LA HABANA, Cuba, septiembre, 173.203.82.38 -El llamado a dejar atrás la vieja mentalidad de querer salvar la cultura con sentimientos de patriotismo y orgullo de cubanía que formulara el ministro del ramo, Rafael Bernal, comienza a obtener respuestas en el municipio Santiago de Cuba y el resto del país.
Los alrededor de 1000 trabajadores santiagueros que serán “redimensionados” del sector cultural en lo que resta de año, tendrán la oportunidad de defender la cultura nacional desde una carretilla con viandas por la calle Trocha, cargando una mochila de fumigador en el Tivolí, o en un carro de recogida de basura por Enramada y Reloj.
Estas tres opciones de nuevo empleo, propuestas a instructores de arte, promotores culturales, funcionarios, bibliotecarios y otros técnicos o profesionales del sector en esa localidad, desataron una fuerte reacción entre los afectados, por considerar injusta la decisión.
Durante las reuniones, celebradas en el emblemático Teatro Heredia de Santiago de Cuba, una comisión de expertos, integrada por especialistas, funcionarios de Cultura, el sindicato y el partido en el municipio, determinó reducir la plantilla del sector, pues el presupuesto sólo alcanza para pagar los salarios y recursos imprescindibles.
Como si fuera poco, y en consonancia con lo expresado en otro escenario por el señor Bernal en cuanto al denominado “esquema económico cerrado” en que se mueve el sector, no se garantiza el funcionamiento de todas las instalaciones culturales del país.
De ahí que profesionales de la cultura, jóvenes graduados de las escuelas de arte en toda Cuba, y trabajadores que han desarrollado su vida laboral en el sector, deben liar sus bártulos y partir a nadie sabe dónde, o aceptar un empleo alejado de su oficio o profesión.
La opinión expresada por algunos de los que participaron en las reuniones previas, es que han sido timados por la revolución, ya que se les prometió que ningún trabajador sería abandonado a su suerte, y se preguntan si trabajar por cuenta propia, en un medio desconocido y sin recursos o la edad apropiada, no es dejarlos al azar.
Jorge Amado Robert Vera, vinculado al sector cultural en Santiago de Cuba, aseguró que los calificativos al socorrido eufemismo “reordenamiento laboral”, lo emparentan con el sálvese el que pueda de la cesantía capitalista y el recorte neoliberal.
También surgieron acusaciones de favoritismo, interés personal, corrupción y otras dirigidas a los evaluadores, mientras eran sacados trapitos sucios a los colegas salvados del desempleo defendiendo sin escrúpulos, a como diera lugar, su porvenir.
Según Jorge Amado, se hicieron devaluaciones generales, pero nadie convocó a una protesta en grande, como esas que no se cansan de publicitar los medios informativos cubanos, cuando los trabajadores descontentos toman las calles en cualquier país capitalista del mundo.
Además, aseguró que, aunque el sector cultural en Santiago de Cuba es un volcán, está seguro de que a pesar de las erupciones de críticas, la lava del descontento no llegará a las calles de la ciudad. Igual que sucede en el resto de los sectores laborales del país, nadie se atreve a levantar la voz.
Hay mucho miedo. Si alrededor de 140 000 cubanos quedaron sin empleo en el 2011, cerca de igual número lo perderán este año sin protestar. Los trabajadores de la cultura en Santiago de Cuba no serán los primeros en arriesgarse a perder la libertad de maniobrar para subsistir.