MIAMI, Estados Unidos. — La reciente aparición en Internet de imágenes trucadas del papa Francisco con un abrigo streetwear ha puesto en la agenda pública el debate sobre la inteligencia artificial (IA), extendida con el uso de plataformas como Midjourney y ChatGPT.
El debate en torno al uso masivo de la IA ha aumentado exponencialmente en la misma medida que lo ha hecho su uso en esferas de la vida social.
Cifras difundidas por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) indican que el empleo de IA ha aumentó en el mundo en un 56% entre 2015 y 2021 y que la velocidad de entrenamiento de los modelos de IA aumentó en 94.4% desde 2018. Asimismo, hay 30 veces más patentes presentadas usando esta tecnología que las que había en 2015. No es poco.
Expertos en la materia aseguran que estas tecnologías pueden ayudar en el proceso de toma de decisiones y así generar políticas más igualitarias y eficientes. También destacan que un uso responsable de la IA podría mejorar empleos, servicios de salud, calidad educativa, etc.
En ese sentido, muchos gobiernos y emprendedores han dirigido su atención hacia la solución de un sinnúmero de problemas sociales y creación de políticas públicas efectivas.
Sin embargo, el uso masivo de IA también ha encontrado oposición debido a los riesgos que podría implicar en la sociedad.
El BID llama la atención en que el uso de sistemas de inteligencia artificial en los procesos de toma de decisiones conlleva ciertos riesgos debido a los potenciales impactos directos o indirectos de la implementación de estas tecnologías.
A continuación, reproducimos algunos de ellos:
- Filtración de los datos personales que pueden comprometer el bienestar de las personas.
- Extrema vigilancia y posterior manipulación por parte de las organizaciones privadas o gubernamentales con acceso a la información que alimenta a las tecnologías de inteligencia artificial.
- “Cámaras de eco” o “filtros burbuja” que se presentan cuando se está expuesto a las mismas ideas, noticias y/o hechos, lo que es un fenómeno común entre los usuarios de redes sociales y termina fortaleciendo sesgos preconcebidos.
- Subrepresentación en los modelos creados por la inteligencia artificial, especialmente en cuestiones relacionadas al acceso a la salud y a la educación.
- Tener la información y no un plan de acción. Tan importante es contar con la información necesaria para abordar una problemática social, como haber desarrollado una hoja de ruta para solucionarla.
Uno de los fenómenos del momento es ChatGPT, la popular plataforma que permite interactuar con lenguaje natural y que simula la conversación humana. Si bien la aplicación es muy usada por generadores de contenido, también ha sido utilizado para ciberataques.
Fue precisamente ese uno de los temas de este año en la reunión anual del Foro Económico Mundial, donde líderes de gobiernos, empresas y ciberseguridad discutieron sobre la intersección entre IA y seguridad.
En la esfera pública, figuras como Steve Wozniak, cofundador de la compañía estadounidense Apple, y el propio Elon Musk, propietario de Tesla Motors y SpaceX, pidieron frenar temporalmente el empleo masivo de estas tecnologías y fomentar medidas regulatorias y de transparencia para asegurar el control de esas plataformas.