Requisa en el
cuartel
Manuel Vázquez Portal, Grupo Decoro
LA HABANA, mayo (www.cubanet.org) - Entre el 6 y el 17 de septiembre se
efectuará en Cuba un nuevo censo de población y viviendas que
contemplará a todos los residentes permanentes y sus viviendas.
Este vendría siendo el tercer censo que se realiza en el país
bajo el régimen castrista.
Según fuentes oficiales el censo permitirá saber cuántos
somos en total, por edades y sexos, la cantidad de población por
asentamientos humanos, niveles escolares, número de trabajadores y de
estudiantes, jubilados, amas de casa, el estado civil o conyugal de la población,
las características de las viviendas y su número total.
Estas pretensiones, supuestamente inocuas, del ya viejo, y a la vez actual,
gobierno de Cuba ha suscitado preocupaciones e interrogantes en la población,
y aunque las autoridades del país, así como la prensa nacional se
han dedicado a divulgar el carácter puramente estadístico del
evento, la ciudadanía no cree que se trate de una indagación sin
dobles intenciones.
Como es sabido, bajo el régimen de absoluto control que ejerce el
gobierno sobre la población en Cuba, cada nacimiento, defunción,
adquisición de muebles e inmuebles, cambio de residencia, obtención
de la supuesta canasta básica familiar está estrictamente recogido
por más de una institución administrativa.
Nadie puede en Cuba, pongamos por ejemplo, cambiar de residencia sin que
intervenga el Ministerio del Interior por medio de las oficinas del Registro de
Población; cambiar de residencia sin que intervengan las direcciones de
viviendas municipales; cambiar de residencia sin que intervengan las oficinas
del Registro de Abastecimientos, sin que intervengan los Comités de
Defensa de la Revolución, la Federación de Mujeres Cubanas, el médico
de la familia, el chivato del barrio.
Es imposible ser y vivir en Cuba sin estar controlado por muchísimas
oficinas con siglas que parecen trabalenguas.
Desde que un niño o niña nace se le entrega su Tarjeta del
Menor -similar del Carnet de Identidad para los adultos- la cual debe presentar
a cada mínima gestión administrativa que realice. En este
documento se registran todas las señas particulares del individuo y ellas
están asentadas en las oficinas del Registro de Población. ¿Qué
necesidad hay entonces de un nuevo censo?
Para obtener la cifra de pobladores que somos -hembritas y varones- sólo
habría que acudir a las oficinas del Registro de Población. Para
conocer nuestra escolaridad sólo habría que conciliar las cifras
recontrapublicadas del mejor Ministerio de Educación del mundo. Para
conocer el número total de viviendas sólo habría que acudir
a la Dirección Nacional de Viviendas. Y así sucesivamente. ¿O
es que estas instituciones trabajan a lo loco? Más bien parece que hay
gato encerrado.
En el cuartel se están produciendo ciertos fenómenos
sospechosos y se hace necesaria una nueva requisa. Parece ser que se están
fabricando y remodelando viviendas sin la intervención de las
instituciones encargadas de esa vigilancia. Parece que hay una migración
interna descontrolada, parece que los índices de empleo y desempleo no
son confiables, parece que la calidad de vida no es lo que la propaganda oficial
quiere hacer creer, parece que el río está revuelto y aquí
las ganancias tienen que ser para un solo pescador. Así que nuevo censo,
les guste o no les guste, se justifique o no. No basta con los comités,
la federación, el jefe del sector y los chivatos, hay que requisar.
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