Editorial Oriente), “Escrito desde la cárcel†(2001, Ediciones Vitral), “Los apriscos del alba†(2008, Editorial Oriente) y “El agua de la vida†(2008, Editorial El mar y la montaña). Obtuvo el Gran Premio Vitral de PoesÃa en el 2001 con su libro “Escrito desde la cárcel†asà como Mención y Reconocimiento Especial del Jurado del Concurso Internacional Nósside de PoesÃa en 2006 y 2008 respectivamente. Poemas suyos aparecen en la AntologÃa de la UNEAC de 1994, en la AntologÃa del Concurso Nósside del 2006 y en la selección de décimas “Esta cárcel de aire puroâ€, realizada por Waldo González en el 2009. Roberto Quiñones fue encarcelado por el régimen cubano durante un año, entre septiembre de 2019 y septiembre de 2020, como represalia por ejercer el periodismo.