CUBANET .INDEPENDIENTE

26 de julio, 2002


Hija de estadounidense acusa de secuestro al gobierno de Cuba

LA HABANA, 25 de julio (Caridad Cristina Alvarez, Grupo Decoro / www.cubanet.org) - Miriam Brown, hija del estadounidense Francis Brown, rompió el silencio al cabo de 38 años y denuncia al gobierno de Fidel Castro de haberla secuestrado para utilizarla como arma de enfrentamiento político contra el gobierno de ese país vecino.

Cuando Miriam Brown tenía seis años fue separada por la fuerza de su familia, compuesta por su padre, su madrastra y sus hermanos, con la que llevaba viviendo años. Policías de Guantánamo estuvieron a cargo de la operación en la que fue arrancada de su hogar.

El padre de Miriam, Francis Brown, que fue arrestado bajo una acusación de secuestro, no sólo la tenía a su cuidado desde hacía años sino que en el registro civil estaba asentado legalmente que era su hija.

El estadounidense no pudo recuperar a su hija, y su pasaporte fue circulado por orden expresa de la Seguridad del Estado, entidad represiva que ordenó además que el señor Brown no podía salir de Cuba.

A partir de ese momento, el señor Brown sólo pudo visitar a su hija una vez al mes acompañado por dos oficiales del Ministerio del Interior. Miriam Brown fue entregada a su madre biológica hasta la mayoría de edad. El hombre murió en 1978. Durante su funeral la policía política se apropió de la documentación del estadounidense.

En una misiva dirigida al presidente Bush ella afirma que su madre la maltrataba física y mentalmente, pero las autoridades cubanas nunca se preocuparon por ello porque "lo importante era ganarle una batalla a los Estados Unidos, aunque sea cometiendo una injusticia con un norteamericano y privando de sus derechos a un padre", denuncia Miriam.

La señora Brown le solicita al presidente Bush que pida los restos de su padre al gobierno de Cuba, ya que a ella le han dicho por años que no aparecen porque fue enterrado en una fosa común.

También la mujer clama porque su hijo, el nieto de Francis Brown, pueda salir rumbo a Estados Unidos de América junto a ella.

A continuación el texto íntegro de la carta de Miriam Brown al presidente George W. Bush:

CARTA ABIERTA AL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS DE NORTEAMERICA, GEORGE W. BUSH

38 Años de un Secuestro en Cuba

Señor presidente George W. Bush, le pido clemencia para mi hijo y para mí. Por favor, autorice nuestra entrada definitiva a los Estados Unidos lo antes posible. Estamos en peligro.

Soy hija de Francis Brown, ciudadano norteamericano que murió en Cuba en 1978. En su funeral las autoridades cubanas recogieron su carnet de identificación como extranjero y su pasaporte; en dichos documentos hay datos que me son imprescindibles para obtener su inscripción de nacimiento en Estados Unidos de América a fin de realizar el cambio de ciudadanía en la Oficina de Intereses en La Habana. Mi padre fue trabajador de la Base Naval de Guantánamo durante veinte años.

En la década del 60 el pasaporte de mi padre fue circulado por la Seguridad del Estado cubano respondiendo a órdenes de la alta dirección del gobierno, para que mi padre no pudiera salir de Cuba porque lo acusaban de tenerme secuestrada. Cuando yo tenía seis años de edad fui arrancada de los brazos de mi padre por la policía de la ciudad de Guantánamo, él fue preso acusado de secuestrador, a pesar de tenerme inscripta y de yo llevar varios años viviendo junto a él, mis hermanos y mi madrastra. Le pusieron como condición que yo no podía visitar su casa hasta la mayoría de edad, y él sólo podía visitarme una vez por mes y acompañado por dos policías. Me entregaron a mi madre biológica, quien me maltrataba física y psicológicamente, pero nunca ninguna autoridad cubana verificó en qué condiciones yo me encontraba. Lo importante era ganarle una batalla a los Estados Unidos, aunque sea cometiendo una injusticia con un norteamericano y privando de sus derechos a un padre.

