MIAMI, Florida, 21 de junio de 2013, Redacción, www.cubanet.org.- La agencia independiente Hablemos Press reportó desde la isla la existencia de al menos 30 casos de malaria, o paludismo, enfermedad tropical producida por parásitos del género Plasmodium.
Según el reportero Jaime Leygonie, hay una alerta en el pueblo de Guayo, del municipio Cabaiguán, debido a unos 30 casos. Los síntomas más comunes de la malaria son fiebre alta y escalofríos, dolores musculares y de cabeza, entre otros.
Los síntomas son muy variados, empezando con fiebre, escalofríos, sudoración y dolor de cabeza. Además se puede presentar náuseas, vómitos, tos, heces con sangre, dolores musculares, ictericia, defectos de la coagulación sanguínea, shock, insuficiencia renal o hepática, trastornos del sistema nervioso central y coma.
La fiebre y los escalofríos son síntomas cíclicos, repitiéndose cada dos o tres días
“No existía malaria en Cuba desde fines del siglo XIX, al igual que el cólera”, dijo Leygonie. “Ahora el Ministerio de Salud Publica cubano debe lidiar con las dos peligrosas epidemias ‘secretas’ con doctores sin experiencia en tales enfermedades y escasez de personal médico, por alquilarlo al extranjero en grandes contingentes”, apuntó en su nota.
Estadísticas del gobierno cubano indican que aproximadamente 40 mil profesionales de la isla, fundamentalmente médicos, prestan servicios en 69 países. La exportación de servicios profesionales es considerada la mayor fuente de divisas del país. Deja a Cuba unos $6 mil millones anuales.
La malaria es la primera enfermedad en importancia de entre las enfermedades debilitantes. Entre 700 mil y 2,7 millones de personas mueren al año por causa de la malaria, de los cuales más el 75 % son niños en zonas endémicas de África.
Asimismo, causa unos 400–900 millones de casos de fiebre aguda al año en la población infantil (menores de 5 años).
Carlos J. Finlay, médico cubano que estudiaba la Fiebre Amarilla, argumentó que eran los mosquitos quienes transmitían la enfermedad de un humano a otro. Posteriormente, el británico Ronald Ross, demostró en 1898, que ciertas especies del mosquito transmitían la malaria a los pájaros que eran vueltos a picar por los mosquitos.
El mosquito que transmite la malaria se reproduce en aguas estancadas contaminadas.
En Cuba, tanto en áreas urbanas como rurales, cañerías rotas, profundos baches en las calles, suciedad en ríos, cañadas y desagües, falta de recogida de basura, y el total desabastecimiento de productos de limpieza en los hogares, han traído una generalizada falta de higiene en toda la Isla, caldo de cultivo de la malaria, el cólera y otras terribles epidemias.
Cuba se vanagloriaba de crear el efectivo biolarvicida contra la malaria, pero recientemente, la Organización Mundial de la Salud advirtió que el producto que vende la empresa Labiofam no es efectivo para erradicar la enfermedad.
Preocupa la existencia de un biolarvicida cubano cuya eficacia no está respaldada por la ciencia”, dijo Stephen O’ Brien, ministro británico de Desarrollo Internacional. “La gente piensa que se ha encontrado una nueva e importante herramienta para luchar contra la malaria, cuando se trata sólo de un modesto procedimiento”, añadió.