LA HABANA, Cuba, 20 de octubre (Orlando Freire Santana, 173.203.82.38) -En días pasados un paciente con afección en la piel acudió al policlínico Capdevila, en el municipio de Boyeros, y le indicaron un tratamiento con Triamcinolona. Sin embargo, el médico que lo atendió no pudo darle una receta para que adquiriera el medicamento, debido a que solo le quedaban tres, y eran, según expresó el facultativo, para casos de urgencia.
La venta de medicamentos por receta médica fue establecida para tratar de contener el comercio ilegal de estos productos por acaparadores que los compraban en grandes cantidades y después los revendían. Pero, como se dice en buen cubano, el que hizo la ley hizo la trampa. Ahora los médicos esconden las recetas y se las dan a sus amistades o a los propios revendedores. Al final, la población debe abonar, de todas maneras, un precio elevado por los medicamentos deficitarios.