MADRID, España.- La periodista cubana Julita Osendi, quien fue asaltada este lunes en el malecón habanero, denunció la ineficacia de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR) ante el hecho.
“Resulta inadmisible que las fuerzas del orden que están para defenderte miren hacia otro lado y no hagan nada: nadie puede imaginar la impotencia que esta cubana siente”, dijo Osendi este miércoles.
Desde sus redes sociales dio detalles sobre el proceder de los agentes policiales que la atendieron tras la denuncia.
Inmediatamente después del robo, que ocurrió a las 9.30 de la mañana, llamó al teléfono de la policía (106). Le dijeron que iría una técnica al lugar. Media hora después volvió a llamar y le dijeron que la especialista ya había salido para el lugar, que esperara.
“A las 11 de la mañana, tengo por testigo a los trabajadores de la TRD que existe frente a malecón, una cuadra arriba de los hechos, decidí llamar a mi hijo para que me recogiera porque veo que nada progresa”, explica.
Durante la espera conversó con varios policías que se encontraban en la zona. Les pidió mirar las cámaras de seguridad que daban al lugar donde fue asaltada pero se negaron.
“Otro policía, ya maduro, que venía a recoger a una señora, me dijo que no sabía nada, que fuera a la unidad de Zanja a reportar el hecho y que menos mal que estaba bien porque días antes habían cogido a un turista al que le habían arrebatado cadena, reloj y celular y lo habían pateado en el piso”, continuó la periodista.
Ya estando en su casa recibió una llamada del jefe de la policía en la Habana Vieja, al que tuvo que volver narrarle cómo fue lo sucedido y el aspecto del ladrón. Este policía le dijo que se presentara en la unidad a reportar.
“Le dije que no iba a ningún lado, que tenía la rodilla inflamada y que ya yo había hecho la denuncia, había llamado a ETECSA y había cancelado mis tarjetas en el banco porque estos tipos de delincuentes son avezados en robar contraseñas y podían entrar en mi transfer móvil. Accedió a enviar la guardia operativa a mi casa. Serían la una y media o las dos de la tarde… A las tres más menos, me llamó una oficial de la PNR de Centro Habana que venía a visitarme y recoger mi declaración”, relata.
La guardia operativa llegó a las 5:00 de la tarde y fue nuevamente interrogada. A esa hora “ya el ladrón se bañó, se cambió de ropa, vació mis preciados trabajos, fotos y contactos”, apunta Julita Osendi sobre el lento proceder de las autoridades del orden.
Según explica, los diferentes agentes que la atendieron ponían trabas burocráticas decidiendo si el caso les correspondía a las autoridades de Centro Habana o Habana Vieja, por haber ocurrido el robo en una zona limítrofe.
Ante esta situación, cuestionó: “Ahora me pregunto yo, si en lugar de ser violentada a mi edad, hubiese salido con un cartel alentando a la sedición, atacando a un dirigente del gobierno, defendiendo a los presos políticos o a las damas de blanco, ¿se hubiesen puesto a delimitar fronteras los jefes de la policía de los municipios ya mencionados o todo el cuerpo disponible de agentes y no agentes de la policía hubieran ido al lugar? ¡y no precisamente a saludarme!”.
Osendi también se refirió al aumento de la delincuencia en el país: “Es preocupante, muy preocupante, algo que va mucho más allá del despojo del que fui víctima que, después de todo, tengo que agradecer que no fui atacada con un cuchillo o un bate. Saquen sus conclusiones amigos”.