MADRID, España.- Este sábado se cumplen 29 años de las protestas populares en Cuba conocidas como El Maleconazo, una de las más grandes ocurridas contra el régimen de Fidel Castro. Casi tres décadas después, los cubanos siguen con las mismas carencias por las que se manifestaron el 5 de agosto de 1994 en el malecón de La Habana: carencias económicas y de libertades civiles y políticas.
Como recuerda el periodista Javier Prada en un artículo para este medio, la protesta “fue sofocada a golpes y arrestos por las brigadas de acción y respuesta rápida, encargadas de pacificar al pueblo hambreado para cuando apareciera Fidel Castro en escena y diera nada menos que un discurso delante de una turba enferma, desnutrida y aterrorizada. Ese fue el día en que dijo la célebre frase: “no los queremos, no los necesitamos”, refiriéndose a los cubanos que se lanzaban al mar en embarcaciones de fabricación casera que solo por voluntad divina soportarían la severidad de los elementos en el estrecho de la Florida”.
Los manifestantes fueron reprimidos con extrema violencia, además de por agentes de la policía, por obreros de la construcción de la brigada Blas Roca Calderío, creada por Castro.
Al día siguiente, cuando las protestas habían sido controladas, Fidel Castro se apareció en El Malecón. Días después el dictador abrió las fronteras y miles de cubanos aprovecharon la oportunidad para salir de la miseria en que vivían. Más de 30.000 cubanos se lanzaron al mar en balsas precarias para intentar llegar a los Estados Unidos.
Actualmente, las cifras de emigración cubana son superiores a las de 1994; y los cubanos buscan emigrar por las mismas razones que hace casi 30 años: viven sin derecho a la alimentación, a una vivienda digna, al agua, a la electricidad; por demás, reprimidos.