MIAMI, Estados Unidos.- La historia de los presos políticos cubanos “plantados”, aquellos que a inicios de la dictadura castrista se negaron a un plan de reeducación a cambio de la reducción de sus condenas, se filma en la ciudad de Miami bajo la dirección de Lilo Vilaplana, informó este viernes El Nuevo Herald.
“Es una historia de ficción de los plantados. No es la vida de ninguno de ellos y a la vez la vida de todos ellos”, dijo Vilaplana, y agregó que con este filme quiere captar la esencia de esos hombres “su espíritu indomable, su resistencia, su persistencia y su valentía ante el castrismo”.
El filme, “que se graba en un edificio como una torre que se ve desde la autopista 112”, replica las cárceles más tenebrosas de Cuba a inicios de la década de los 60, y cuenta los vejámenes que sufrieron aquellos hombres, vestidos, reza la nota, muchas veces solo con calzoncillos.
El director cubano, que vivió un tiempo en Colombia y a quien se le conoce por la serie El Capo, y en Miami por dirigir los episodios de Leyendas del exilio, contó al Herald que la película está financiada por el empresario cubano radicado en España, Leopoldo Fernández Pujals.
Fernández Pujals hizo un aporte millonario a la producción en memoria de los presos políticos cubanos, y de manera especial a su tío José Pujals, quien falleció el pasado mes de marzo en Tallahassee y quien llegó a cumplir una condena de 27 años en las cárceles castristas.
La película transcurre en la actual Miami, “donde un ex preso político se encuentra con el esbirro que lo torturó”, mientras se desarrolla paralelamente la historia en retrospectiva que vivieron ambos en la Cuba socialista, y los abusos que fueron cometidos contra los presos políticos.
Los actores que integran el elenco de Plantados van desde una generación más conocida, como Gilberto Reyes, Alberto Pujols y Carlos Cruz, hasta un grupo más joven, integrado por Héctor Medina, Ariel Texidó, Adrián Mas, Ricardo Becerra, Frank Egusquiza, Yerandy Basart y Fabián Brando.
Para el argumento del filme Vilaplana se apoyó en los testimonios de Angel de Fana, un cubano de 80 años que cumplió 20 años y siete meses de cárcel en Cuba a partir de 1962, y Jorge Luis García Pérez “Antúnez”, que sufrió privación de libertad por 17 años y 38 días a causa de “una arenga en una plaza de su pueblo, Placetas, en Villa Clara, durante un discurso de Raúl Castro, en 1990”.
De Fana contó que “me llevaban a los interrogatorios con un gorro que me cubría la cabeza. Una vez me sacaron desnudo y me dejaron ahí mucho tiempo”.
Por su parte, Antúnez reveló que durante todo el tiempo en que estuvo preso fue además objeto de una política racista.
“Varias escenas de los castings me han conmovido, porque me han regresado a esos atropellos y vejaciones que sufrí en carne propia”, dijo.
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