LA HABANA, Cuba.-El periodismo es una profesión de alto riesgo. La muerte, las amenazas y el encarcelamiento están a la vuelta de la esquina para miles de reporteros a lo largo del mundo. En Cuba, como diría un insigne escritor, en las últimas cinco décadas “no han matado periodistas porque nos han matado al periodismo”. Una organización defiende los derechos del gremio e intenta elevar la voz por los que han sido silenciados en los micrófonos y las rotativas nacionales.
Hace ya diez años, un grupo de periodistas independientes fundó la Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP) con el propósito inicial de proteger la labor de los informadores y también para ejercer como agencia de prensa independiente. Pasado ese tiempo, sus miembros hacen balance sobre lo logrado y miran el largo camino que queda por recorrer.
El presidente de la APLP, José Antonio Fornaris, comenta a 14ymedio que en la actualidad la organización está enfocada “en conocer y denunciar los problemas que puedan tener los periodistas cubanos en el ejercicio de su profesión”. Las dificultades más comunes van desde los arrestos, las confiscaciones del material de trabajo, hasta el poco acceso a la fuentes.
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