LA HABANA, Cuba. – El 3 de marzo de 1687, en la aldea aborigen de Guaicanamar, los españoles fundaron la villa de Regla, considerada la segunda más importante de la capital desde el punto de vista económico. Hoy constituye una municipalidad conformada por los asentamientos urbanos de Regla y Casablanca, que en otros tiempos acogieron buena parte del desarrollo industrial habanero, y más del 50% de las actividades portuarias.
En esta fecha, hace más de tres siglos, el Marqués de la Real Proclamación, don Pedro Recio de Oquendo, donó una parcela de tierra a un peregrino peruano llamado Manuel Antonio, con el fin de construir una ermita consagrada a la Virgen de Regla. Alrededor de la edificación se fue conformando el asentamiento, que se desarrolló rápidamente gracias a su privilegiada localización al otro lado de la bahía.
Si bien durante la época colonial la principal actividad económica de Regla estaba vinculada a los astilleros, también prosperaron la industria naval, el ferrocarril que unía el área de la bahía con la provincia de Matanzas, y las empresas de almacenes Fesser y Santa Catalina.
Una vez instaurada la República, en 1902, llegaron la industria química y petrolera, se construyeron molinos y la actividad portuaria creció enormemente. También en los ámbitos de la salud y la educación, Regla marcó hitos importantes.
En 1812, por ejemplo, se creó una escuela náutica con el objetivo de formar navegantes. Hacia la segunda mitad del siglo XIX, en Regla existían cinco escuelas municipales de varones, una de hembras y dos colegios privados; todo para un población de 15 000 habitantes.
El liceo artístico y literario de Regla fue constituido el 10 de octubre de 1878, y en su inauguración estuvieron presentes destacadas figuras de la intelectualidad habanera, como Luisa Pérez de Zambrana y Enrique José Varona.
Regla se distingue también por su religiosidad, en la cual confluyen las prácticas afrocubanas sincretizadas con el catolicismo. La ermita construida por aquel peruano errante, es hoy una iglesia consagrada a la Virgen de Regla, sincretizada con la deidad Yemayá del panteón yoruba, diosa madre y dueña de los mares. Cada 7 de septiembre el recinto acoge a cientos de creyentes de muy diverso credo. La villa, en la que hoy residen alrededor de 50 000 habitantes, se reanima gracias a la fe, a la espera, como toda Cuba, de tiempos mejores.
Hoy la principal atracción de Regla es la peregrinación a aquella ermita convertida en Iglesia