LA HABANA, Cuba, julio, 173.203.82.38 -Parece ilógico que en la prensa oficial cubana no se haya dicho nada sobre el fraude multimillonario de lavado de dinero y estafa al programa federal de salud Medicare, ocurrido recientemente en Estados Unidos.
Habida cuenta que la prensa del régimen se desvive por reflejar cualquier problema que se presenta en Estados Unidos, por mínimo que sea, llama la atención que no comentara la presencia de cubanos en la lista de los culpables más buscados, y aún menos la sospecha de que algunos de ellos se refugian en la Isla. Por ejemplo, Eugenio y Maricel Hernández.
Esta historia recuerda a otras muchas que hoy son contadas con lujo de detalles por ex guerrilleros cubanos y extranjeros, salidos de la pesadilla utópica de la Revolución, y que se han animado a destapar la fosa, en libros que circulan por el mundo, o en entrevistas en la prensa, muchas de ellas escuchadas por los cubanos de la Isla a través de Radio Martí.
Jorge Masetti, ex guerrillero argentino e hijo de un renombrado revolucionario, cuenta en su libro “El furor y el delirio”, editado en varios países europeos en 1993, cómo, entre los años setenta y noventa del siglo pasado, desarrolló sus actividades de espía y guerrillero en América Latina, más conocidas como ¨tareas operativas especiales¨.
Confiesa Masetti que se convirtió en un corsario, porque el monarca Fidel Castro necesitaba divisas. Pasó por todo, hasta por el proyecto -fallido- de hacer volar el globo de transmisiones de TV Martí, en 1989.
En 1974, comenzó a trabajar en el Departamento de América, del Comité Central del Partido Comunista Cubano, encargado de atender a las organizaciones revolucionarias de América Latina, bajo las órdenes del comandante Manuel Piñeiro, quien murió con todos sus secretos y de forma misteriosa, en un accidente de tránsito, ocurrido en marzo de 1998.
Las tareas operativas llevadas a cabo por el Departamento América fueron muy diferentes entre sí, siempre cuidando no implicar a Cuba, ni a los partidos comunistas latinoamericanos.
Se utilizaba el chantaje para obligar a personas a colaborar. Sus miembros se hicieron expertos en funciones como transporte de armas desde y hacia embajadas, búsqueda de casas de seguridad para dirigentes políticos perseguidos por la ley, organización de encuentros clandestinos, expropiación de fondos, asaltos a bancos y joyerías, secuestros para obtener grandes sumas de dinero, sabotajes con explosivos, y, sobre todo, vínculos con los narcotraficantes.
Desde Cuba, eran dirigidas todas estas actividades mafiosas, de verdadero bandidaje revolucionario, como lo llamó Masetti, mientras apoyaban a los Macheteros, independentistas puertorriqueños; a los Montoneros, de Argentina; a las FARC, de Colombia; al FPL, de El Salvador; y a las guerrillas de Guatemala, entre otros, cumpliendo órdenes directas de Fidel Castro.
Expone Masetti en uno de sus párrafos –página 204, del citado libro-, al referirse al MC, organismo que desde Cuba dirigía Tony de la Guardia: ¨ Debía ocuparse de la búsqueda de divisas de la manera que fuera, legal o ilegalmente, pues Cuba no contaba con el presupuesto necesario para la compra del abastecimiento requerido por los diferentes ministerios.¨
Cuando Fidel Castro mencionó la MC -siglas que quieren decir moneda convertible-, en una entrevista con el periodista italiano Gianni Mina, en 1987, dijo: ¨ MC surge como una actividad contra el bloqueo, y todo lo que hagamos contra el bloqueo es legítimo ¨.
Pues, quizá también por actuar contra el “bloqueo”, ahora el gobierno cubano está encubriendo en Cuba a los ladrones del Medicare.