LA HABANA, Cuba.- ¿En qué están pensando o intentan hacernos pensar los medios de prensa oficialistas cuando hablan de recuperación? El término ha sido extraído del propio discurso del gobierno cubano cuando se refiere a las “acciones” o “tareas” emprendidas por ministerios y empresas estatales para intentar alcanzar un estado de “normalidad” que jamás logran, pero que supuestamente existió en algún momento que ya nadie recuerda.
Escuchamos decir que los ganaderos de Mayabeque trabajan en la “recuperación” de la masa vacuna, así como de una industria alimenticia nacional que promete en breve tiempo “recuperar” los niveles de producción de años anteriores, pero en ninguno de los casos se aclara cuál habría sido ese evento nefasto o circunstancia adversa que desató la crisis en tales sectores, a los que he puesto solo como ejemplo de un “fenómeno recuperativo” del cual nadie evidencia su razón de ser y que, de acuerdo con lo que dicen las noticias generadas por los medios, abarca el panorama general de la economía cubana.
De lo que dice y reitera la prensa oficialista hasta la saciedad, sobre todo en los noticieros de televisión, uno logra intuir que la economía se “recupera” de una catástrofe sucedida en un pasado reciente, es decir, en la etapa en que los dos hermanos Castro eran la cara visible del poder.
Se intenta sobrevivir a “algo” innombrable que no fue un huracán ni un tornado, aunque sí más devastador que un meteoro porque se ha traducido no solo en carestía perpetua en toda la cadena de comercio sino además en centrales azucareros cerrados, desmontados y vendidas sus maquinarias como chatarra; en flotas de barcos mercantes y pesqueros que han corrido la misma peor suerte que los ingenios, así como de paralización de planes constructivos de viviendas y, lo ha reconocido el propio Miguel Díaz-Canel, no todo por culpa del embargo norteamericano.
Mientras supuestamente la economía de Cuba se “recupera” y se exhorta a los ciudadanos a “pensar como país”, hay un grupito pensando “como élite en el poder”, o como “partido comunista”, lo cual se evidencia no solo en los cuerpos regordetes, en las mejillas mofletudas y los buenos relojes de los dirigentes y “cuadros” sino también en esos banquetazos de los festivales del Habano y demás jolgorios que, mientras nos “recuperamos”, jamás han sido suspendidos.
Un reportaje televisivo, en el noticiero de las 8 del fin de semana pasado, hablaba de la escasez de máquinas braille en las escuelas para ciegos, de la imposibilidad de importarlas debido al embargo de los Estados Unidos.
Mientras observaba las imágenes de un pobre niño quejándose de las dificultades que enfrentaba a diario para aprender a leer y escribir, no dejaba de pensar en las toneladas anuales de mercancías que arriban a Cuba como derecho de importación de los miles de médicos contratados en el extranjero.
¿Cuántos de ellos pensaron en incluir una máquina braille entre sus compras? ¿Cuántos, entre los diplomáticos o el resto del personal que labora en el centenar de embajadas que Cuba mantiene en el exterior, regresan de sus misiones con uno de esos artefactos para donarlo a las escuelas especiales? ¿Cuántos de esos cantantes, actores y locutores que residen en Miami o que van y vienen constantemente, pero que tanto se saben cuidar de hablar de exilios y disidencias?
Tal vez me equivoque pero si el periodista del noticiero no ha puesto ejemplos de este tipo en su conmovedor reportaje es porque no existen o porque hallar uno sería como buscar la aguja en el pajar.
Hagamos como todos ellos y, agradeciendo el don de la vista, miremos hacia otro lugar. Por ejemplo, hacia la lustrosa cúpula del Capitolio que, a pesar de una economía en “recuperación”, no se ha venido abajo como esas cuarterías de Centro Habana y Habana Vieja que ya no son noticia cuando quedan en escombros y el gobierno las “recupera”.
¿Las “recupera” pensando como país o como socio mayoritario de una posible empresa mixta? El hecho es que una buena parte de esos solares yermos son transformados no en nuevas viviendas sino en parqueos, muchos parqueos, y no porque existan demasiados autos que resguardar sino porque serían el embrión de esas parcelas numeradas y en oferta donde más adelante, con suerte y capital, levantarán hoteles.
No miento ni bromeo cuando digo que no entiendo a cuál acepción de la palabra “recuperar” echa mano el oficialismo si la emplea referida a la economía actual, pero sospecho que tiene que ver con algo que le salió muy mal a esos que nada rectificaron en la “rectificación de errores” de los años 90 del siglo pasado y que no se despojaron de prejuicios ni aceptaron críticas cuando pidieron, ellos mismos, un “cambio de mentalidades”.
¿”Recuperar” y “pensar como país” significa entonces que, en los años anteriores, Cuba fue asolada, y lo continúa siendo, por el caos y el egoísmo de personas que pensaron como partido o, en última instancia, como caudillos? No hay que ser demasiado suspicaces para gritar “Eureka”.
Recibe la información de Cubanet en tu teléfono a través de Telegram o WhatsApp. Envíanos un mensaje con la palabra “CUBA” al teléfono +1 (786) 498 0236 y suscríbete a nuestro Boletín dando click aquí.