LA HABANA, Cuba. – A la máxima de “aumentar las exportaciones y sustituir importaciones”, se ha agregado una nueva consigna en el discurso económico de los gobernantes cubanos: el “encadenamiento productivo” de las empresas y entidades radicadas en el país.
Se pretende, por ejemplo, que si una empresa con capital extranjero necesita de determinado insumo para garantizar sus producciones, sea otra entidad cubana la que lo suministre, y así establecer una especie de encadenamiento entre ambos centros productivos.
Mas, si semejante deseo oficia aún como una posibilidad no concretada en la mayoría de los casos, podemos apreciar sin embargo otro tipo de encadenamiento, esta vez el de los incumplimientos. Es decir, que el fallo en determinado sector de la producción o los servicios va a repercutir en la no materialización de los planes en otras ramas de la economía. Veamos.
Uno de los renglones más decaídos de la agricultura cubana es el citrícola. Se incumplen los planes productivos de limones, naranjas, toronjas y otros surtidos. Atrás quedaron los tiempos —como cuando Cuba suministraba esos productos a las naciones del CAME— en que los cítricos constituían uno de los baluartes en las exportaciones del país.
Y comoquiera que las autoridades son reacias a las importaciones, el resultado es una alarmante escasez de cítricos —sobre todo de naranjas y toronjas— en los mercados nacionales. Una situación que se agrava debido a que la carencia afecta también a hoteles y otros centros turísticos que reportan buena parte de la moneda dura que tanto añoran los gobernantes de la isla.
Dos trabajos periodísticos aparecidos en el diario oficialista Granma dan cuenta de la referida anomalía, la cual se presenta en polos turísticos tan importantes como la cayería norte de Ciego de Ávila y la red hotelera que circunda a la ciudad de Trinidad, en ambos casos con varias instalaciones que se anuncian como de cinco estrellas.
Aunque la prensa oficialista no lo manifieste de manera explícita, es lógico pensar que los turistas extranjeros se sientan insatisfechos al solicitar alimentos de su agrado —a la carencia de cítricos se añaden en ocasiones las frutas y ensaladas—, y recibir como respuesta que no se encuentran en existencia.
En la más reciente reunión del Consejo de Ministros, el titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil, informó que, hasta el cierre de mes de abril, el turismo incumplía con el plan de arribo de visitantes foráneos que se había trazado. Por supuesto que no se puede culpar totalmente a las citadas escaseces por la merma experimentada en la actividad turística. Pero resulta innegable que en un entorno tan competitivo, como lo es el Caribe, con sus islas y la formidable infraestructura turística que exhibe la República Dominicana, cualquier insatisfacción que se lleve un cliente puede ser suficiente para que no repita su visita.
Curiosamente, dos primeros secretarios del Partido Comunista en provincias que albergan a importantes polos turísticos, como Matanzas y Ciego de Ávila, han sido sustituidos en los últimos días. Como casi siempre sucede, se dijo que Teresa Rojas Monzón y Félix Duarte Ortega —junto a Julio Ramiro Lima Corzo, en Villa Clara—, “pasarán a desempeñar otras tareas”.