LA HABANA, Cuba, septiembre (173.203.82.38) – Cuando se habla de censura, represión, acoso y crímenes de odio contra los homosexuales cubanos, de inmediato nos vienen a la mente las Unidades Militares de Ayuda a la Producción (UMAP), creadas el 19 de noviembre de 1965, donde fueron confinados alrededor de 25 mil hombres, sobre todo jóvenes en edad militar. Eran homosexuales, religiosos y disidentes a los que se catalogó de parásitos, vagos y antisociales, y víctimas de los castigos ideados por militares como José Ramón Silva, Rogelio Acevedo, Víctor Drake, René de los Santos, Ramón Pardo, Israel Pardo, Quintín Pino, Reinaldo Mora, Carlos Cabale y Felipe S. Guerra.
Las muestras de homofobia del gobierno no comenzaron con estos campos, se manifestaron desde el triunfo de la revolución. Tal fue el caso de “la noche de las tres p”, redadas ordenadas por el Ministerio del Interior en 1962 contra prostitutas, proxenetas y “pájaros” (homosexuales). Una de sus víctimas fue el escritor Virgilio Piñera, quien durmió una noche en los calabozos de la prisión El Príncipe.
Los cientos de homosexuales recogidos con el objetivo de erradicar la homosexualidad en Cuba, fueron enviados a un campo llamado Diego Pérez. Se hizo famoso un homosexual que al llegar gritó: “Oh Dios mío, al fin en el Paraíso”, aunque en realidad no era el Paraíso sino el primer campo de “reeducación” castrista.
Ante las presiones de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (UNEAC), de organismos internacionales y de intelectuales extranjeros de renombre, fueron cerradas las UMAP en 1968, aunque con su clausura no terminaron los juicios sumarios, la autocensura y los suicidios, ni otros abusos contra los homosexuales por parte de la homofóbica revolución.
También hay que añadir al muestrario de abusos la expulsión deshonrosa del ejército de los homosexuales descubiertos, así como la prohibición en muchos centros de trabajo estatales de contratar homosexuales en muchos puestos. El Partido y la Juventud Comunista tampoco admitían homosexuales en sus filas.
Del 24 al 28 de abril de 1971 se celebró en La Habana el Primer Congreso de Educación y Cultura, donde se tomaron acuerdos que sancionaban y marginaban explícitamente a los homosexuales, de la vida cultural de la nación y del Ministerio de Educación.
En 1974 se aprobó la Ley 1267 que, en su inciso J, sancionaba el ¨Homosexualismo ostensible y otras conductas socialmente reprobables que proyectándose públicamente, incidan nocivamente en la educación, conciencia y sentimientos públicos (…) ¨.
En 1980 se produjo el éxodo de Mariel. Homosexuales, prostitutas y religiosos fueron obligados a salir de Cuba después de sufrir todo tipo de humillaciones públicas, escarnio y actos de repudio.
El 30 de abril de 1988 entró en vigor la Ley 62, cuyo artículo 303 sancionaba a todo el que “importune a otro con requerimientos homosexuales u ofenda el pudor o las buenas costumbres con exhibiciones impúdicas o cualquier otro acto de escándalo público”.
El 24 de agosto de 1997 la policía realizó una redada contra los gays que participaban en una fiesta en un lugar llamado El Periquitón. Fueron detenidas cientos de personas a las que se les impuso multas. La redada se hizo famosa porque entre los detenidos estaban el cineasta Pedro Almodóvar, la actriz transexual española Bibi Anderson y el modista francés Jean Paul Gaultier.
Los anteriormente mencionados y muchos otros hechos, prueban el odio de la cúpula que gobierna Cuba desde 1959 hacia las personas LGBT, desde mucho antes y hasta mucho después de las UMAP, su manifiesta aversión hacia todo aquel que disienta del discurso oficial y del concepto burgués de familia y la heteronormatividad.
Es hora de que asuma su responsabilidad, y reciba la justa condena, el régimen cubano, que no solo envió a campos de concentración y hospitales psiquiátricos a miles de personas, sino que además negó todas las oportunidades, hostigó, reprimió y obligó al exilio a otras decenas de miles, durante décadas, por el solo hecho de tener una orientación sexual “impropia” .
Muchos son los crímenes que debería investigar la Sra. Mariela Castro, y no sólo los de las UMAP y el quinquenio gris, como ha anunciado. Las UMAP son solamente uno más.