Pude visitar la casa de mi papá sólo dos veces antes de fallecer. Y a pesar de morir con la ciudadanía norteamericana, en el cementerio de Guantánamo donde fue sepultado me dicen que sus restos mortales no aparecen porque fue depositado en una fosa común.

El verdadero secuestro comenzó cuando me separaron de mi amado padre.

Hasta hoy estoy sufriendo las consecuencias de aquella injusticia, que por extensión afecta a mi hijo. He sido marginada y despreciada por mi fe cristiana y por ser hija de un norteamericano. Actualmente estoy sufriendo acoso, amenaza y persecución por parte de las autoridades políticas de la localidad donde vivo.

El 13 de junio de este año, el mismo día que se convocó por la televisión al pueblo cubano para firmar la perpetuidad del sistema socialista, me fue negado el derecho a obtener la autorización para comprar un televisor en colores porque no poseo trayectoria política. Mi hijo tiene 15 años de edad y a pesar de tener buenas notas y buena conducta en la escuela, y en todas partes, lleva en su expediente laboral lo siguiente: "Problemas sociales, creencias religiosas y otros".

Usted dijo este 4 de julio, durante la celebración del Día de la Independencia de Estados Unidos que el daño causado a un norteamericano le dolía a toda la nación. Mi padre es un hijo de los Estados Unidos de Norteamérica, que sufrió humillaciones e injusticias aquí, mi hijo y yo somos descendientes de su nación. Por su amor patriótico le pido, señor presidente, sáquenos de Cuba, por favor.

Llevo 38 años con la felicidad secuestrada. El sufrimiento ha dañado mi corazón. No quiero morir en Cuba, ni que mi hijo siga en este país. Le pido que usted, como presidente de Estados Unidos, solicite los restos mortales de mi padre, su identificación y traslado a su país.

Estoy reclamando un derecho bíblico y constitucional que me ha sido quitado. La palabra de Dios dice en Deuteronomio 24:17 respecto a las leyes humanitarias:

"No se torcerá el derecho del extranjero ni del huérfano, ni se tomará en prenda la ropa de la viuda".

Quizás, por escribirle esta carta a usted, yo sea sometida a tortuosos interrogatorios y hasta sea llevada a prisión. No sé si podré soportarlo, pero lo prefiero a tener que seguir viviendo como lo he hecho en estos últimos tiempos. El silencio, el hambre, las carencias de todo tipo, la humillación y la impotencia matan.

Le ruego haga usted bondad conmigo, como hizo el Rey David con Mefi-Boset. Narrado en Segunda de Samuel, capítulo nueve.

Esperando a que con su ayuda y autoridad sean cumplidos los propósitos de Dios en mi vida, y sea cambiado mi lamento en baile.

Atentamente,

Miriam Brown

Dirección: San Luis #418 entre Luz y Pocito, Lawton, municipio Diez de Octubre, Ciudad La Habana, Cuba, CP 10 7000.


Esta información ha sido transmitida por teléfono, ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a Internet.
CubaNet no reclama exclusividad de sus colaboradores, y autoriza la reproducción de este material, siempre que se le reconozca como fuente.


[ TITULARES ] [ CENTRO ]

Noticias por e-mail

La Tienda - Libros , posters, camisetas, gorras

In Association with Amazon.com

Busque:


BUSQUEDA

Búsqueda avanzada


SECCIONES

NOTICIAS
Prensa Independiente
Prensa Internacional
Prensa Gubernamental

OTROS IDIOMAS
Inglés
Aemán
Francés

SOCIEDAD CIVIL
Introducción
Cooperativas Agrícolas
Movimiento Sindical
Bibliotecas
MCL
Fraternidad de Ciegos
Seguidores de Cristo
Estudios Sociales
Ayuno

DEL LECTOR
Cartas
Debate
Opinión

BUSQUEDAS
Archivos
Búsquedas
Documentos
Enlaces

CULTURA
Artes Plásticas
Fotos de Cuba
Anillas de Tabaco

CUBANET
Semanario
Quiénes Somos
Informe Anual
Correo Electrónico


CubaNet News, Inc.
145 Madeira Ave, Suite 207
Coral Gables, FL 33134
(305) 774-1887