LA HABANA, Cuba.- En la carretera de Santa Fe a Cangrejera, en el municipio Bauta, hay una reliquia histórica única en la capital: la finca Taoro. Allí están las ruinas del ingenio construido en 1878 y que fuera propiedad de Don Pablo Pérez Zamora. Fue el último ingenio azucarero destruido por la tea incendiaria mambisa durante la Guerra de Independencia de 1895.
Enclavadas en un paisaje encantador, las ruinas conservan aun elementos originales de la época, con características no comunes. Todavía quedan en pie los restos de la antigua casa, a la que estaban adosado el barracón de los esclavos, con sus muros de piedra; una disposición única, pues los barracones siempre estaban separados de la vivienda de los terratenientes.
Cerca se hallan los cimientos del batey, la casa de calderas y otras dependencias del ingenio.
Busqué datos en la enciclopedia cubana Ecured, que brinda una información aceptable sobre la historia y los diferentes dueños del lugar hasta el triunfo de la revolución. Explica que una investigación hecha por especialistas valoró el emplazamiento del ingenio como “un patrimonio arquitectónico”, y que hace varios años, la Academia de Ciencias realizó un estudio arqueológico en la zona.
En la finca, en la década de los 50 del pasado siglo, se cultivaban frutas para la producción de los jugos Taoro, de fama internacional.
Crucé los dos arcos de la entrada y penetré en los terrenos de la finca sin dificultad alguna, al no existir cerca perimetral ni haber custodios. Fotografié las ruinas sin que ninguna persona me lo impidiera.
Aunque parece que cortan la hierba con cierta frecuencia —no hay maleza crecida—, el sitio permanece desde hace años en total abandono, a merced del vandalismo.
No aparece letrero o inscripción alguna que señale el lugar y su importancia histórica.
Un poblador de la zona me dijo que allí se han hecho filmaciones para programas televisivos y algunas películas. Según dijo, “Eusebio Leal no quiere que toquen nada”.
Otra persona que nació en esta zona me comentó que el lugar está más descuidado que hace un tiempo y que cada vez es más el abandono. Las autoridades competentes no dan muestra de hacer algo por la reconstrucción del sitio y su conservación.
¿Por qué no se rescata este singular paraje histórico? No creo que existan en Cuba muchos lugares como este. Estaría más que justificada su recuperación para la explotación turística, ya que tan importante es para la economía nacional. El presupuesto que se invierta en la reparación del lugar, seguramente se revertiría con creces.
Estamos en presencia de un caso más de pérdida de valores patrimoniales sin una justificación razonable. Demuestra la despreocupación de las autoridades competentes al no actuar en rescate de un sitio de interés histórico.