FORT PIERCE, Estados Unidos.- El conflicto migratorio de los cubanos sigue siendo el centro de atención no solo de los medios de prensa de diversas partes del mundo, sino de ciertas instituciones y organismos relacionados con este tema. Estos últimos, lamentablemente no se han logrado sensibilizar lo suficiente como para intervenir en lo que pasó a ser una verdadera crisis con serias implicaciones políticas.
Recientemente se reunieron en Azogues, capital de Cañar, en territorio ecuatoriano, representantes de Cuba y Ecuador en la VIII Ronda de Conversaciones Migratorias con el fin de evitar la migración riesgosa y la trata y tráfico de personas.
Esther Cuesta, viceministra de Movilidad Humana del país andino, insistió en la revisión del estado de los movimientos migratorios, así como el análisis del proyecto de memorando migratorio entre ambos gobiernos. El embajador de Cuba, Ernesto Soberón, se mostró agradecido por la apertura que ha tenido Ecuador y se refirió a la cooperación entre los dos países, lo que contribuirá a “desalentar los flujos migratorios irregulares que ponen en peligro la vida de las personas en movilidad”.
Llama la atención que esta reunión tuvo lugar justamente cuando la comunidad cubana en Ecuador está pasando por su peor momento, lo que los ha llevado a efectuar varias gestiones en instituciones como la Embajada de Canadá, las sedes de la ONU, la Iglesia Católica, la Conferencia Episcopal, Caritas, entre otras, así como varias manifestaciones en áreas cercanas a las Embajadas de México y Estados Unidos, y que llegó a su clímax el pasado lunes cuatro de julio, al realizar una protesta masiva frente a la Embajada Cubana en Ecuador.
“El Ciudadano”, medio oficial de la revolución ciudadana, se limitó a ofrecer una breve información acerca del encuentro, sin que se precisara ninguna acción encaminada a solucionar la crisis migratoria de la comunidad cubana en este país.
De forma paradójica, la Embajada Cubana en Ecuador se pronunció contra los migrantes, la Ley de Ajuste Cubano y el Programa de Parole, reafirmando su “apoyo incondicional” a la Revolución Cubana, lo que provocó un descontento aun mayor por parte de la comunidad cubana, que se manifiesta continuamente a través de redes sociales, medios en los que dieron a conocer su primera respuesta contra las declaraciones de dicha Embajada:
“La nota de prensa de la Embajada de Cuba en Ecuador, demuestra una vez más su intento de seguir escondiendo la verdad de un pueblo que ha sido engañado por más de 50 años. (…) Ahora la embajada tiene el descaro de decir que no somos migrantes políticos, y nosotros preguntamos: ¿Acaso tenemos libertad en Cuba? ¿Acaso nuestro pueblo no sufre de las miserias impuestas por la dictadura? ¿Acaso elegimos a nuestro presidente, acaso contamos con libertad de derechos de ejercer protestas en contra de la dictadura?”
En esta “Respuesta de la Comunidad Cubana a la nota de prensa de la Embajada Cubana en Ecuador” —documento que precede al dirigido al embajador, entregado durante la protesta— han rechazado con firmeza todo intento de desacreditar a quienes de forma pacífica se reunieron para exigir que se cumplan acuerdos internacionales para la migración segura; así como la persecución política ejercida por posibles acuerdos entre los gobiernos de Cuba y Ecuador, lo que demuestra el nuevo matiz del reclamo de los migrantes cubanos. Más allá de sus derechos en este sentido, ahora resulta patente una enérgica protesta hacia el régimen comunista cubano.
Desde el parque El Arbolito —sitio donde se les autorizó legalmente a permanecer—, los cubanos esperaron una posible solución que ni su embajada ni el Gobierno Ecuatoriano dieron; y contrariamente a lo esperado, fueron atacados de manera violenta en horas de la madrugada del pasado miércoles por una multitud de policías antimotines, resultando prisioneros cerca de 150 de ellos.
Habrá que estar muy atentos a las proyecciones futuras de los gobiernos de ambas naciones respecto al tema migratorio, ante la idea de una “revisión del estado de los movimientos migratorios” como propuesta de la reunión de Azogues, algo que pudiera ser una amenaza para los migrantes cubanos en territorio ecuatoriano. No obstante, ante el hermetismo de las reuniones, no nos queda otra opción que especular acerca de su posible repercusión.
La violenta arremetida de las fuerzas policiales en días recientes, la reclusión injustificada de más de un centenar de cubanos y la deportación de setenta y cinco de ellos, pudieran ser las primeras muestras de los “convenios establecidos” ante los nuevos bríos que ha adquirido el conflicto migratorio en este país, devenido en verdadero movimiento político que se ha pronunciado abiertamente contra los gobiernos de Cuba y Ecuador.
No son un secreto los “lazos fraternos” que han establecido los mandatarios de los gobiernos de la fracasada izquierda latinoamericana. A pesar de que los gobernantes de las naciones involucradas en el conflicto migratorio y los últimos sucesos de Quito, han permanecido aparentemente al margen de todo, es evidente que tras este silencio operan los planes que de manera premeditada tienen dispuestos ambos gobernantes.
Lo que comenzó como una petición para salir del país rumbo a Estados Unidos, ha trascendido como un hecho de relevante connotación política, siendo un desagravio para Cuba y Ecuador, cuyos gobiernos antidemocráticos y dictatoriales —aferrados a perpetuarse en el poder bajo el disfraz de un “nuevo socialismo” — harán lo posible para detener cualquier movimiento que se pronuncie en su contra.
La presencia permanente de representantes de instituciones en pos de los Derechos Humanos, abogados ecuatorianos, el Vicario Episcopal de la Iglesia Católica Ecuménica y numerosos medios de prensa ecuatorianos e internacionales, son muestras del apoyo incondicional a los emigrados cubanos.
Las múltiples violaciones cometidas por el gobierno de Ecuador —detrás de las cuales está la manipulación de la dictadura comunista cubana— tendrán su repercusión. La comunidad internacional no va a permanecer indiferente ante uno de los actos más inhumanos de estos tiempos.
La protesta protagonizada por cientos de cubanos frente a su embajada, así como la proyección de sus acciones mantenidas hasta ahora en defensa de sus hermanos deportados y detenidos, son hechos extraordinarios y constituyen acciones sin precedentes en la historia del exilio cubano, algo que demuestra el carácter político que ha adquirido el actual conflicto.