LA HABANA, Cuba, marzo, 173.203.82.38 -Quizás usted ni imagine que, en Cuba, aprender reglas ortográficas puede parecer subversivo a las autoridades. Este miércoles 21, unas veinte personas bastante maltratadas por el tiempo y hasta por las dificultades engendradas por el mismo gobierno que apoyan con vehemencia y demencia, impidieron que cualquier visitante pasara a la casa de Marta Beatriz Roque Cabello, en la calle Luis Estevez entre Cortina y Figueroa. Estos cercos, ya habituales, pueden durar varias horas y extenderse hasta las primeras horas de la noche, como ha ocurrido en anteriores ocasiones.
Los añejos integrantes de la Brigada de Respuesta Rápida se obstinan pues en obstaculizar que la gente aprenda que el verbo “hallar” se escribe con H, o que Revolución, se escribe con V, y que los miembros de la Red Cubana de Comunicadores Comunitarios, que estudian en grupo, conozcan al fin el significado de la palabra ” villancico”, porque la Navidad les fue negada por el régimen durante muchos años, aunque la semana que viene nos visite el actual Papa.
Los miércoles, los animadores de la Red, Marta Beatriz Roque Cabello, Arnaldo Ramos Lauzurique y yo, damos clases de ortografía y redacción a los comunicadores. La principal diferencia entre nuestras clases y las de las demás escuelas del país es que enseñamos sin censura ideológica y se pueden discutir y tratar los temas con entera libertad de expresión, algo que no se permite en las escuelas cubanas, regidas todas por la política del gobierno.
Una de las taras del alumnado en todos los niveles de enseñanza en Cuba es la de la mala ortografia. Tanto es así que frecuentemente es difícil leer un texto escrito por un joven cubano, porque primero hay casi que transcribirlo a las grafias del abecedario del español.
Para nosotros, enseñar a estos comunicadores es un esfuerzo que no nos fatiga; todo lo contrario, nos resulta gratificante constatar como adultos aprenden cosas nuevas e incluso se asombran al descubrir las zonas de silencio que este gobierno les ha impuesto durante tantos años de censura.
En un ejercicio de ortografía que hicimos recientemente aparecía la palabara “villancico” y ninguno de los presentes, todos menores de 40 años, sabía su significado. Cuando lo expliqué, la clase desembocó en una charla sobre el valor de la Navidad, la familia y la fe. Fue emocionante verlos cuando Marta Beatriz entonó Noche de Paz, desconocida para ellos. Una de las jóvenes me dijo que mis ojos estaban humedecidos.
Ese es el caracter de las “subversivas” reuniones que tratamos de realizar, mientras nos bloquean y hostigan estos señores de las Brigadas de Respuesta Rápida. A estas reuniones se opone el gobierno cubano, su policía política y esas tristes personas a quienes la vida ha llevado a dejarse utilizar como instrumentos para realizar acción tan cobarde y demencial.
Mientras, seguimos insistiendo en nuestra labor, en mantener vivo el deseo de enseñar y de aprender de estos jóvenes de la Red; porque a diferencia de los furibundos ancianos que bloquean el paso al apartamento de Marta Beatriz, estos muchachos tienen mucho deseos de aprender, y no solo ortografía, sino también lo que pueden lograr la Fe, la Esperanza y la Libertad.