LA HABANA, Cuba, junio (173.203.82.38) – En el año 2009 Yordán Maldonado era miembro de la selección cubana de béisbol infantil, y fue separado sorpresivamente del equipo en víspera del viaje a los Juegos Centroamericanos de Venezuela.
Yordán juega varias posiciones, pero sobresale en el fildeo, como catcher y en primera base, y también por su fuerza al bate. Terminó aquel año el torneo nacional con 666 de promedio, una barbaridad, y fue líder en carreras impulsadas.
La causa de su suspensión no fue bajo rendimiento, ni indisciplina. Su familia estaba inscrita en el Programa de Refugiados de la Oficina de Intereses de los Estados Unidos en La Habana, y su tío, Medardo Maldonado era ex preso político y miembro del Movimiento Liberal Cubano.
El niño no comprendía el por qué de su suspensión y se sintió afectado; manifestó varias veces que cuando viviera en los Estados Unidos y jugara contra equipos cubanos no tendría piedad con ellos.
Sus padres pertenecen a la iglesia evangelista de Jaimanitas y lo educan para que no guardar rencor ni odio en su corazón. Al llegar el turno de la entrevista en el Programa de Refugiados solo calificó el tío, que desde hace un año vive en los Estados Unidos. La familia continúa en Cuba y el peloterito, nuevamente afectado por las decisiones de los mayores, no ha cejado en su empeño de jugar béisbol y regresó a los entrenamientos.
En la serie nacional que acaba de concluir se alzó con la triple corona de bateo e incursionó como pitcher. Terminó con promedio de 7 ganados, 0 perdidos, y promedio de 0.98 carreras limpias por juego. Fue escogido para integrar el grupo de donde saldrá el equipo que partirá en breve hacia China, para el Campeonato Mundial Juvenil.
El padre lo aleccionó, como siempre.
-Sólo juega bien a la pelota, Dios tiene un plan para cada uno de nosotros.