LA HABANA, Cuba. – En el centro penitenciario de máximo rigor El Pitirre, también conocido como “La 15-80”, en San Miguel del Padrón, permanece en huelga de hambre el prisionero político Yasser Fernando Rodríguez González, según denunciaron reclusos de ese penal.
Tres prisioneros que solicitaron mantener su anonimato por temor a represalias dijeron a CubaNet vía telefónica que el miércoles 12 de abril Rodríguez González se encontraba en un vehículo para ser conducido a consulta de oftalmología, pero con la justificación de un altercado con un militar no lo llevaron.
De acuerdo con los prisioneros, en el camión viajaban otros dos internos, a quienes les dieron almuerzo para llevar (como es habitual, pues los recorridos a hospitales suelen tomar todo el día). Sin embargo, a Rodríguez González no le dieron alimento alguno. Añaden las fuentes que cuando reclamó, el oficial conocido como “Capitán Simón” le ripostó que para él no había almuerzo.
Según los reclusos consultados, la respuesta del oficial provocó una protesta de Rodríguez González, y con esa justificación lo hicieron bajar del transporte. Igualmente, las fuentes agregaron que el prisionero político se declaró en huelga de hambre desde ese mismo día, en la que se mantiene hasta el momento de publicarse esta nota. Lo anterior fue corroborado también por una fuente cercana a la familia, quien acotó que el mencionado oficial es el funcionario encargado de emitir los permisos en aquellos pocos casos en que a los reclusos se les autoriza a ser llevados fuera de la unidad a consultas médicas externas o funerales.
Los prisioneros hicieron hincapié en que, al estar en huelga de hambre, Rodríguez González se encuentra aislado, sin derecho a usar el teléfono, salir al aire libre y realizar otras actividades que las autoridades penitenciarias cubanas califican como “beneficios” por buena conducta, a pesar de que en el Reglamento de Cárceles y Prisiones del país aparecen definidas como derechos.
Yasser Fernando Rodríguez González, de 39 años de edad, fue encarcelado el 25 de noviembre de 2020. Más de 12 meses después fue condenado a siete años de prisión por el supuesto delito de “incitación a la rebelión”, como represalia por escribir carteles contestatarios en la fachada de su casa, así como por varias directas en redes sociales en las cuales emitió sus opiniones en contra del régimen de La Habana.
El preso político ha estado reclamando tratamiento médico durante la mayor parte de su cautiverio, especialmente atención oftalmológica y estomatológica, pues en prisión ha disminuido su vista y ha perdido los dientes a causa de una infección que no fue tratada. En respuesta a sus reclamos, las autoridades penitenciarias lo han mantenido durante varios meses aislado en celda y sin derecho a comunicarse vía telefónica, salvo esporádicas llamadas a un familiar y bajo vigilancia de un guardia. Hasta el momento no le han confeccionado ni espejuelos ni prótesis dental.