LA HABANA, Cuba. – El 12 de octubre de 1935 nació Luciano Pavarotti, considerado por muchos como el mejor tenor de la segunda mitad del siglo XX. Inició su carrera cantando en un coro, mientras perfeccionaba la técnica y el dominio de su potente voz con los maestros Arrigo Pola y Ettore Campogalliani. A continuación, algunos apuntes sobre su vida y obra.
Debutó en 1961 con el papel de Rodolfo en la ópera La Bohème, de Giacomo Puccini. Se hizo tan popular encarnando al personaje, que sustituyó al aclamado tenor Giuseppe Di Stefano, con una interpretación que le ganó un enorme reconocimiento por parte del público y la crítica.
Dominó un repertorio pequeño, pero muy bien escogido, que incluyó a los grandes operistas del siglo XIX: Puccini, Verdi, Donizetti y Bellini, así como canciones populares que llegaron al público en su hermosa voz, de brillantes agudos y elegante estilo.
Junto a Nicolai Gedda, Pavarotti fue el único tenor capaz de cantar el desafiante falsete escrito en la parte final de la ópera Los Puritanos de Escocia (I Puritani di Scozia), de Vincenzo Bellini, en la cual destaca la tesitura agudísima del papel principal, escrita originalmente para el superdotado tenor Giovanni Battista Rubini, pero incantable para los tenores modernos.
En los años 90 Pavarotti participó en una serie de conciertos titulada War Child junto a íconos del pop y el rock como Bono (vocalista de U2), Liza Minelli y Elton John. Con el proyecto musical benéfico “Pavarotti and Friends” (1995-1996), donde compartió escenario con artistas de la talla de Céline Dion, Brian Adams, Sting, Michael Jackson, Mariah Carey, Bon Jovi, etc., llevó a cabo importantes recaudaciones que permitieron enviar ayuda a zonas en conflicto o azotadas por desastres como Kosovo, Camboya, Guatemala y Tibet.
Tras interpretar la romanza titulada Una furtiva lágrima, perteneciente a la ópera L´elisir d´amore, de Donizetti, Pavarotti recibió la segunda ovación más larga de la historia, con 67 minutos de aplausos. Esta marca fue superada en 1991 por el tenor español Plácido Domingo tras interpretar El moro de Venecia, que fue celebrada con 80 minutos de aplausos y vítores.
Entre sus interpretaciones más memorables sobresale Nessun dorma, de la ópera Turandot (Puccini). Varios musicólogos consideran que Pavarotti ha sido el mejor intérprete, en toda la historia, de la famosa aria.