LA VANGUARDIA (Fernando García).- Descendientes del ya fallecido gángster Meyer Lansky, mano derecha del mafioso siciliano Lucky Luciano, reclaman a Cuba una indemnización por la expropiación del otrora fastuoso hotel Riviera de La Habana. Es la última noticia bomba en torno al acercamiento entre Washington y La Habana al hilo del acuerdo de deshielo que Barack Obama y Raúl Castro firmaron hace un año.
Representantes de los dos gobiernos se reunieron el 8 de diciembre para, por primera vez, negociar compensaciones mutuas por los perjuicios que los dos países se han causado desde el triunfo de la revolución, hace 57 años. Las leyes del embargo estadounidense condicionan su levantamiento a un pacto sobre los bienes que por importe de 8 000 millones de dólares unas 6 000 personas y empresas de EE.UU. reclaman por las expropiaciones del Gobierno castrista. Cuba, por su parte, cifra en 121 192 millones de dólares los daños del bloqueo.
Entre los demandantes estadounidenses hay de todo, desde multinacionales hasta expropietarios de un chalet. Unas reclamaciones son más razonables que otras. Pero la palma del desparpajo reivindicativo se la lleva la que hace unos días anunció Gary Rapoport, hijo de la única hija de Lansky, Sandy Lombardo.
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