LA HABANA, Cuba. – El prisionero político Yasser Fernando Rodríguez González fue trasladado de regreso a la Prisión Provincial de Pinar del Río (conocida como Kilo 5 ½) el pasado 3 de noviembre, según denunció vía telefónica el propio recluso este jueves.
Rodríguez González, quien se encuentra recluido en el Área 1, Compañía 5, denunció además que el primer coronel Osmany Leyva Ávila había declarado públicamente a través de la Televisión Cubana que los presos “viven muy bien”, que en la prisión “no falta nada”, que no había hambre ni problemas, todo lo cual calificó de “falso”.
El preso político continuó denunciando que a pesar de las afirmaciones del primer coronel Leyva Ávila, el mayor Eliecer Rodríguez Valdés, jefe del Área 1, alega que en ninguna parte ha podido conseguir un televisor para ponerlo a disposición de la compañía. El prisionero político reclama que las personas privadas de libertad tienen derecho a mantenerse informadas; por el contrario en el centro penitenciario se les mantiene aislados de la realidad.
Rodríguez González agregó que en Kilo 5½ los internos están flacos y pasan hambre, pues el menú consiste en un caldo aguado con algunos granos de arroz, a veces chícharos también aguados, una ración de arroz que no llega a la medida estipulada de 90 gramos, una pasta de mal aspecto y de composición desconocida, o un muslo de pollo dividido para tres o cuatro personas, y todo ello sin grasa.
Rodríguez González indicó también que a su reingreso a la prisión provincial pinareña desde el Combinado de Sandino, el capitán Narciso Hernández le confiscó unas plantas que el prisionero traía en unos recipientes plásticos, a pesar de que no violaban ningún reglamento. Según el militar, las plantas habían quedado retenidas en el “jolonguero”, el depósito donde son almacenados los artículos requisados y del cual, según afirman otros internos, se han perdido bolsos, cajas de cigarros y otras posesiones.
En este sentido, el prisionero político se refirió al hecho de que a los reclusos, al ser condenados, se les retira la cuota mensual de la libreta de racionamiento, sin embargo esas raciones no se ven en las prisiones.
El preso político añadió que hay numerosos internos durmiendo en el piso, entre ellos él mismo, un claro indicativo de que la población penal sobrepasa las capacidades del establecimiento penitenciario. En su caso, en la compañía hay 36 literas que representan capacidad para 72 personas y con él son 73 los recluidos en el recinto.
Rodríguez González hizo hincapié además en que el 25 de este mes cumplirá tres años de encierro sin que hasta el momento las autoridades penitenciarias hayan resuelto sus problemas de salud (necesita una prótesis dental y espejuelos); solo ha recibido de los militares evasivas y traslados arbitrarios, lamenta.
Asimismo, lo amenazan con aplicarle medidas represivas por denunciar las violaciones cometidas en la prisión, como por ejemplo impedirle hacer llamadas telefónicas, encerrarlo en celda de castigo, y “hacerle peor que lo que les hicieron a los 75”.