LA HABANA, Cuba.- Son varios los factores económicos, tecnológicos y políticos que, a decir del gobierno cubano, motivan la migración en Cuba hacia el software libre o de código abierto. Teniendo como meta final la independencia tecnológica, se han dado pasos que, si bien comenzaron con buen ritmo, han llegado a un “purgatorio” legal por falta de organización, una ley que normalice la migración y la poca voluntad de muchas organizaciones gubernamentales.
Hasta la fecha la mayoría de las instituciones estatales y algunos privados de la Isla tienen montados sus servidores y computadoras personales en sistemas operativos privados, siendo Microsoft el de mayor presencia y, como es lógico, el más pirateado.
El software privado o privativo tiene limitadas las posibilidades de utilización, análisis, modificación o distribución mediante copias. Existe una persona o entidad que posee derechos sobre el programa que limita el libre uso, la posibilidad de analizarlo, de incorporar mejoras, de publicar los resultados del análisis o de distribuirlo libremente.
El poco acceso de los cubanos a licencias y autorizaciones para el uso de programas informáticos seguros y legales, ya sea por sus altos costos, por el embargo, o por razones de la política nacional, ha creado una cultura de la piratería que, sin muchos problemas, burla las barreras de seguridad de todos los sistemas operativos conocidos incluyendo los presentados por la compañía Apple, que gana popularidad en la isla por su exquisitez y diseño.
¿A favor o en contra?
Lenta y discutida, la migración hacia el software libre en Cuba es una realidad ineludible, sin embargo, no todos aprueban este cambio pues algunos informáticos aseguran son mayores las desventajas.
Sobre este último aspecto comenta para CubaNet Michel Álvarez, ingeniero graduado de la Universidad de Ciencias Informáticas (UCI) y programador por cuenta propia: “Las discusiones sobre este tema aún acaloran los laboratorios de la UCI. Abundan los criterios a favor y en contra de ambas posibilidades. Aún los informáticos cubanos no nos ponemos de acuerdo”, aseguró.
Una da las principales ventajas que ve el gobierno cubano en la migración se encuentra en la posibilidad de desarrollo y mejoras de los programas. Con los privativos, ante cualquier falla, habría que recurrir al personal autorizado de la empresa desarrolladora.
“No me imagino a los técnicos de Microsoft trabajando en los servidores de la FAR”, cometa risueño el informático, “pero no podemos negar las ventajas del soporte técnico que ofrecen las compañías a sus clientes. El mantenimiento y reparación, por lo general, tienen menor costo que el que se asumiría si el problema fuera en el software libre. Además estas grandes empresas suelen contar con un departamento de control de calidad para probar cualquier producto que desarrollen hasta alcanzar el resultado óptimo”.
“Por otro lado está la negativa de que cuando pagamos por una licencia, por ejemplo de Microsoft, hemos pagado por la licencia de usarlo en nuestro equipo exclusivamente, no podremos instalar y usar el programa en otros equipos. La flexibilidad del privado es limitada”, añadió.
La importancia que el gobierno da al tema de la independencia tecnológica se vio reflejada cuando el partido comunista plasmó en los lineamientos 223 y 226, aprobados el 18 de abril del 2011 durante el VI Congreso.
Por tal motivo ya existen entidades que están migrando al código abierto. La Aduana General de la República, por ejemplo, utiliza software libre en todas sus computadoras. Otra de las instituciones que ha dado algunos pasos en el tema es el Ministerio de Salud Pública, encabezado por Infomed, así como el Ministerio de la Informática y las Comunicaciones, el Ministerio de Cultura, la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba (ETECSA), la Escuela Internacional de Educación Física y Deporte y el sistema bancario cubano, entre otros. Este último aun trabaja con Microsoft en todas las cajas de pago de la capital.
Para algunos entendidos del tema, los principales frenos en el desarrollo de esta idea se basan en que la mayoría de los informáticos del país están formados y aún trabajan sobre plataforma Windows, algo que los limita considerablemente. También los usuarios ofrecen resistencia al cambio, ya que se encuentran mucho más familiarizados con esa misma plataforma privada, que han copiado de computadora en computadora.
“No podemos negar que ante la situación política existente la migración tecnológica es una buena opción para un gobierno como el cubano que, entre otros motivos, ve fantasmas en todos lados. Sin embargo, no va a lograr nada hasta que no organice esta migración que, como la de personas, está siendo desordenada, en Cuba las personas migran hacia Estados Unidos buscando mejores condiciones de vida, y el gobierno migra su tecnología huyendo de la dependencia de empresas”, concluyó.