VILLA CLARA, Cuba. — En medio de las céntricas arterias que circundan el parque de Santa Clara un edificio otrora impresionante desde hace más de una década exhibe un marcado estado de deterioro: le crecen plantas silvestres en sus balcones y su interior está repleto de escombros y basura que han lanzado durante años los propios vecinos y transeúntes.
Santa Clara siempre fue una ciudad que potenció el turismo de paso. A principios del siglo XX se construyeron varios establecimientos en el centro neurálgico que ayudaron a propiciar el sector de las prestaciones de servicios como lo fueron los antiguos hoteles Pasaje, Roosevelt, Virginia o El Ciervo de Oro, luego transformados en cuarterías.
El Hotel Florida, de estilo ecléctico, limita por la derecha con la calle Cuba y su fachada está orientada hacia el propio parque central. Data del año 1924 y fue posteriormente ampliado en 1939 con tres niveles de altura, 41 habitaciones, una cocina de modalidad española y francesa, y cuyo propietario se nombraba Manuel Cortina, según reseña la prensa de la época.
El hotel fue construido a la usanza de estas primeras décadas del siglo XX: con muros de ladrillo, pilastras, vigas de hormigón armado y balcones decorados a base de balaustradas. En los bajos funcionaba una surtida cafetería al lado del icónico cine teatro Villaclara, con capacidad para más de 2.000 espectadores. En algún momento fue instalada allí la estación de ómnibus “La Cubana. Los santaclareños recuerdan con nostalgia las instalaciones del hotel, sobre todo la referida cafetería, donde solían merendar los concurrentes al cine entre las tandas de películas.
Hacia el año 1960, justo como ocurrió con otros inmuebles similares, el Hotel Florida se incorpora al fondo habitacional de la ciudad y sus modernas habitaciones fueron convertidas en cuarterías donde residieron una serie de familias, en su mayoría de muy bajos recursos. Por un buen tiempo, el lugar fue reconocido como “blúmer caliente” debido a que se afirma popularmente que en su interior proliferaban prácticas como la prostitución y los negocios ilícitos.
Durante el período especial ya el edificio presentaba el lastre agravado del paso del tiempo sumado al descuido y las pocas posibilidades de quienes lo ocupaban para reparar las habitaciones, además del ya avanzado estado de deterioro estructural como filtraciones y desprendimiento de estucos producto de su longevidad.
Una propuesta de proyecto para su rehabilitación de la Universidad Central de Las Villas que data del año 2013 reconoce que la Intervención Técnica al Florida era “un proceso complejo y costoso, ya que sus síntomas se aprecian cuando ya los procesos patológicos han causado daños, tanto en la infraestructura, como en los elementos superiores de la edificación”.
La tesis de referencia aporta, además, que el inmueble “fue víctima del abandono y la ausencia de mantenimiento periódico, por lo cual caducó su período técnico de servicio y la infiltración de humedades ha provocado daños serios en los componentes estructurales”.
En los últimos años, casi sesenta edificaciones patrimoniales prácticamente en ruinas fueron restauradas y convertidas en pequeños hoteles, incluyendo algunos en municipios de Villa Clara como Remedios y Sagua la Grande. Justo como ocurrió con otros similares, también se pretendió en algún momento que el Florida engrosara la larga lista de los llamados hoteles Encanto.
Este trabajo de diploma consultado indica que la definición y diseño de los Hoteles Encanto está orientada para pequeños establecimientos, que se caracterizan por un ambiente íntimo y privado y que se diferencian del resto por su individualidad. Además, desde el punto de vista decorativo y estructural debe respetarse la arquitectura original de la época e incluir elementos de ambientación a modo de galería de arte y de antigüedades como estilo predominante.
El intento de remodelación capital del hotel inició allá por el año 2017 cuando lo apuntalaron y cercaron el área con vallas metálicas, y a raíz de que fuera Villa Clara seleccionada como sede de la Feria Internacional de Turismo, Cuba 2018, pero el paso del huracán Irma paralizó hasta hoy las obras en el perímetro.
Algunas de las propuestas para rehabilitar el Florida eran inicialmente bastante ambiciosas e incluían la fabricación de una piscina, un ascensor, un área comercial y hasta un sport bar. De acuerdo con la fuente citada, se pensó en ese momento que la inversión para el desarrollo del proyecto pudiera recuperarse en unos cuatro años a un 70% de ocupación.
Mucho tiempo antes, los especialistas ya habían determinado que, de a acuerdo a sus condiciones, el inmueble poseía el “Grado de Protección III”, lo cual implica que se trata de bienes patrimoniales que fueron sometidos a previas alteraciones prácticamente irreversibles y que están sujetos a sufrir demoliciones parciales o totales. Actualmente, del Florida se conserva su fachada exterior apuntalada y del cine en sus bajos permanece intacto en cartel de “Villaclara”.
En redes sociales, especialmente en un grupo muy activo de Facebook llamado “Santa Clara en instantáneas”, son muchas las personas que sugieren que lo mejor es demoler lo que queda del edificio ya que actualmente sus ruinas rompen con el entorno del parque y alegan que sería mucho mejor retomar el tránsito vehicular por la populosa calle Cuba.
Otros más conservadores reclaman su restauración, aunque se preguntan si realmente la ciudad necesita un nuevo hotel, teniendo en cuenta la caída del turismo percibido en los últimos tiempos. Tanto los investigadores consultados como arquitectos que han determinado los daños patológicos del inmueble coinciden en que rehabilitarlo a estas alturas implicaría una cifra millonaria.
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