Las nuevas regulaciones de la aduana en Cuba han causado revuelo entre los cubanos que viven en el extranjero y visitan la isla. Muchos se preguntan cuál es el propósito real de la nueva ley que se implementa a partir de este viernes 30 de diciembre, donde las resoluciones 320 y 321 limitan el número de un mismo artículo o producto que entren al país, además de pagar un impuesto por ellos.
¿Por qué en La Habana toman estas medidas? Algunos creen que se trata de obligar a los familiares que viven en el exterior a llevar el dinero en efectivo para así obligar a los cubanos en la isla a gastarlo en las tiendas del régimen ya sea en moneda nacional o en divisa.
Por su parte el abogado Sergio Cano de la ciudad de Miami, dice que los más afectados con la medida serán los cuentapropistas, teniendo en cuenta que en Cuba no existe un mercado de abastecimiento para los negocios por lo que se abastecen en el mercado negro.
Mientras en la isla, tanto por televisión como por los periódicos oficialistas, informaron que la ley es para que la aduana funcione de una manera más organizada, además de, supuestamente, evitar arbitrariedades de los fiscalizadores aduaneros ante productos y artículos que en la isla son difícil de encontrar o muy costosos.
Para la economista Karina Gálvez, residente en la isla, las intenciones fundamentales de nuevas reformas aduaneras tienen dos: “acabar con el mercado negro de ropa, zapatos y ese tipo de artículo, a partir de que hay gente que ha conseguido poder viajar libremente y mantienen un negocio subterráneo, que es mucho mejor que las tiendas que ofrece el estado.”
“Su objetivo –agrega Gálvez- es frenar todo ese negocio ilegal para proteger su propio negocio. Es un proteccionismo ilógico, porque el estado no tiene oferta como para satisfacer a la gente.”
“Esta medida forma parte de la dinámica del gobierno cubano de hacernos creer que está poniendo el acelerador en los cambios y al mismo tiempo ir bloqueando toda la economía. Es un freno a la iniciativa privada, un bloqueo a la gente y un irrespeto a los derechos de los que vienen y de los que estamos aquí,” concluyó la economista.
En las aduanas de Cuba se han reportado casos de sobornos, de los que se conocen de manera extraoficial. Algunos visitantes ofrecen dinero a oficiales aduaneros para así evadir los altos costos de los impuestos.
La realidad es que los cubanos que viven en el exterior tienen que pagar para comprar los regalos, luego pagar por el envío o por llevarlos y luego pagar en Cuba para entrarlos.
Fragmento tomado de Martí Noticias / Por Gricel Gonzalez/ martinoticias.com