MADRID, España.- En la habanera calle Monserrate, entre Neptuno y Ánimas, en abril de 1906 abrió sus puertas el cine Actualidades, muy cerca en el presente de los hoteles Plaza y Parque Central.
Muchos lo consideran el cine más antiguo de Cuba y de América Latina. Aunque algunos consignan que lo era el Niza, inaugurado en 1900 en un local cercano al teatro Payret, y otros que el más añejo fue el Floredora ─llamado luego Alaska─, en la Calzada del Cerro y Palatino, donde después estuvo el ya clausurado Maravillas.
Lo cierto es que antes de estos, las proyecciones se realizaban al aire libre, o en casas particulares acondicionadas con esos propósitos, o en teatros. Por lo que dejaron inaugurado un camino para un arte muy popular.
“Si bien la mayoría de las exhibiciones cinematográficas del primer cuarto del siglo XX se desarrollaron a partir de la adaptación de teatros y de la remodelación de viviendas adecuadas a esa finalidad, en paralelo surgieron algunas tempranas edificaciones concebidas ya como cines. La primera sala construida para esta función en La Habana fue el cine Actualidades (…) que quizás sea el cine existente más antiguo de América Latina. Algunos autores le adjudican la primicia al salón Floredora (…) en calzada del Cerro y Palatino (…) lo que hace suponer que fuese un antecedente de este”, se explica en el artículo “Los primeros cines de La Habana”, de la revista Arquitectura y Urbanismo.
El 18 de abril de 1906 el periódico El Mundo anunciaba: “Abre sus puertas esta noche el bello teatrico que ha edificado Eusebio Azcue en Monserrate y Neptuno. (…) La actualidad tendrá su templo y su culto fervoroso en Actualidades”.
Entre los primeros filmes que exhibió la instalación estuvieron Los Miserables, El hada de la rosa negra, Las Cascadas de fuego y El cazador furtivo. Décadas más tarde ─y durante años─ cada diciembre sería uno de los cines en cartelera del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano y entre tanda y tanda los cinéfilos corrían de la fila del Payret a la del Actualidades, y viceversa, en busca de lo escogido para ver.
Pero después empezó su deterioro, como el de tantos otros que enriquecieron la vida social y cultural de la Isla. Un reportaje de enero de 2005 en Palabra Nueva, con el título “La Habana es un cementerio de cines”, al referirse a las malas condiciones de las pocas salas cinematográficas que en aquel momento daban funciones, informaba sobre decenas de butacas del Actualidades que ya no podían utilizarse.
Luego cerraría y sufriría el abandono y el desinterés padecidos por muchos fenecidos o en vías de extinción.
Casi 20 años después del mencionado artículo, sus paredes enmohecidas siguen sumando grietas y hasta las letras del nombre han ido desapareciendo de su fachada.