Periodismo y
dictadura
Claudia Vázquez Linares, Grupo Decoro
LA HABANA, julio (www.cubanet.org) - Es característico de las
dictaduras coartar la libertad de prensa. Ejemplos hay muchos en Latinoamérica.
En la actualidad, afortunadamente, los gobiernos defienden cada vez más
los principios democráticos para amparar y proteger la libertad de
expresión. El afán de aquellos que con su lenguaje populista
pretenden eliminar todo vestigio de prensa libre va quedando en el basurero de
la conciencia latinoamericana.
Las voces de organismos defensores de la libertad de prensa, como Reporteros
sin Fronteras y la Sociedad Interamericana de Prensa, entre otros, hacen que los
periodistas independientes cubanos no nos sintamos solos a la hora de informar
sobre la realidad que vive nuestro país.
Los periodistas cubanos independientes no estamos exentos de riesgos. Cada día
pequeñas agencias en todo el país y con métodos que van
desde el uso de palomas mensajeras (agencia La voz del Cauto) hasta las
diminutas "balas" (textos que escriben los prisioneros políticos
los cuales tenemos que descifrar con una lupa por su pequeñez) informan
sobre lo que sucede en Cuba cada día y que no se refleja en la prensa
oficial. Las amenazas, el corte de las líneas telefónicas, los
arrestos y la prisión son las medidas represivas que se aplican a los que
en la Isla ejercen el periodismo independiente.
Según un informe del Comité para la Protección de los
Periodistas, fechado el 3 de mayo de 2002, Cuba es uno de los peores lugares del
mundo para ejercer el periodismo al margen del aparato estatal. Los periodistas
independientes son difamados y considerados por el gobierno como traidores a la
patria. Legislaciones injustas como la Ley 88 contienen penas de hasta 15 años
de cárcel para quienes divulguen noticias al mundo exterior. El delito de
"desacato" pesa como una espada de Damocles sobre el trabajo de la
prensa alternativa. El periodista Bernardo Arévalo Padrón fue
condenado a seis años de prisión por "faltar el respeto a
Fidel Castro".
El relator especial para la libertad de expresión, en su informe
anual de 1998, en relación con la figura de "desacato", afirma:
"Las leyes de desecato buscan precisamente evitar el debate público
y que los funcionarios públicos sean objeto de escrutinio y crítica.
Las leyes de desacato más que cumplir una función de protección
de la libertad de expresión o de los funcionarios públicos, son
normas que limitan la libertad de expresión y debilitan el sistema democrático".
La imposibilidad del cubano para publicar libremente también resulta
un atentado contra la libertad de expresión y de prensa. En las naciones
democráticas las personas pueden difundir información sobre
diferentes tópicos de interés social y comprar medios técnicos
como fotocopiadoras, computadoras, faxes. El ciudadano, dada la variada gama de
información a la que puede acceder, ya sea por Internet y demás
medios de difusión, tiene la posibilidad de escoger lo que ve, lo que lee
y lo que escribe. El control total del gobierno cubano de los medios de prensa y
la prohibición de comprar libremente equipos para el trabajo son una
ejemplo notable que atenta contra la libertad en su sentido más amplio.
A través de la historia los sistemas totalitarios como el cubano han
suprimido la libertad de prensa para influir sobre los pueblos y manipularlos a
su antojo. La censura previa, la prohibición a la libre circulación
de medios independientes y la divulgación de la opinión exclusiva
del estado sobre los problemas del país, han sido los aspectos
predominantes en esos regímenes.
En uno de los puntos de la Declaración de Chapultepec adoptada por la
Conferencia Hemisférica sobre Libertad de Expresión el 11 de marzo
de 1994, se lee: "Sin libertad no puede haber verdadero orden, estabilidad
y justicia. Y sin libertad de expresión no puede haber libertad. La
libertad de expresión y de búsqueda, difusión y recepción
de informaciones sólo podrá ser ejercida si existe libertad de
prensa".
La esperanza de que la libertad sea el principal regalo a las futuras
generaciones está presente en quienes, a pesar de los obstáculos,
luchan por una prensa sin ataduras políticas.
Esta información ha sido transmitida por teléfono,
ya que el gobierno de Cuba no permite al ciudadano cubano acceso privado a
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