SAN JUAN, Puerto Rico -Tras el acuerdo para normalizar las relaciones diplomáticas entre Washington y La Habana, y a pesar de las declaraciones del dictador Raúl Castro de que el régimen no cambiaría su carácter totalitario y socialista, hubo muchos que incautamente han pensado que esto significará un cambio hacia una apertura y liberalización en su naturaleza despótica.
La ilusión duró poco. A escasos días del sorpresivo anuncio, una artista plástica cubana, Tania Bruguera, decidió hacer un simple acto (‘performance’) llamado el ‘El Susurro de Tatlin # 6’ en el centro neurálgico del poder en Cuba, la Plaza de la Revolución, en donde opositores, simpatizantes y gente de pueblo expresaran aquellas cosas que deberían cambiarse en el país.
Ella quiso hacerlo contando con el permiso del gobierno y para lo cual solicitó la anuencia del Consejo Nacional de las Ares Plásticas (CNAP), quienes ipso facto le negaron el permiso, por lo que ella decidió hacerlo a como diera lugar y convocó al pueblo para la emblemática plaza.
Así las cosas, la artista quizás sin preverlo, apretó el ‘panic botton’ de la tiranía y raudo y veloz comenzaron un operativo represivo, desproporcionado e histérico, arrestando a líderes de la oposición como Antonio Rodiles, presidente de Estado SATS y Eliezer Ávila dirigente de la organización Somos Mas, fotógrafos como Claudio Fuentes, Damas de Blanco como Aliuska Gómez y Lourdes Esquivel, periodistas independientes como Reinaldo Escobar, esposo de la bloguera Yoani Sánchez, y a quien, a esta última, la mantuvieron en detención domiciliaria, y a otros opositores más incluyendo a la actriz Tania Bruguera, a quien la retuvieron en una estación de policía y tras soltarla, la arrestaron de nuevo llevándola al centro de interrogatorios y torturas de la Seguridad del Estado, Villa Marista.
Pero, ¿Por qué tanta reacción represiva desproporcionada? Un régimen que se repute de ser verdaderamente sólido y fuerte no tiene por qué temer a los comentarios y criticas pacíficas de sus ciudadanos. Un gobierno que en verdad goce del apoyo masivo del pueblo, no tiene que cogerle miedo a que unos cuantos ciudadanos expresen su sentir político y social. ¿Por qué tanto miedo? ¿O será que no son tan fuertes como aparentan?
Las dictaduras no son pueblos, sino minorías que usurpan un poder que corresponde al pueblo; razón por la cual, han de ampararse en las bayonetas para sostener su ilegítimo poder. He ahí el origen de su debilidad y la causa del miedo que las dictaduras tienen a las libres expresiones del pueblo.
El miedo, es la razón de la irracional represión contra Tania Bruguera, y los opositores y ciudadanos dispuestos a participar en el ‘performance’.
El amedrentador del pueblo cubano, Raúl Castro tiene miedo — yo diría terror — a una artista plástica, y unos cuantos ciudadanos que en la Plaza iban a expresar pacíficamente sus opiniones… Y contra ellos, asustados, reaccionaron encarcelándolos.
El amedrentador está aterrorizado ante un pueblo en las calles tumbando un muro como en Berlín.