MADRID, España.- Una de las tres canciones más emblemáticas de la cubanía, según la historiografía nacional, es “La bella cubana”. Esta pieza, perteneciente al género habanera, fue escrita por el matancero José White en 1853.
White compuso esta obra para dos violines y orquesta. “La bella cubana” también está considerada como la canción más importante del siglo XIX en la Isla.
Además de “La bella cubana” otras de sus grandes obras son “Fantasía cubana”, “Estudio No. 6 Op 13 para violín” y “Bolero de Concierto”.
José White (1836-1918), hijo del comerciante francés Carlos White Lafitte y la exesclava afrocubana María Escolástica, mostró su gusto por el violín con solo cuatro años; y a los diecinueve ya tocaba dieciséis instrumentos.
Su primera pieza, una “Misa para Orquesta”, la compuso a los 15 años. Su primer concierto en Matanzas lo dio en 1854, junto al pianista estadounidense Louis Moreau Gottschalk y posteriormente marchó a Francia, donde realizó gran parte de sus estudios musicales.
En París fue primer violín de un cuarteto de cuerdas y fue nombrado miembro de la Sociedad de Conciertos del Conservatorio de la capital francesa. En Francia también se presentó en el Palacio de las Tullerías, ante Napoleón III y la Emperatriz Eugenia.
Tras su regreso a Cuba en 1958 ofreció varios conciertos en el Liceo de La Habana, luego en Matanzas, Cienfuegos y Santa Clara.
En 1864 White compuso el “Concierto en fa menor” para violín y orquesta y escribió “Seis estudios brillantes”.
En la década de 1870 realizó una gira por Estados Unidos y se presentó como violinista solista con la Orquesta Filarmónica de Nueva York en dos temporadas consecutivas; así como realizó conciertos en prestigiosos escenarios de Boston, Washington, Filadelfia, Massachusetts y Pennsylvania.
José White falleció en París el 12 de marzo de 1918, a sus 82 años.