MIAMI, Estados Unidos. – El ministro de Sanidad de Portugal, Manuel Pizarro, confirmó este miércoles que su gobierno respetará los derechos de los médicos que serán contratados en países de América Latina como Cuba y Colombia, de acuerdo con un reporte de la agencia EFE.
Anteriormente, medios locales anunciaron que el Gobierno luso tenía previsto contratar a unos 300 médicos cubanos. Sin embargo, el ministro especificó este miércoles que dicho personal sanitario será contratado no solo en la Isla, sino también en otros países de América Latina, como Colombia.
El funcionario portugués también precisó que la formación académica de los médicos contratados será reconocida por una universidad portuguesa y que, además, los profesionales se inscribirán en el Colegio de Médicos luso.
Pizarro tuvo que presentarse ante el Parlamento a petición del partido Iniciativa Liberal, que cuestionó al ministro sobre la contratación de profesionales cubanos. El régimen de la Isla ha sido acusado de promover formas de “esclavitud moderna” al exportar sus profesionales de la salud al extranjero.
Según el ministro, el Estado portugués remunerará a los médicos extranjeros igual que a los portugueses, pero admitió que el Gobierno no controla lo que las compañías intermediarias pagan a los profesionales.
Aun así, aseguró que “los derechos humanos serán escrupulosamente respetados”.
No es la primera vez que Portugal contrata a sanitarios cubanos. En 2009 acogió a 44 profesionales de la salud para reforzar la red pública en las regiones de Ribatejo, Alentejo y Algarve.
La exportación de profesionales de la salud ha recibido múltiples denuncias puesto que el pago atribuido a los especialistas cubanos es embolsado por el régimen de la Isla casi en su totalidad.
Como parte del programa Más Médicos, por ejemplo, el Gobierno brasileño pagaba a Cuba 3.000 dólares mensuales por cada médico en la “misión internacionalista”, sin embargo, los médicos cubanos solo recibían el 25 por ciento de sus salarios (unos 750 dólares). El resto, salvo un 5 por ciento que iba a manos de la OPS, terminaba en manos del régimen comunista de La Habana.