GUANTÁNAMO, Cuba, 7 de octubre de 2013, Roberto Quiñones Haces/ www.cubanet.org.- El 12 y también el 16 de septiembre, Cubanet informó acerca de la muerte de miles de peces en la bahía de Caimanera. El periódico “Venceremos”, órgano del comité provincial del partido en la provincia, informó en su emisión semanal del viernes 13 de septiembre que se investigaba la causa de este hecho, pero han transcurrido más de veintiún días y nada más ha informado a la población.
Acerca de la causa del suceso hay varios rumores. Uno de ellos asegura que la muerte de los peces ocurrió debido a una avería en las maquinarias de un barco que se encontraba en el puerto, el cual comenzó a contaminar la bahía y a envenenar a los peces. Otro asegura que hubo un vertimiento de amoníaco; otro –menos creíble, pero infaltable- es que la causa surgió en el territorio ocupado por los norteamericanos. La endeblez de este rumor radica en que, si fuera cierto, ya la prensa lo habría publicado y hasta quizás adornado la noticia con la sugerencia de que detrás está la CIA.
El último que hemos escuchado señala que la causa de la muerte de los peces ha sido el movimiento de las mareas, comúnmente calificado por los pobladores de Caimanera como el entrante y el saliente y que en realidad no es más que el movimiento de la pleamar. Según esta tesis, ese movimiento arrastró hacia el interior de la bahía aguas contaminadas que se hallaban fuera siendo ésta la causa del daño al ecosistema.
La bahía de Caimanera presenta evidentes muestras de contaminación desde hace muchos años. El Guaso, uno de los principales ríos de la ciudad, desemboca en la bahía por la zona del poblado de Paragüay, luego de atravesar Guantánamo y arrastrar todo tipo de inmundicias y residuales que recibe directamente de las tuberías de aguas albañales de las viviendas situadas a su alrededor, y de numerosas conexiones de la red de una ciudad que, a pesar de ser la quinta más poblada de Cuba, todavía no posee una planta para el tratamiento de residuales. Gran parte de ellos es trasladada por dicho río hasta la bahía de Caimanera.
Unido a lo anterior, está también el hecho de que en múltiples ocasiones los centrales azucareros cercanos han vertido el mosto en las aguas de dicho río o directamente hacia la bahía, una práctica que ha dañado también al ecosistema. Hasta donde conocemos, tampoco ha habido acciones de dragado ni extracción de los sedimentos que por años se han acumulado en la bahía. Otro hecho que ha tenido una consecuencia negativa en el ecosistema es la cerca de malla de alambre que las autoridades instalaron en la bahía con el objetivo de impedir las salidas ilegales, una medida absurda que fue tomada hace más de veinte años y cuyas consecuencias en el hábitat marino todavía están por investigarse.
Todo lo señalado coadyuva a dañar el ecosistema de la bahía de Caimanera, pero la causa de la muerte de los miles de peces que aparecieron flotando en ella el pasado mes de septiembre, todavía continúa en el misterio, a pesar de la preocupación de los ciudadanos y de los acuerdos del reciente congreso de la UPEC que se encaminan hacia la crítica.