MIAMI, Estados Unidos. – El cineasta cubano Pavel Giroud dijo recientemente a Diario de Cuba que su documental El caso Padilla no buscaba dar todas las respuestas, sino más bien plantear preguntas y provocar reflexiones sobre los hechos que aborda.
En ese sentido, el cineasta defendió su decisión de no entrevistar a los supervivientes del caso Padilla, citando la posibilidad de que la memoria de las personas cambie con el tiempo y el hecho de que ya existen numerosos testimonios de aquellos involucrados.
El director resaltó que su enfoque en la película fue la narración y la estructura, asegurándose de que cada elemento de la trama contribuyera a la fluidez y la dinámica de la historia, en lugar de abrumar al espectador con detalles. También se refirió a la dificultad de mantener un equilibrio entre ser didáctico y mantener la creatividad.
En cuanto a la pregunta sobre si el régimen lavó el cerebro de Padilla o si estaba enviando mensajes ocultos, Giroud opinó que puede haber elementos de ambas cosas, pero finalmente, decidió mantener cierta distancia, dejando a los espectadores la libertad de interpretar la situación por sí mismos. Afirmó que lo más importante es lo que le hicieron a Padilla, la situación en la que lo pusieron, que describió como “patética” y “terrible”.
En cuanto a las críticas y comentarios generados por su documental, Giroud no se inmuta. Por el contrario, cree que indican que la obra está haciendo su trabajo al provocar fuertes emociones y cuestionamientos. “Recibí comentarios negativos, pero han sido comentarios que se han centrado en las redes sociales y no han afectado nada a la película”, dijo.
Una parte crucial de la producción de El caso Padilla fue la restauración y la edición de material de archivo, contó en otro momento de la entrevista. Hablando sobre el proceso, dijo: “Fue más difícil incluso que la reconstrucción porque ya eso no lo tuve que hacer yo, lo hizo un especialista. El trabajo fue más de editor que de otra cosa”.
El cineasta también se mostró satisfecho con la conexión que la película ha tenido con el público joven, tanto cubano como internacional. “El público joven de todas partes sintoniza de la misma manera con la película. Muchos vaticinaban que no, que esto era solo para cubanos, y no ha sido así”, concluyó.
Giroud también expresó su satisfacción con el resultado final de El caso Padilla, a pesar de las dificultades en la gestión de los derechos de algunos materiales que finalmente no pudieron ser incluidos.
En cuanto a su futuro profesional, mencionó que necesita un tiempo de descanso después de El caso Padilla, pero que está abierto a futuros proyectos y ya está pensando en las próximas historias que quiere contar.