MADRID, España.- Gaspar Betancourt Cisneros nació el 29 de abril de 1803 en la entonces villa de Santa María del Puerto Príncipe, hoy Camagüey. Privilegiado por su linaje familiar, realizó estudios en su tierra hasta 1822 y completó su formación en los Estados Unidos, donde se vinculó con personalidades como José Antonio Saco.
Conspirador para librar su país del dominio español, solo contaba veinte años cuando en 1823 integró la delegación de cubanos que viajó de Nueva York a Venezuela para entrevistarse con Simón Bolívar, con el propósito de recabar su apoyo a la causa de la independencia insular; gestiones que fracasaron por estimarse el momento inoportuno.
Conocido por el seudónimo de El Lugareño, con el que solía firmar sus escritos, se dedicó a obtener beneficios para sus coterráneos. Tras regresar de Estados Unidos en 1834 fue el principal promotor del Ferrocarril Nuevitas-Camagüey; fundó escuelas, proyectó puentes; inició en Camagüey colectas para la construcción de un colegio de niñas por estimar que la mujer cubana no podía permanecer en la ignorancia.
En 1848 abandonó la Isla por orden del capitán general OˈDonell. Se establece de nuevo en los Estados Unidos, donde desplegó una significativa labor política como presidente de la Junta Cubana en Nueva York. Allá fundó el periódico La Verdad, de orientación anexionista.
Mediada la década de los cincuenta partió a Europa. De su matrimonio con María Monserrate Canalejo nacieron tres hijos, dos murieron en temprana edad y uno se hizo médico.
Volvió a Cuba en 1861. Escribió para publicaciones periódicas como El Fanal, de Camagüey, y El Siglo, de La Habana. También se valió del seudónimo de Homobono. En sus textos se pronunció contra las ideas tradicionales acerca de la educación de la mujer, del trabajo manual como actividad carente de dignidad, y por la solución de las deficiencias en la instrucción pública de Puerto Príncipe; divulgó métodos científicos de trabajo; describió costumbres, bailes y fiestas de la región. Merece destaque también su epistolario, a través del cual exponía sus ideas.
Gaspar Betancourt Cisneros falleció en La Habana el 7 de febrero de 1866, a los 63 años de edad. Por voluntad propia, trasladaron su cuerpo a Puerto Príncipe. Fue expuesto al pueblo en la Parroquial Mayor.