Manuel Cereijo. Junio 12, 2002.
El Nuevo Herald
La Unión Soviética construyó en Lourdes, en La Habana,
una base militar de espionaje electrónico con equipos, antenas parabólicas,
satélites, computadoras, etc., de 28 millas cuadradas, donde en su época
más activa llegaron a trabajar 1,500 ingenieros y técnicos soviéticos.
En 1996 Rusia hizo mejoras a esta base por un valor de $110 millones. Desde su
construcción hasta su clausura, la URSS y luego Rusia, invirtieron $3,000
millones de dólares. La URSS, y luego Rusia, pagaba a Cuba $250 millones
al año por usar la base.
Sin embargo, el uso de esta base de Lourdes le estaba vedado al gobierno
cubano, y sólo se le daba información editada de acuerdo con el
interés y objectivos de las actividades soviéticas en cada época.
Esto fue creando fricción entre Rusia y Cuba, y en 1995 llegaron a un
acuerdo por el cual Rusia construiría una base similar a Lourdes para el
uso del gobierno cubano. El acuerdo principal fue que mientras durase su
construcción, los rusos no le pagarían los $250 millones anuales a
Cuba.
La construcción duró tres años, de 1995 a enero de
1998, o sea, una inversión de $750 millones de dólares. La base
empezó a funcionar parcialmente a mitad de 1997, y con plena actividad en
enero de 1998. Los equipos para la base salieron del puerto de Riga, en Latvia.
No es coincidencia que el Departamento de Defensa de EU denunció un
aumento enorme en las actividades de penetración de sus computadoras a
partir de 1998. La base fue construida en Bejucal, relativamente cerca de
Lourdes. Tiene una extensión de 20 millas cuadradas; más pequeña
que Lourdes, pero más moderna.
Para la función de espiar telecomunicaciones, utiliza equipos tanto
de computadoras de alta velocidad y funcionamiento conocidas como HPC,
adquiridas de China, quien a su vez las adquirió en los Estados Unidos,
así como equipos de reconocimiento de voz, sintetizadores, etc. Hay tres
sistemas de redes computacionales: las de uso general, las dedicadas a funciones
fijas, así como las de reconocimiento del patrón de voz. La base
de Bejucal tiene 10 antenas conectadas a satélites. Lourdes tenía
12.
En 1999, después de extensas negociaciones entre Raúl Castro y
el ministro de Defensa de China, Chi Haotian, así como el general Dong
Liang Ju, se llegó a un acuerdo entre China y Cuba donde personal militar
chino utilizaría la base de Bejucal junto al personal cubano. Pero más
importante aún, la base utilizaría los satélites de
comunicación de China y no los de Rusia. Esto independizó
completamente a Bejucal de la base de Lourdes. China es el país que más
satélites de comunicación ha lanzado al espacio en el periodo de
1999 a mayo de 2002: más de 25 desde su base de Taiyuan, cerca de Pekín.
El personal chino, en colaboración con los cubanos en el Proyecto Titán,
han también construido dos bases de antenas, una en Wajay, La Habana, y
la otra en Santiago de Cuba, conocida como la finca de las antenas. Desde estas
dos bases se realizan innumerables investigaciones en las áreas de
interferencia de telecomunicaciones, alteraciones meteorológicas, emisión
de radiaciones de radiofrecuencia, etc.
La base de Bejucal puede realizar actividades aún más
importantes y peligrosas para la seguridad nacional de EU: introducirse en las
redes computacionales de este país para obtener información de los
files; alterar dicha información sin conocimiento del usuario, y lo más
peligroso, cambiar las órdenes de mando de los sistemas computacionales,
lo que puede paralizar o alterar la infraestructura básica de un país.
Sorpresivamente, el presidente ruso Putin anunció la clausura y
desmantelamiento de la base de Lourdes, después de los atentados
terroristas del 11 de septiembre. Esto provocó la ira del gobierno
cubano. Y se consideró como un gesto político y militar de
acercamiento de Rusia a EU, y un alejamiento de su antiguo aliado, Cuba.
En estos momentos el periódico Izvestia ha denunciado unas
negociaciones entre China, Cuba y Rusia para que China alquile o compre lo que
queda de la base de Lourdes. Esto tiene unas implicaciones políticas,
económicas y militares muy serias. Desde el punto de vista técnico,
es innecesario: ya los chinos están trabajando en Bejucal, y los
ingenieros y técnicos cubanos están capacitados no sólo
para operar Bejucal, sino Lourdes, si quisieran.
Los chinos, en los últimos años, han aumentado notablemente su
presencia en este continente, en especial en Panamá, Brasil, Bahamas y
Cuba. De ser ciertas estas actividades de negociación para que Lourdes
vuelva a operar, ahora mediante personal, equipos y satélites chinos, en
colaboración con Cuba, esto representaría una amenaza muy seria
para la seguridad de EU. Es una forma muy grave de ataque asimétrico
cibernético.
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